Sigmaleo

Sigma era un nombre que en el tiempo que tenía existiendo, ni en broma había escuchado antes, lleno de misterio como aquel nombrado bajo este desconociendo cual podría ser su significado y curiosa de en algún momento de la noche descifrarlo.
Tenía además una forma poco común de dar halagos, entre sus ojos, cabello o físico prefirió ir por un detalle que muchas personas o si no es que la mayoría omitían; las uñas.

Ella misma bajó la mirada a observar primero sus dorsos y de ahí explorarse los falanges sin encontrar algo especial como él hacía.
No respondió, pero no hacía falta ser muy listo para interpretar lo que aquella sonrisa en Mikhaela significaba.

Delicada pasó la zurda por el brazo al que se aferró encontrando emoción en sus palabras. Con lo largas que eran las noches y la fiesta que alrededor parecía no cesar, su intención sería no dejarle ni despegar los ojos hasta que amaneciese.

— Aún no tengo un lugar pensado, pero quizá más adelante encontremos algo que nos llame la atención. Con tanta gente por aquí no será difícil dar con algo entretenido. —
Propuso en un intento por divisar lo que estuviese frente a ellos, aunque con tantas personas bloqueando el camino era todo un reto.

— No conozco este lugar, pero lo que he visto de él me gusta. — Lo miró sonriente, confiada, como si tuviese el mundo en sus manos en compañía de alguien que era un completo desconocido.
— Tampoco eres de aquí, ¿no es cierto?