Sintió el abrazo de la pelirroja en su espalda, y entre cerro los ojos, no es que le molestará ese tipo de situación, pero una semana... ¿quién no estaría irritado luego de andar peleando una semana?, o más bien, qué le estuvieran instiendo durante una semana limpiar esa cosa.
— Callate, Misaki, te aseguro que me voy a vengar.
- ¡Eso hago! — EL joven azul se apresuro a la hora de entrar al baño y se metió con ella debajo del agua caliente, quería apresurarse para poder ir a ver a su hijo, por otro lado él llego a notar como ella lo trataba, si, estaba particularmente cariñosa, era algo extraño, pero era lindo, un pequeño sonrojo se poso sobre su mejilla derecha y la abrazo mientras esperaba, mientras tanto el niño no dejaba de llorar, ahora el llanto se escuchaba más alto. ¿Se estaba acercando?, lo cual era raro, aunque él ya se había salido de la cuna antes, no sería nada extraño que pasará.
