Estaba sentado desde una silla mirando como Misaki cambiaba los pañales del pequeño Takeru, observaba de reojo como los pechos de ella habían crecido desde que andaba amantando al pequeño.
—Misaki... ahora pareces una vaca...— Dejo salir ese comentario.
Después de un poco más fumigar la casa y quemar la mesa en donde lo hicieron (ahora no volvería a hacerle el amor en otros lugares de la casa que no fueran el baño y la cama), se regreso a donde estaban ellos y miro mal a Misaki dejando los guantes en el baño, se le escuchaba quejarse al azabache constantemente, para colmo ese día no había dejado de trabajar ni en su propia casa.
La indiferencia de misaki con respecto a la situación era bastante impresionante, sin duda alguna ella no lo limpiaria, y asi fue como paso una agradable semana misaki, sin preocupaciones ni nada por el estilo. En eso oyo las quejas de fushimi y una gran sonrisa se posó en sus labios.
- viste takeru, mami ganó~ - y se empezó a reir un poco burlándose de fushimi, bueno, ¿quién no reiría?
Sin dudas no iba a limpiarlo, y así estuvieron con esa discusión durante una semana, vaya, el pelinegro no se había asomado a la cocina en todo ese tiempo, y mucho menos la pelirroja, esa semana se la pasaron pidiendo pizza y saliendo a fuera. Pero al fin cedió el de ojos azules, estaba arto de la situación.
— ¡TCH!, ¡Eres una pesada Misaki, bien, lo haré yo! — Dijo el azabache molesto y se fue a buscar unos guantes en el baño, para cuando regreso observo que había, efectivamente, crecido algo sobre la mesa y el piso, eran hongos, y no eran tan pequeños...
— ¡Qué asco! — Dijo el pelinegro y se llego la mesa para prenderla fuego a fuera.
- oh~ pero que coincidencia ¿No crees Takeru? Yo tampoco lo voy a limpiar~ - dijo alzando a takeru sobre su cabeza y sentandolo en sus hombros, este se aferró a la cabeza de misaki mirando al suelo, quizás estaba algo alto para él.
Recibió el beso por el regalo que le hizo Fushimi a Misaki. Pero no espero que Misaki también le tuviera listo un "regalo". Tomo a Takeru en brazos y miro a la pelirroja volver con los paños húmedos, en cuanto los recibió en su mano y miro a otro lado y chasqueo la lengua, vaya forma de romper el momento.
— No voy a limpiarlo. — Lo dejo sobre la mesa y se levanto para ir a la habitación a cambiarse de ropa y en el proceso en que caminaba dijo. — Por mi pueden crecerle hongos que no lo voy a limpiar.
- ¿un premio? - entonces recibió a takeru y lo quedo mirando raro igual que el a ella.
- ¿huh? - ahora vio la cajita que le entregaba el azabache. - No era necesario... - dijo con una leve sonrisa, a continuación sentó a takeru en su regazo y abrieron la cajita.
- Son muy hermosos Saru~ - se levanto del sofá y le fue a dar un beso en la mejilla a fushimi.
- Yo también te tengo un regalo, ha de estar por aquí~ - le entrego a takeru y se fue a buscar unos pañitos humedos para el suelo.
- Son para que limpies el suelo de la cocina~ - dijo entregandoselos y quitandole a takeru de las manos para seguir jugando con él.
Claro que no escucho decir eso a la pelirroja pero si recibió su respuesta cuando le hizo su pregunta de cerca.
— Ho~ Entonces voy a darle un premio a Misaki~ — Le entrego a Takeru y luego saco de entre su chaqueta algo que había comprado para ella, era una pequeña caja con un moño, era claramente compacto, se la entrego a ella. — Es para ti Misaki, espero que lo disfrutes. — En cuanto Misaki abriera la cajita vería unos lindos pendientes con forma de flor y diamantes rojos.
Se sonrojo levemente al ver que fushimi lo recibió con los brazos bien abiertos.
- Demonios... pero que lindos son... - Susurro para si misma, era imposible que fushimi la escuchara.
- Takeru te extraño mucho, se asusto cuando despertó porque no estabas ahí con él. - dijo sin rastros del antiguo sonrojo pero sus mejillas volvieron a encenderse al oir como la forma en que la llamaba fushimi.
- N-No me digas así... y si te extrañe. -se cruzó de brazos y desvío la mirada, era algo Tsundere misaki.
Era bastante tarde, pero su familia seguía lo suficiente despierta como para recibirlo, fue entonces que vio a Misaki y a Takeru, que grande era el humor que lo invadía cuando los veía, aunque su forma de ser no era de alguien muy alegre, así que no lo demostraba del todo. Pero lo que si hizo fue agacharse para recibir a takeru de brazos abiertos y lo tomo en estos.
— Parece que me has extrañado enano~ — Dijo volviendo a levantarse con el niño en los brazos y miro a la pelirroja que estaba allí y se acerco a ella. — ¿Y qué tal la enana gruñona?, ¿me has extrañado? — Dijo muy cerca de su rostro con una ladina sonrisa.
