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s1543484 · F
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Aquel par de enormes ojos redondos se abrieron por completo al vislumbrar pequeñas nubes de humo flotando sobre aquel artefacto que desconocía respondiendo al nombre de “tetera”, el calor del vapor que brotaba de la boquilla de esta inundo rápidamente de calor aquella habitación cerrada, su diestra se elevaba hacia arriba intentando acariciar con las finas yemas de sus dedos una de aquellas nubecillas sorprendiéndose de la humedad y la calidez de estas guiando su diestra hacia su rostro sin poder ocultar una muy brillante sonrisa infantil.

- Es como estar en el cielo –

Susurro para ella misma en un tono tan bajito y gentil que parecía haberse unido a la suavidad con la que las nubecitas ascendían para desvanecerse sobre el techo, sus pies se meneaban de adelante hacia atrás al quedar colgados por la altura del banco en el que se encontraba sentada para alcanzar la barra en la cual desayunaría por primera vez siendo “humana” en aquel cuerpo falso que le había sido otorgado para lograr ser vista por los humanos.

Colocando ambos brazos sobre la barra y se acurruco entre estos sin poder evitar pensar en lo bien que se sentía poder ser vista y escuchada por alguien sin la necesidad de poseer la guardia alta, era tan maravilloso ser un humano, percibir el calor, el frio, respirar, poseer calor corporal, ser lo suficientemente frágil para sentir dolor al lastimarte con un pequeño golpe y conocer la amabilidad de quienes estaban dispuestos a ayudarte sin esperar nada a cambio, las preguntas sin respuesta comenzaron a inundar sus pensamientos ¿Cómo habré sido siendo humana? ¿Le agradecía cada día a mi madre por las enseñanzas que me brindaba cuando era una niña? ¿Era una buena persona?, “Probablemente fui muy amada y por ello fue tan doloroso ser olvidada”, Se consolaba a ella misma mientras sus parpados se cerraban reluciendo de esta manera aquella espesa cortina de largas y risadas pestañas mientras se encogía en su asiento mirándose mucho más pequeña; Su pequeña nariz se movió de manera curiosa al percibir nuevamente aquel agrádame aroma que había conocido aquella primera noche de invierno en la Tierra.


- ¡Chocolate! –


Resonó su azucarada vocecilla llena de entusiasmo entonando con miel la palabra, se incorporó de inmediato posando su mentón sobre el torso de ambas manos que se encontraban juntas meneando su cabeza de lado a lado llena de desbordante felicidad disfrutando del dulce aroma que provenía de aquella taza que ahora se situaba frente a ella, pestañeo llena de curiosidad mirando todo lo que colocaba sobre la mesita, desconocía que era cada cosa sin embargo deslizo su diestra hacia algo que llamo su atención, ¿Qué eran aquellos cubitos blancos que parecían brillar?.

- ¿Puedo probar esa cosa blanca? –

Cuestiono más sin embargo entre sus manos ya se encontraba un pequeño terrón de azúcar y de manera distraída sin esperar respuesta deslizo su lengua sobre este degustando de un sabor que jamás había probado, un sabor tan dulce que estremeció todo su cuerpo.

- ¡Esto es realmente delicioso! –

Daba pequeños brincos sobre su asiento llena de energía para posteriormente comenzar a inundar su chocolate con aquellos cubitos de azúcar, apilando uno sobre otro hasta que estos relucían por el borde de su taza cual pequeños iceberg, con cuidado tomo la agarradera de la taza para posteriormente brindar sutiles soplidos sobre esta y acercarla hasta sus carnosos labios para poder beber un poquito de aquel dulce líquido que ahora era mucho más dulce que antes.

- ¡El chocolate con los cuadritos sabe mucho más deliciosa! –

Elevo su mirada para lograr encontrarse con la ajena y sonreír muy infantilmente con un enternecedor bigote de chocolate y azúcar decorando su labio superior mirándose como una pequeña niña que acababa de descubrir algo nuevo al mezclar una cosa con la otra.

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s1543484 · F
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Por alguna extraña razón el gesto relajado del soldado al dormir le producía mucha tranquilidad y una desbordante paz interior aunque aquello no duro demasiado tiempo pues al parecer se había despertado con el más mínimo sonido de una voz que casi era un vago susurro perdiéndose con gentileza en el cantar del viento, su diestra se elevó hasta situarse a la altura de sus labios para poder mencionar con una muy azucarada voz.

-Lo siento mucho, le he despertado –

La inocente sonrisa de la Arrancar prevalecía adornando sus labios mientras sus iris saltaban de un lado a otro esta vez admirando mucho mejor cada centímetro de la habitación, el suelo de fino roble bajo sus pies se sentía realmente cálido a pesar de la frialdad de la temporada y el candelabro a pesar de estar apagado parecía poseer luz propia destellando cual pequeños arcoíris cada uno de los cristales que eran acariciados por la tenue luz solar que se filtraba del ventanal, el color neutro de las paredes, los muebles que adornaban tan espaciosa alcoba, todo conseguía impresionarle provocando que sus pupilas se expandieran y brillaran mucho más de lo usual con un encantador toque infantil.

Nell se encontraba completamente distraída y aquel ambiente tan familiar y ameno casi la hacía olvidar el verdadero motivo por el cual se encontraba en aquel mundo, sus pensamientos fueron interrumpidos por aquella gruesa voz que la llamaba, “¿Nuevas prendas?”, se cuestionó la ex tercera espada para sus adentros llena de confusión, ¿Acaso lo que portaba no era suficiente?, bajo su mirada recorriendo su cuerpo con aquellos enormes ojos redondos admirando aquel precioso vestido blanco desacomodado y arrugado, uno de los finos tirantes se resbalaba por su hombro mientras se cuestionaba a si misma si era realmente necesario portar otra cosa ya que después de todo en Hueco Mundo solo poseían un atuendo, sin hacer pregunta alguna le siguió con alegría caminando entre pequeños saltos de manera obediente provocando que su largo cabello ondulado danzara con cada uno de sus movimientos hondeándose con gracia en cada gentil paso que daba casi danzando al caminar de manera distraída he ingenua, sus ojitos miraban atenta el largo pasillo y las habitaciones que resaltaban a los costados, admirando con curiosidad una enorme chimenea y los detalles de aquella preciosa casa que parecía llevarla al pasado con cada antigüedad y cuadro que decoraban cada una de las habitaciones, le siguió hasta la cocina tomando asiento en una de las sillas que adornaban la barra del comedor.


-Esta lugar… pareciera que desea hablar y susurrarte una maravillosa historia a través de sus paredes –


Resonó con un tono muy agudo y dulce su voz mientras acurrucaba su cabeza entre sus labios disfrutando del aroma que emanaba de aquella antigua casa que la inundaba de nostalgia haciéndose preguntar si quizás así hubiese sido su hogar en aquel pasado olvidado cuando no era más que una frágil humana.
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s1543484 · F
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Aquellos parpados se encontraban completamente cerrados, sus manos se acurrucaban a la altura de su mejilla y la posición fetal la ayudaba a verse mucho más pequeña he inocente de lo que era, aquel vestido blanco había perdido su humedad con ayuda del calor de tan abrigadoras cobijas que ahora cubrían su delicado ser, aquella alma perdida condenada a no renacer había encontrado un pequeño lugar en el mundo humano para poder pertenecer, su respiración era tranquila y muy tenue mientras sus labios eran adornados por una muy dulce sonrisa destellante de calidez y una infinita bondad, la misma que exhibía un pequeño niño al perseguir sus sueños y metas con todas sus fuerzas.

Nell se encontraba completamente hundida en su mundo propio de los sueños anhelando conocer los paisajes que describían los libros que tan ansiosa adoraba leer pero sobre todo soñando con un paisaje especial en el cual luces flotantes se alzaban sobre el cielo decorando preciosamente el cielo nocturno en lo que parecía ser un inolvidable anochecer, lograba vislumbrarse a ella misma situada sobre en medio de un profundo lago disfrutando de la hermosa vista de las luces en el cielo y a su vez nadando entre el reflejo de estas, como si su cuerpo fuese capaz de flotar en la inmensidad de un resplandeciente infinito..



La noche transcurría pacíficamente, el aroma del viento era dulce y poco a poco la Luna se ocultaba para dar lugar a que un sutil sol decorase el amanecer de una mañana invernal filtrando aquellos dorados rayos a través del ventanal, hermosos destellos de luz que no calentaban sin embargo llenaban de calidez el corazón de las personas que tan ansiosamente esperaban la llegada de la navidad, los ojos de aquella pequeña ex tercera espada se fueron abriendo poco a poco con la llegada del amanecer, descubrió su cuerpo de inmediato para posteriormente correr a asomarse por una de aquellas grandes ventanas intentando satisfacer su curiosidad, ¿Qué eran aquellas estrellas gélidas que caían del cielo? ¿Por qué el sol brillaba y a pesar de ello se podía percibir la gélida brisa? Pero sobre todo… ¿Por qué su pecho se sentía tan cálido y a pesar del frio su cuerpo solo lograba percibir calidez? De puntitas se acercó hasta aquel hombre que reposaba sobre el sofá, su mirada se entre cerro y con un gesto casi infantil susurro en un muy tenue aunque azucarado un “Gracias”.


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s1543484 · F
“Que cálidos son los humanos” , resonaba aquel fugaz pensamiento en el interior de la cabeza de aquella pequeña Arrancar la cual no podía disimular una amplia sonrisa la cual decoraba sus labios, a pesar de que la cabeza le daba vueltas y sus parpados deseaban cerrarse siendo vencidos por el cansancio no podía dejar de sonreír y sentir un sentimiento de infinita felicidad y un calor que la emocionaba y brindaba calidez a todo su cuerpo mientras aquellas iris de un tono pardo no dejaban de seguir a aquel hombre que provocaba una nueva alegría en su interior, él hablaba más sin embargo sus oídos zumbaban impidiéndole escuchar, únicamente podía sonreír asintiendo adormilada aunque no entendía ninguna palabra que resonaba de los labios ajenos.

Aquella dulce peli verde no pudo evitar hacer una pregunta de manera inconsciente mientras guiaba una de aquellas delicadas manos hacia sus parpados para frotarlos con cuidado con el torso de su mano.


- ¿Por qué eres tan bueno conmigo? –

Aquella pregunta resonaría de manera casi inaudible mientras su vista comenzaba a ver borroso y su cuerpo lentamente se dejaba caer sobre la cama a penas y él se había girado para sacar los cobertores, la alegría y la nostalgia invadían dolorosamente su pecho, alegría por su presente y tristeza por su pasado,, no pudo evitar encorvarse de tal manera que sus rodillas casi tocaban su pecho y sus manos se juntaban a la altura de sus labios acomodándose en una posición fetal para lograr descansar, aquella hermosa joven se mostraba completamente indefensa y a su vez muy inocente he ingenua, había creído de inmediato en aquel desconocido y a su vez le empezaba a entregar de manera desbordante he incondicional todo su cariño, con sus parpados cerrados y perdiéndose en aquel mundo propio de los sueños ahora en sus memorias aparecía un nuevo rostro, el rostro de aquel hombre que tan gentilmente cuidaba de ella logrando ahuyentar un poco sus preocupaciones y tristezas, entre sueños no pudo evitar sonreír mientras que susurraba un amielado.

- Gracias … -

Su respiración entonces fue haciéndose más pausada y calmada mientras se dejaba envolver por aquella cálida protección que Galahad le brindaba tan similar a la de aquel peli naranja que tanto extrañaba…

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s1543484 · F
- Nell no puede regresar a casa… -

Estaba consciente de que las intenciones de aquel amable hombre eran buenas.. y más sin embargo seguía aferrándose con todas sus fuerzas a aquel pasado que tanta alegría le había brindado, a aquel pasado que daba calor a su alma, un pasado que la hacía sentir humana a pesar de ser una Arrancar, esa sensación de aleteo en su pecho era algo que no deseaba se desvaneciera, sus brazos rodearon delicadamente su fina figura como intentando retener aquellas mariposas que revoloteaban en sus adentros, pues aquello le brindaba sentimientos bellos, sentimientos tan resplandecientes y cálidos que se habían hecho parte de ella misma, mientras aquellos parpados se cerraban sutilmente exhibiendo unas largas y rizadas pestañas una pequeña sonrisa se curvo sobre aquel carnoso par de gajos rosados causada al recordar cada momento divertido de su pasado, probablemente había sido una completa molestia para aquel Shinigami y a pesar de todo… el le había protegido con todo su corazón, prefería el bienestar de ella a el de el mismo. Y estaba dispuesto a sacrificarse por seguir viendo la infantil sonrisa de aquella niña que había conocido, no pudo evitar sonreír más ampliamente mientras se recordaba a ella misma jugando con sus hermanos como cualquier otro anochecer corriendo a través de aquellos montículos de arenas blancas completamente despreocupada mientras sus “hermanos” le perseguían, aquel anochecer parecía que sería como cualquier otro sin embargo no fue así, su juego había provocado un malentendido y así fue como el caprichoso destino había decidido cruzar sus caminos por primera vez, le había conocido, tan valiente, tan bondadoso dispuesto a defenderla desde un inicio…

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Su felicidad era plena en aquellos días de inconsciencia ignorante de la gravedad de los problemas en el exterior, su mayor preocupación era seguir a aquel pelinaranja y apoyarle lo más que pudiera…¿Por qué aquella felicidad ahora era tan parecida a la de su pasado?, probablemente se debía a la similitud de ambos latientes corazones, tan gentiles y amables, se había perdido en sus pensamientos unos cuantos minutos y su sorpresa al abrir nuevamente sus parpados fue la cercanía de aquel humano que con cuidado se disponía a limpiar los rastros de chocolate que decoraban sus labios, en aquel momento sintió como si un viento helado la hubiese recorrido nuevamente tensando por completo su cuerpo mientras un encantador rubor decoraba sus blanquecinas mejillas en aquel gentil roce de la ceda contra su piel, aquellos grandes y redondos ojos se expandían aún más mientras que delicadamente era limpiada y procurada.

- M-Muchas gracias… -

Su voz resonaría quedamente en una dulce sinfonía mientras juntaba ambas manos en sus piernas y bajaba la mirada completamente avergonzada, realmente no comprendía aquellos sentimientos florecientes en su pecho y no lograba comprender por qué el nerviosismo la había invadido en esa sutil acción, lo único que realmente sabia era que le costaba trabajo respirar y que aquello en su pecho no paraba de entonar una fuerte melodía, ¿Acaso eso era producto del cansancio?, sus manos jugaban entre ellas con nerviosismo mientras sentía un pequeño girar de sus pensamientos como si la cabeza le diese vueltas exhausta por aquella nueva aventura en la que se había encaminado completamente sola, sus ojos comenzaron a cerrarse poco a poco como siendo víctima nuevamente del sueño y el cansancio.
s1543484 · F
¿Una bebida… que da calor al alma?... No pudo evitar pestañear un par de veces confusa mientras ladeaba sutilmente su cabeza hacia un costado con su mano derecha a la altura de sus labios en un adorable gesto, como el de una inocente niña que probaría algo nuevo, sin embargo sus palabras resonaban en su cabeza una y otra vez, si aquella bebida calentaba su alma.. ¿Sería como alimentarla?, ¿Era algo similar a bawa, bawa?, quizá aquel dulce liquido contenía las mismas propiedades que las arenas de Hueco Mundo, se decía para sus adentros optimista.

Aquellos grandes y redondos ojos miraban atenta cada una de las acciones del mayor asintiendo a sus palabras en gentiles movimientos de cabeza mientras le enseñaba a beberlo, al tener la taza frente a ella no dudo en tomarla de las manos ajenas percibiendo nuevamente aquella cálida aura emanando del militar, no estaba segura del por qué, pero sus atenciones, su mirada y aquella manera de cuidarla y hasta aquella pequeña sonrisa causada por sus palabras lograban llenarla de un extraño sentimiento de felicidad, se sentía algo realmente cálido en el interior de su pecho, algo que no entendía y tampoco se lograba describir con palabras, lo único que necesitaba saber era que ese sentimiento de protección le gustaba…

Cuidadosamente acerco sus labios hasta el borde de la taza y proporciono un sutil soplido como el castaño le había enseñado para posteriormente dar un pequeño trago al chocolate caliente, aquel líquido se filtró por sus labios y el sabor inundo sus papilas gustativas... Realmente nunca había probado algo tan dulce y delicioso… ni siquiera el té que a veces les proporcionaba Lord Aizen podía compararse con aquel exquisito sabor, se separó un poco con una enorme sonrisa en su rostro y sus ojitos engrandecidos llenos de un hermoso brillo sin darse cuenta que un curioso bigote de chocolate decoraba por sobre su labio superior.


- ¡Esto sabe realmente delicioso!, ¡Nell nunca había probado algo tan dulce!

Aquellas palabras resonaban con un entusiasmo desbordante mientras meneaba sus piecitos de un lado a otro como si se tratase de una niña emocionada por haber recibido un juguete nuevo, soplo nuevamente al chocolate para poder irlo bebiendo poco a poco hasta terminarlo aun sin percatarse de sus labios manchados de chocolate, su expresión era realmente dulce he inocente, no ocultaba su felicidad en ningún momento y sus ojos rebelaban cualquier, confusión o incluso pensamientos incluyendo aquel nuevo sentimiento de aprecio y cariño por el militar que tan amablemente la había acogido, sus ojitos nuevamente admiraban su alrededor llena de curiosidad, al parecer esa cosa que brillaba arriba solo lastimaba si se era tocada, y había aprendido una palabra nueva “chocolate”, ¿Seria aquello su nueva comida?.

Se preguntaba para sus adentros no sin antes regalar al militar otra amplia he infantil sonrisa.


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{{Muchas gracias por agregarme. }}
s1543484 · F
Aquella dulce Arrancar se mantenía oculta bajo de la cama escuchando una lluvia de palabras de las cuales no lograba comprender más de la mitad, “Eslovenia, luces, pagarlas y chocolate”, ¿qué es lo que querían decir esas palabras? se cuestionaba para sus adentros confusa más sin embargo su cabecita asentía de igual manera a pesar de no entenderlo del todo, como si se tratase de una niña pequeña la cual afirma no volverlo a hacer cuando en realidad no había escuchado ni una palabra de sus padres.

Aquellos grandes y redondos ojos miraban con desconfianza el candelabro más sin embargo todo el temor y la inseguridad se desvaneció por completo cuando aquel soldado le ofreció su mano con gentileza, aquellas preciosas iris inocentes y cálidas se posaron sobre los ojos del castaño, lograba admirar en su mirada un remolino en el interior de un precioso océano, pacífico y más sin embargo peligroso.. Aquella poderosa y a su vez pura mirada solo la había logrado encontrar en un humano y las similitudes entre ellas le habían logrado arrebatar fuertes palpitaciones de su corazón, su diestra delicadamente se unió a la ajena en un delicado ademan, posando sutilmente las puntas de sus dedos sobre aquel guante, se lograba percibir la frialdad del acero inoxidable bajo de este y más sin embargo a ella la lograba envolver un aura de profunda calidez.. Nuevamente se había mostrado esa sonrisa tan única en la peliverde, tan pacifica, tan tranquila, como la pura luz de una Luna llena.


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No había dudado en sostener su mano y no se sentía incomoda por la frialdad de esta y la prótesis oculta bajo aquel oscuro guante, lentamente salió de debajo de la cama, con aquel ajustado vestido sutilmente desarreglado y arrugado, sin embargo nada de eso importaba en aquel momento, no lograba entender la amabilidad de aquel hombre, había confiado en una extraña y la había llevado a su casa sin dudarlo e incluso mostraba preocupación por ella..

Su mirada se entre cerro con nostalgia, no era su intención suplantar aquella calidez en su pecho y más sin embargo buscaba abrigo en aquellos ojos azules, buscaba esas palabras que Ichigo le había regalado sin dudar ni un segundo, “Yo te protegeré, todo estará bien Nell”, era vergonzoso admitir que esas palabras la habían hecho salir adelante día con día y era aquel recuerdo que siempre usaba cuando deseaba intentar sonreír con completa sinceridad para no preocupar a sus queridos amigos Pesche y Dondochakka.

Al quedar por completo fuera de la seguridad que le brindaba la parte inferior de la cama, se posó sobre de ella, sus ojitos miraban curiosos aquellas tazas con un líquido que jamás había visto, el aroma era sumamente dulce y adictivo, sus iris se paseaban del chocolate a las ajenas para regresar al chocolate, aquellas mejillas se colorearon de un encantador rosáceo mientras sus carnosos labios se abrían para cuestionar con un poco de vergüenza.


- H-Hummm, ¿Qué es eso?

Ambas manos se situaron a la altura de sus labios escondiéndolos rápidamente después de la pregunta, sin embargo era normal desconocer aquel líquido, ¿verdad?, después de todo no era humana, no había porque sentir vergüenza, se animaba así misma con la mirada gacha mientras sus sentidos se dejaban envolver por la dulce esencia de esa bebida que recién iba a conocer.. [/c]