41-45, M
I can tell that you've never been true to me. I can hear what you're hoping I want to hear.
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s1543484 · F
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Aquel par de enormes ojos redondos se abrieron por completo al vislumbrar pequeñas nubes de humo flotando sobre aquel artefacto que desconocía respondiendo al nombre de “tetera”, el calor del vapor que brotaba de la boquilla de esta inundo rápidamente de calor aquella habitación cerrada, su diestra se elevaba hacia arriba intentando acariciar con las finas yemas de sus dedos una de aquellas nubecillas sorprendiéndose de la humedad y la calidez de estas guiando su diestra hacia su rostro sin poder ocultar una muy brillante sonrisa infantil.
- Es como estar en el cielo –
Susurro para ella misma en un tono tan bajito y gentil que parecía haberse unido a la suavidad con la que las nubecitas ascendían para desvanecerse sobre el techo, sus pies se meneaban de adelante hacia atrás al quedar colgados por la altura del banco en el que se encontraba sentada para alcanzar la barra en la cual desayunaría por primera vez siendo “humana” en aquel cuerpo falso que le había sido otorgado para lograr ser vista por los humanos.
Colocando ambos brazos sobre la barra y se acurruco entre estos sin poder evitar pensar en lo bien que se sentía poder ser vista y escuchada por alguien sin la necesidad de poseer la guardia alta, era tan maravilloso ser un humano, percibir el calor, el frio, respirar, poseer calor corporal, ser lo suficientemente frágil para sentir dolor al lastimarte con un pequeño golpe y conocer la amabilidad de quienes estaban dispuestos a ayudarte sin esperar nada a cambio, las preguntas sin respuesta comenzaron a inundar sus pensamientos ¿Cómo habré sido siendo humana? ¿Le agradecía cada día a mi madre por las enseñanzas que me brindaba cuando era una niña? ¿Era una buena persona?, “Probablemente fui muy amada y por ello fue tan doloroso ser olvidada”, Se consolaba a ella misma mientras sus parpados se cerraban reluciendo de esta manera aquella espesa cortina de largas y risadas pestañas mientras se encogía en su asiento mirándose mucho más pequeña; Su pequeña nariz se movió de manera curiosa al percibir nuevamente aquel agrádame aroma que había conocido aquella primera noche de invierno en la Tierra.
- ¡Chocolate! –

Resonó su azucarada vocecilla llena de entusiasmo entonando con miel la palabra, se incorporó de inmediato posando su mentón sobre el torso de ambas manos que se encontraban juntas meneando su cabeza de lado a lado llena de desbordante felicidad disfrutando del dulce aroma que provenía de aquella taza que ahora se situaba frente a ella, pestañeo llena de curiosidad mirando todo lo que colocaba sobre la mesita, desconocía que era cada cosa sin embargo deslizo su diestra hacia algo que llamo su atención, ¿Qué eran aquellos cubitos blancos que parecían brillar?.
- ¿Puedo probar esa cosa blanca? –
Cuestiono más sin embargo entre sus manos ya se encontraba un pequeño terrón de azúcar y de manera distraída sin esperar respuesta deslizo su lengua sobre este degustando de un sabor que jamás había probado, un sabor tan dulce que estremeció todo su cuerpo.
- ¡Esto es realmente delicioso! –
Daba pequeños brincos sobre su asiento llena de energía para posteriormente comenzar a inundar su chocolate con aquellos cubitos de azúcar, apilando uno sobre otro hasta que estos relucían por el borde de su taza cual pequeños iceberg, con cuidado tomo la agarradera de la taza para posteriormente brindar sutiles soplidos sobre esta y acercarla hasta sus carnosos labios para poder beber un poquito de aquel dulce líquido que ahora era mucho más dulce que antes.
- ¡El chocolate con los cuadritos sabe mucho más deliciosa! –
Elevo su mirada para lograr encontrarse con la ajena y sonreír muy infantilmente con un enternecedor bigote de chocolate y azúcar decorando su labio superior mirándose como una pequeña niña que acababa de descubrir algo nuevo al mezclar una cosa con la otra.

[/code]- Es como estar en el cielo –
Susurro para ella misma en un tono tan bajito y gentil que parecía haberse unido a la suavidad con la que las nubecitas ascendían para desvanecerse sobre el techo, sus pies se meneaban de adelante hacia atrás al quedar colgados por la altura del banco en el que se encontraba sentada para alcanzar la barra en la cual desayunaría por primera vez siendo “humana” en aquel cuerpo falso que le había sido otorgado para lograr ser vista por los humanos.
Colocando ambos brazos sobre la barra y se acurruco entre estos sin poder evitar pensar en lo bien que se sentía poder ser vista y escuchada por alguien sin la necesidad de poseer la guardia alta, era tan maravilloso ser un humano, percibir el calor, el frio, respirar, poseer calor corporal, ser lo suficientemente frágil para sentir dolor al lastimarte con un pequeño golpe y conocer la amabilidad de quienes estaban dispuestos a ayudarte sin esperar nada a cambio, las preguntas sin respuesta comenzaron a inundar sus pensamientos ¿Cómo habré sido siendo humana? ¿Le agradecía cada día a mi madre por las enseñanzas que me brindaba cuando era una niña? ¿Era una buena persona?, “Probablemente fui muy amada y por ello fue tan doloroso ser olvidada”, Se consolaba a ella misma mientras sus parpados se cerraban reluciendo de esta manera aquella espesa cortina de largas y risadas pestañas mientras se encogía en su asiento mirándose mucho más pequeña; Su pequeña nariz se movió de manera curiosa al percibir nuevamente aquel agrádame aroma que había conocido aquella primera noche de invierno en la Tierra.
- ¡Chocolate! –

Resonó su azucarada vocecilla llena de entusiasmo entonando con miel la palabra, se incorporó de inmediato posando su mentón sobre el torso de ambas manos que se encontraban juntas meneando su cabeza de lado a lado llena de desbordante felicidad disfrutando del dulce aroma que provenía de aquella taza que ahora se situaba frente a ella, pestañeo llena de curiosidad mirando todo lo que colocaba sobre la mesita, desconocía que era cada cosa sin embargo deslizo su diestra hacia algo que llamo su atención, ¿Qué eran aquellos cubitos blancos que parecían brillar?.
- ¿Puedo probar esa cosa blanca? –
Cuestiono más sin embargo entre sus manos ya se encontraba un pequeño terrón de azúcar y de manera distraída sin esperar respuesta deslizo su lengua sobre este degustando de un sabor que jamás había probado, un sabor tan dulce que estremeció todo su cuerpo.
- ¡Esto es realmente delicioso! –
Daba pequeños brincos sobre su asiento llena de energía para posteriormente comenzar a inundar su chocolate con aquellos cubitos de azúcar, apilando uno sobre otro hasta que estos relucían por el borde de su taza cual pequeños iceberg, con cuidado tomo la agarradera de la taza para posteriormente brindar sutiles soplidos sobre esta y acercarla hasta sus carnosos labios para poder beber un poquito de aquel dulce líquido que ahora era mucho más dulce que antes.
- ¡El chocolate con los cuadritos sabe mucho más deliciosa! –
Elevo su mirada para lograr encontrarse con la ajena y sonreír muy infantilmente con un enternecedor bigote de chocolate y azúcar decorando su labio superior mirándose como una pequeña niña que acababa de descubrir algo nuevo al mezclar una cosa con la otra.
