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Era un día como cualquier otro en el trabajo y era uno de esos en los que el capitán junto con el tercero al mando tenían que atender ciertos asuntos extra, por eso mismo era bastante tarde así que los niños quedaron a merced de una niñera en casa, no tendría porque preocuparse por ellos por el momento.

-Fushimi-kun, no dejas de ser tan eficiente aún a estás altas horas de la noche... me dejas sorprendido. - Dijo el azul que estaba armando un rompecabezas mientras hablaba con el menor.
 
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ReisiMunakata1550188 · 31-35, M
Dijo de una forma que sonaba un tanto peligrosa soltando una leve risa y fue entonces cuando sus manos levantaron al pelinegro para recostarlo abruptamente sobre el escritorio haciendo volar las piezas del puzzle, aún a pesar de que era tarde a esas horas, aún había personal, podrían atraparlos en el acto.

-Si mal no recuerdo, te agradaba la idea de que te tomará en este lugar... voy a cumplir tu fantasía una vez más, Fushimi-kun~ -Sentenció para entonces inclinarse sobre su subordinado y obligar a que abriera sus piernas para poder acomodarse entre las de él, acto seguido la lengua del mayor hizo acto de presencia al deslizarse en la oreja ajena pasando la punta de arriba a bajo en está. Pero claro sus manos no se quedarían quietas, no solo estaba sosteniendo las piernas de su amor sino también que las acariciaba desde sus muslos hasta la parte de atrás de su rodilla.
-Mmm~
ReisiMunakata1550188 · 31-35, M
...hecho en el tiempo en que no se vieron.
-Así es, ¿qué te parece la idea Fushimi-kun?, te llenaré de rosas en la bella Italia y en nuestra boda, serás mi amo en todas las cosas. - Menciono el peliazul que tomo entonces la mano de su amado y beso su dorso como todo el caballero que era el rey azul y luego abrió sus ojos para observar a su amado.
-¿Qué tal si continuamos?, debo cobrar una larga lista de pendientes que me debes Fushimi-kun, te pasaré la lista a tu pda enseguida. - Con un movimiento de su muñeca y usando las pantallas suspendidas paso una lista de "compromisos" que el joven azul tendría que hacer para él.
-Tu lista se irá actualizando a medida que cumpla mis deseos. - El pda del joven sonó y fue entonces cuando se vio una gran lista con más de 100 cosas anotadas, munakata no solo preparo la boda sino que también tuvo el tiempo suficiente como para ponerse a hacer una lista de exigencias a su subordinado, ¿doble trabajo?
-Vamos a empezar por los besos y las caricias~
ReisiMunakata1550188 · 31-35, M
Sin dudas había tomado al pelinegro con la guardia baja, muy baja, pero era normal, el rey azul tuvo el suficiente tiempo como para poder tomarse la molestia de hacer los preparativos y todo lo demás para su boda, así que estaba más que preparado todo, por otro lado había notado ese pequeño sobresalto, si no fuera porque estaban hablando de un tema claramente importante, habría hecho algún movimiento lleno de perversidad.
-¿Crees que malgastaría mi tiempo sin pensarlo Fushimi-kun?, tengo todo preparado. - Menciono dejando los boletos en la caja, para nuevamente concentrar en sostener a su amado.
-No creo que sea demasiado Saruhiko, esto apenas comienza. - Dijo el peliazul con una sonrisa, había estado preparándolo todo.
-Ya he repartido las invitaciones y preparado la fiesta, el banquete y... - El mayor empezó a hablar sin pausar, sus discursos eran terriblemente largos como de costumbre y llenos de detalles, era como si le estuviera dando un informe a saruhiko de todo lo que había
Por el comentario del peliazul sus ojos se abrieron aun más, de poder los habría abierto más pero le era imposible. Ahora estaba en una especie de shock.
— ¿En 3 días? ¿Habla en serio? Pero. . . No hemos hecho preparativos de nada. — Por lo menos, eso pensaba él, todo estaba siendo apresurado y no estaba digiriendolo correctamente. Era demasiado.

Dio un pequeño sobre salto al sentir las manos ajenas debajo de su cuerpo, pero no dio demasiada importancia no ahora mismo.
No hacía más que ver estupefacto cada cosa que le decia su prometido.

Fue así que dirigó sus ojos hasta las manos de aquél para percatarse de los otros boletos.
— ¿Eh, Italia? Ahí sera nuestra luna de miel. . . — Arrastro. — ¿Cuándo decidio todo esto? Es demasiado. . .
ReisiMunakata1550188 · 31-35, M
Sus hombros se movieron acompañados de una pequeña risilla, después de todo, había logrado sorprender a su prometido.
-Dentro de tres días, mañana prepararemos todo para el viaje. - En el proceso se acomodo sus anteojos con las puntas de sus dedos sin borrar su sonrisa y al terminar de hacerlo acomodo sus manos por debajo de las nalgas de su amada "presa".
-Será algo exclusivamente privado, nuestra primera boda, tal vez la primera de muchas...-Antes de seguir hablando su mano fue sobre la caja de fushimi y removió la parte blanca, abajo había otro par de boletos.
- Y ese...Fushimi-kun, sera nuestro siguiente destino, donde pasaremos la luna de miel. - Menciono el rey azul y agrego.
-¿Puedes leer donde será?
— Tch. — Chisto con una leve sonrisa en su rostro. — Tonterías. — Respondio, esa manera tan particular de decir las cosas por parte del de orbes amatistas, no le sentaba bien a veces.
Pero dejo eso aun lado para así contemplar el obsequió, era tan propio de él, en verdad era un regalo con aspecto encantador. No perdio más tiempo y quito aquel lazo así como papel para dejar al descubierto la caja desnuda, retirando así la tapa.

Pronto se dejo ver un par de tickets, tomandolos, se trataban de unos boletos para ir al mismisimo Paris. Miro con sorpresa y confusión, más aun al escuchar lo de casarse en ese sitio.
— ¿Eh? ¿Cuándo nos casaremos? — Pregunto casi por inercia, aun trataba de digerir la sorpresa, que no estaba reaccionando bien.
ReisiMunakata1550188 · 31-35, M
Realmente estaba contento de tener al azabache en presencia y más que eso, de poder escuchar su voz y muchas cosas más al respecto. Pero lo primero lo primero, antes de seguir alagando a su amor, le entrego ese pequeño obsequió.
-¿Acaso está demás alagar tu alma?, sin embargo, antes de procesar con nuestra situación deseo que tengas esto. - Era una pequeña caja que poseía un listón azulado, el envoltorio era hermoso y brillante, en cuanto el pelinegro lo abriera se encontraría un par de boletos de avión, eran para viajar a Francia.
-Ese será nuestro próximo objetivo, será el lugar donde nos casaremos. -Dijo a ojos cerrados con una agradable sonrisa, el azul ya había decidido fecha para la boda según parecía.
— ¿Eh? — Apenas si pudo decir, cuando se encontraba siendo movido por el peliazul, aunque tuvo que ponerse de pie para poder abrir las piernas y rodear al azul con las mismas. Teniendolo así directamente de frente.
— Sí, eso parece. — Dijo con una ligera sonrisa, mientras colocaba sus manos sobre los hombros ajenos. — Tch, ¿qué cursilerías dice ahora? — Menciono el menor inclinando ligeramente el rostro hacía abajo para poder ver al de ojos amatista.

Pronto se vió confundido por las palabras ajenas, solo se limito a ver las acciones del otro hasta que estaba frente a él un obsequio tomandolo así.
— ¿Darme algo? ¿Qué es eso? — Pregunto curioso viendo al peliazul.
ReisiMunakata1550188 · 31-35, M
Vio que por el momento el joven azul se estaba "resistiendo" un poco a su invitación, pero al final lo vio acceder, cosa que puso feliz al de cabellos azules.
En cuanto lo sintió sobre él lo rodeo al instante con sus brazos.
- Si, puedo verlo, pero de esa forma no. -Le dijo el rey azul a su subordinado, y fue entonces que lo ayudo a acomodarse, lo tomo por debajo de sus brazos y lo hizo girarse para que luego abriera sus piernas y pudieran estar frente a frente con sus rostros ahora bastante cerca.
-¿ no crees que así es más adecuado?, puedo apreciar el cielo desde aquí. -Fushimi en esa posición claramente había quedado un poco más alto, así que munakata tenía que elevar un poco la mirada para observarlo.
-Cierto, cierto... no te he dado nada... -Menciono el mayor y abrió uno de sus cajones y fue entonces cuando saco un pequeño obsequio.
-Esto es para ti Fushimi-kun.
— No es la gran cosa, es parte de mi trabajo.— Respondio simplemente. Hasta que escucho al peliazul, mirando así a su alrededor. No había un solo lugar donde sentarse, ha esa oficina le hacía falta un buen sofá. Fue cuando se percato de las intensiones de su superior el cual lo invitaba a sentarse sobre sus piernas. Este enarco una ceja para así soltar un suspiro.
— ¿Está hablando en serio? — Nuevamente solto un suspiro. Bueno, no había estado con él como era debido. Se lo debía de alguna manera. Así que sin más opción; rodeo el escritorio y tomo asiento en las piernas ajenas.
— Ya esta. — Dijo, dejando sobre el escritorio la tablet con la que estaba trabajando.

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