—Pero hice una perfecta imitación, podría camuflarme en el Bosque de Plata y nadie se daría cuenta de mi presencia.— En realidad había sido patético, tanto su disfraz como su actuación, y ambos lo sabían. La abrazó con un poco más de fuerza, observándola. No se cansaba de ver como con la luna llena en el cielo, su piel parecía incluso brillar. Rayla era alguien poderosa y enigmática, y en momentos como ese se preguntaba como había tenido tanta suerte de haberla encontrado, y que le correspondiera de ese modo. —Volveremos. Ambos. Además, tienen que darte crédito, nos salvaste a todos, Rayla. No importa lo que otros digan, para mi siempre serás una heroína.