Si algo le alegraba es que Callum no le tratara como una loca, confiaba en ella y trataba de hacer todo lo posible por brindarle un poco de calma. Sonrió, intento contenerse para no reír al ver el enorme esfuerzo del joven por no parecer un tonto tras aquel gesto por parte de la elfa, en el cual falló miserablemente. Sentía, que tenía a su lado a la persona correcta y rogaba porque nada lo apartara de su lado. Era por ese motivo por el cual quería poner un alto a sus ideas, en el fondo esperaba equivocarse y que en realidad Lord Viren desapareciera de la fas de la tierra.

- En ese caso debemos actuar cuanto antes...lo mejor es ir con Ezran e idear un plan. Si Amaya nos descubre eso también sería un gran problema...es demasiado estricta.- Se encogió de hombros y rascó su nuca.

Siempre sonreía como tonto cuando a Rayla le daban esos arranques de euforia, quizás ni siquiera ella era consciente del todo de lo que hacía, más era impulsiva y auténtica, no había aspecto que no le gustara de esa chica. —Si...— Volvió a la realidad luego de unos segundos, después del beso, en el que incluso se dio una palmada en la frente para no seguir respondiendo como un idiota. —¡Es decir no! Si, no... no quería sonar arrogante.— Carraspeó pues se dio cuenta de que había fallado miserablemente, quizás era mejor continuar con el plan. —Podemos ir justo ahora que el castillo está en calma, nadie más que Ezran y yo sabemos de ese lugar, en realidad pensamos que podría servir de algo mantenerlo en secreto, antes de que Amaya decida que es una mejor idea desmantelarlo...— Frunció el ceño, de pronto, la seriedad había invadido su semblante. —La magia oscura es peligrosa y cruel, pero si ocurre lo peor... debemos tratar de comprenderla para vencerla.

Sus ojos se iluminaron al escucharlo. —¡Eso es! — Se apartó un poco sin poder contener cierta emoción, aunque no aseguraba que pudieran encontrar algo, sin duda era un paso grande. — Sea lo que sea puede que encontremos algo relacionado a sus trucos sucios. — Se inclinó para tomarlo de sus mejillas y besarlo en los labios antes de volver a abrazarse a el. —Gracias Callum, soy muy afortunada de tenerte.—

Se quedó pensativo, pensando en una de sus usuales imprudencias, pero... ¿qué podían perder si investigaban un poco? Si Viren les había hecho algo a esos elfos, entonces solo Viren podría saber cómo revertirlo. Obviamente para hacerlo necesitaban otro mago... sonrió y volteó hacia Rayla, que suerte que si tenían uno. —Tengo una idea.— Eso no auguraba algo del todo bueno, aunque sus planes eran efectivos, no distaban de ser peligrosos. —Quizás ya no podamos hacerle pagar por sus crímenes, pero cuando encontré el huevo de Zym, estaba en una habitación escondida en los subterráneos del castillo, la habitación que Viren usaba para trabajar a escondidas de mi padre. Quizás, si encontramos de nuevo ese lugar, podremos descubrir alguna pista que nos indique lo que le sucedió a tus padres y a Runaan.

Si bien las palabras de Callum le daban ánimos no se sentía del todo segura, pero pensar en todo lo negativo que podía pasar no la llevaría a ningún lado. Suspiró y asintió permaneciendo recargada en el. — Tienes razón, se que además la Reina Dragón nos ayudará. Todo saldrá bien...— "Espero..."
Levantó la vista al cielo, luna llena, como aquella noche, esta era la señal para un nuevo comienzo, para la verdad. — Viren hizo algo con mis padres, a Runaan. Creo que por eso...me niego a aceptar que se ha ido. Una parte de mi desea tenerlo enfrente y hacerle pagar sus crímenes. —

—Pero hice una perfecta imitación, podría camuflarme en el Bosque de Plata y nadie se daría cuenta de mi presencia.— En realidad había sido patético, tanto su disfraz como su actuación, y ambos lo sabían. La abrazó con un poco más de fuerza, observándola. No se cansaba de ver como con la luna llena en el cielo, su piel parecía incluso brillar. Rayla era alguien poderosa y enigmática, y en momentos como ese se preguntaba como había tenido tanta suerte de haberla encontrado, y que le correspondiera de ese modo. —Volveremos. Ambos. Además, tienen que darte crédito, nos salvaste a todos, Rayla. No importa lo que otros digan, para mi siempre serás una heroína.

—Oh no, no de nuevo eso del elfo del bosque — Dejó escapar una risa suave mientras continuaba recargada en el, respiró profundamente y estiró sus brazos para abrazarse a el, la luna poco a poco comenzaba a abrirse paso. — Se que encontraremos la manera, contigo siento que puedo lograr cualquier cosa y al final, con haberlo intentado estate satisfecha. Volveré cuántas veces sea necesario hasta lograrlo. —

¿Cómo no escucharla? Rayla había sufrido durante tantos años, la pérdida de sus seres amados, la soledad... sabía como se sentía y la comprendía, y sabía también que él mismo no habría actuado diferente. Acarició su brazo con suavidad mientras la mantenía junto a él y sonrió al escuchar su petición. —Si incluye disfrazarme de elfo del bosque otra vez, estoy dentro.— Bromeó, dejando que ella se acurrucara otra vez. —Necesitamos preveer el peor de los escenarios, buscar la forma de que Ethari pueda verte durante más tiempo si aún eres invisible. ¿Espejos quizás? Podría leer tus labios, podríamos explicarle todo... Luego, él podría conseguir una audiencia con los líderes de tu clan, podría hablar por ti y convencerlos de levantar el hechizo.

— Esto es lo que más me gusta de ti, Callum...siempre me escuchas y apoyas, soy muy afortunada de tenerte— Se recargó en el y cerró sus ojos respirando profundo, permitiendo que por un momento aunque fuera efímero la paz llegara a ella y le permitiera disfrutar de esa compañía, de ese joven quien incondicionalmente brindaba soporte en momentos difíciles. — Se que no estoy sola, es por eso que...quisiera que me acompañaras, podemos hacer un plan...tu eres bueno en eso.— Levantó su cabeza un poco para besar su mejilla antes de volver a apoyarla contra su hombro.

Algo le decía que esa era la respuesta que le daría, pero no perdía nada con intentar. Sin embargo, si esa era la decisión de Rayla no podía hacer más que estar a su lado, apoyarla, cualquiera que fuese la respuesta, después de todo si algo era una verdad absoluta es que merecía una.

—Eres la persona más valiente que he conocido.— Tomó su mano, tan diferente a la propia, pero que se sentía cálida y agradable. La sujetó con fuerza, mientras cerraba la distancia que los separaba para rodearla con su brazo libre. —El Príncipe Dragón y la Reina no podrían tener una mejor guardiana.— La aferró, mientras el día terminaba. Un día más a su lado, un día más que agradecía. —Pero... nunca olvides que no estás sola, ¿De acuerdo?