Tras unos meses fuera del reino, Romine habia aprendido a sobrevivir a las afueras del mismo. Claramente habia sido dificil, sin embargo, parecia elegir el trabajo arduo, antes que volver al lugar que alguna vez llamo hogar.
Durante la tarde, solia dedicarse a la recoleccion de frutos y/o semillas comestibles a sus alrededores, y aquel dia no seria la excepcion. Diambulando entre un nuevo camino, y dejandose llevar por la gentil ventisca, Romine termino llegando a un sitio apartado, que si bien no parecia estar en las mejores condiciones, de algun modo conservaba un encanto magnetizante(...
(...) — Este lugar es extraño, pero conserva una particular energia en su interior ¿Acaso se tratara de uno de esos sitios que mi madre solia contarme? — Preguntaba para si misma, dando pasos pequeños y cautelosos hacia el frente.
Mirando de un lado a otro, esperando que nada la tomará por sorpresa, poso una de sus manos sobre una de las paredes de una casa abandonada, sintiendo detenidamente el material del que estaba hecho, percatandose accidentalmente de una serie de runas marcadas en la misma.
