A lo lejos una fémina con observó en la soledad a Davion quien sin pedirle permiso los levanto de su asiento para que se pongan a festejar, a lo que él no pudo rechazar, a pesar de todo, el alcohol y momentos como los que estaba viviendo eran de los pocos momentos en los que podría olvidarse de su vida y su pasado por lo que se puso a bailar con el resto de seres mágicos olvidando por unos momentos ese odio que les tenía. No muy lejos de aquellos acontecimientos, un joven elfo y una humana observaron a Romina , quien de manera desprevenida tomaron de los brazos para que esta también se uniera a la gigantesca ronda donde todos giraban alegres y bailaban todos entre todos, intercambiando parejas de bailes ante cada cambio de sonata, llenos de júbilo.(2)