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Dicen que en los bosques elficos se pueden ver espíritus ancestrales, fantasmas malignos, hadas y toda clase de seres mágicos e increíbles, eran cosas que había oído en las conversaciones en las tabernas aledañas al bosque, mas eso no impidió que tomará un desvió o retrocediera. La única manera de poder llegar al reino de los elfos Gridania, era atravesar el gigantesco bosque que los separaba de tierras profanadas por el humano. (...)
 
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R1547445 · 26-30, M
Ya llevaba un buen rato sentado y el sol apenas se veía. Ahora se hacía bastante más notoria aquella pequeña luz que se movía de manera fugaz. Parecía que quería ocultarse de él pero ahora podía ver que de alguna manera le estaba observando o se mantenía muy cerca del caballero. Era extraño un elfo por muy sabio y ancestral que sea no podría tomar esa forma por tanto tiempo, aunque podría ser un druida, pero ni siquiera era un animal como para estar en esa forma. Ahora se había descartado que fuera un elfo, quizá era un espíritu ¿Pero un espíritu de que exactamente…? No parecía ni humano, ni elfo, ni siquiera un enano o un demonio. ¿Qué era exactamente aquella pequeña figura luminosa?, había escuchado hablar sobre hadas pero solo en cuentos, era demasiado irreal dentro de lo irreal. Se puso de pie algo desconcertado después de pensar por un buen rato, no podía estar tranquilo frente a algo que realmente desconocía.

── ¿Qué eres…? No eres un elfo, ni un espíritu. Habla. ──
SW-User
Al parecer ese humano era diferente, aquella acción en donde al parecer manejó algo de magia la sorprendió, pensó en primera instancia que la atacaría, pero pronto desapareció dejando confundida a Enya. Se estar perezosamente echada sobre una rama, terminó sentándose. Pudo ver que las armas que el hombre aquel llevaba consigo las había dejado a un costado, ¿un acto de sumisión? Enya asumió que si y aun así se lo pensó un poco más.

Ahora descendió a lo largo del tronco llendo con rapidez de un lado a otro, el sol había comenzado a ponerse, por lo que su brillo seria mucho más fácil de ver por la noche, pensó en esperar un poco más, si el humano era un tanto más paciente, entonces Enya podría presentarse ante él.
R1547445 · 26-30, M
(...) Ahora solo quedaba esperar, ya no seguiría más aquella luz, sino más bien se sentaría en el último lugar que quedó dejando la espada envainada junto a su escudo a un lado y se cruzaría de brazos a esperar.
R1547445 · 26-30, M
Tras seguir aquella luz que se movía de manera fugaz, ya que apenas podía seguirla con la vista no quedó más remedio que esperar por varios minutos alguna respuesta, no todos los elfos sabían el idioma común de los humanos, quizá alguna muestra especial haría que se mostrase. El caballero comenzó a pensar en que podía hacer para que se mostrase. Entonces recordó a su madre, Rian no poseía dotes mágicas pero había una rama que podía ser un ínfimo y casi inservible hechizo, un pequeño destello de luz proveniente de la magia del mismo nombre.

Entonces unió sus manos y concentro el ínfimo poder mágico que poseía y así se comenzó a formar un destello que se elevó en el aire y desapareció en unos instantes. En realidad no sabía el motivo de porque hizo aquello, pero en el fondo quería demostrar que venía en son de paz y quería que se reflejara con un hechizo tan débil e indefenso como ese. (...)
SW-User
(...) Su luz era difícil de esconder, huia del sitio o tendría que enfrentar y dejarse ver por aquel humano. Eso que cubría su cuerpo le impedía ver el rostro y ese cuerpo blando que normalmente tienen, ese parecía metálico. Un rato le tomó pensárselo, tal vez pensaba poner a prueba esa paciencia, si buscaba ayuda entonces podría contarle lo que quería, lo que buscaba y que hacía en ese lugar.

Se postró en la parte alta, fuera del alcance de él y así esperó, esperaba verlo partir, no esperaría, los humanos son impacientes por naturaleza, ¿no?
SW-User
Por las experiencias vividas en antaño, era claro que Enya no confiaría en las palabras de aquel humano, ahora que le había escuchado hablar al menos estaba un poco más segura de que lo era. Se mantuvo detrás del tronco, al ser pequeña solo le bastaba un parpadeó de él para que su posición cambiara, ahora habia subido entre las ramas altas del árbol, estaba segura que seria peligroso el dejar que el se acercara.

No emitió sonido alguno, en su estado actual no tendría caso, él no entendería, al final la había confundido con el Elfo, eso la dejó pensativa. ¿Conocía su existencia? ¿Los buscaba? ¿Y Por qué un humano buscaria ayuda con los elfos? (...)
R1547445 · 26-30, M
── Elfo, puedes mostrarte, no tengo intención de profanar este bosque… Solo vengo en busca de ayuda... ── Intentó de manera calmada y sumisa hacer que si había algún elfo, se mostrara.
R1547445 · 26-30, M
¿Una luciérnaga…? Imposible, jamás había visto alguna que brillara de tal manera. ¿Magia de luz…? Podía ser, quizá la intromisión del caballero pudo molestar a algún elfo que cuidaba el bosque, pero con el rabillo de los agujeros de su yelmo pareció ver una esfera sumamente brillante. Rápidamente se puso de pie y se giró en dirección de la luz solo para ver como desaparecía entre los arbustos. Guardó el odre nuevamente en su morral, pero ahora había perdido la orientación en la cual se dirigía, el bosque era de todo menos interminable, tenía que llegar a el reino elfico para saber qué clase de maldición es la que estaba inculcado en su ser. Ahora lo único que quedaba era confiar en su instinto, y su instinto ahora forzaba a seguir aquella luz que estaba totalmente fuera de lo normal. Entonces se adentró entre la fauna dejando aquel rio atrás, era extraño pero a pesar de estar en un territorio salvaje no sentía miedo alguno. (...)
SW-User
(...) ante los ojos de los humanos, ella parecería una esfera de luz rosa brillante.

Llegó al río, su cause era de los más tranquilos, su agua cristalina y fresca, estaba feliz de que al menos los humanos no lo hubiesen reclamado ya como suyo, eso era lo que hacían, apropiarse de todo. Pensar en eso distrajo a Enya, quien al percatarse de la presencia de un... ¿humano? Con rapidez escapó escondiéndose tras el tronco de un frondoso árbol en la cercanía, espera que no la haya visto, por lo que espía, camuflandose entre las hojas de los arbustos.
SW-User
El sol brillaba en lo alto, la sombra de los árboles y la vegetación aun húmeda, impregnaban el aire de ese aroma a tierra mojada. El rocío hacia que brillaran los pétalos y demás hojas que fueran bañadas. Enya, una de las últimas hadas que quedaban en aquel bosque merodeaba, iba en busca del río que corriente arriba la llevaría a donde caia la cascada, necesitaba una flor que crecía ahí.

En su apariencia actual, aquella que todos habían escuchado, pequeña, frágil, delicada, pero ágil y rápida, se movia con precaución y sigilo, pues se sabia que los humanos aun rondaban aquellas ierras sagradas, razón del por que su especie había disminuido. (...)

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