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Hola de nuevo, brazo.
 
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Nexialist · 22-25, M
Bien, mejor. El Noreste está plagado de enanos. -Buenos recuerdos en los que robó lo necesario para ganarse algo de nombre entre los grandes ladrones, una espada grabada y remarcada en su filo. Aún la tiene pero es más de dagas.

Observa en su quietud cuando llega al final de la primera bifurcación, claro que ella seguirá derecho y él virará no sin antes repetir.- ¡Atás chocra, paria! -Anda a saber lo que signifique, se retiró luego del pequeño trabajo. Si bien la ganancia no fue lo más importante ahora conocía un nombre y una ubicación.

Si bien volver al refugio era suicidio, él era un suicida. Ahora que no estaba cerca de ella podía irse a su propia penumbra. No hay quien mire los maltrechos sobrenaturales del demonio que se funde en las sombras como si saliera de este mundo. Ni los gritos de fuera ni el disturbio en general supera al susurro helado que escapa hacia la tierra de los muertos.-

[FIN]
Idris · F
— Sal. Tendrá que ser.

-Reanuda la marcha y la idea inicial es ignorar la pregunta pero le concede respuesta a cambio de la información brindada. -

— Sur. Hay algunas ciudades pequeñas, esas siempre están plagadas de problemas, siempre traen contratos.

-Antes apuntaba al Norte Inhóspito, las cosas cambiaron y ni tiempo de abastecer, el asentamiento sureño más cercano queda apenas a día y medio, llegará a tiempo para comer, con suerte hasta degustar algo de vinodulce.-

— Ataas shokra.

-Comenta al final como despedida siguiendo el camino paso a paso con tan agradable orquesta de fondo y la penumbra del túnel engullendo su figura.-
Nexialist · 22-25, M
-Por suerte estaba acostumbrado al olor a mierda de las alcantarillas, los soldados y criminales combatían como locos fuera del túnel.

Un brillo atraviesa la tenue luz, el primer reflejo de todo ladrón es tomarla y morder para averiguar que sea genuina antes de guardarla en su pequeño saco. Lo es. No sonríe, los ojos carmesí expresan el enojo de perder un buen trato a largo plazo, todas esas historias se escaparían frente a la mirada llena de malicia.-

El siguiente canal está más delante, no pasa por río y va al mar del puerto. -Indica, no es mentira pero omite que pueda estar lleno de guardias. Por desgracia nunca intentó salir por las alcantarillas, aunque conocía atajos en la misma.-

¿A dónde escaparás? Descuida, soy ladrón pero no topo. -Quiere saber, ¿tal vez por si escapa también? No, no, no preparó equipaje todavía y Jhyan es una molestia de cabeza con dejar el dinero en la guarida. ¿O será la comodidad de seguir robando? Carajo, que difícil sujeto.-
Idris · F
— Así es.

-Vaya cambio ambiental, de vuelta al aire viciado, minúsculas luces entre los ladrillos mohosos, cada tanto la luz de luna se colaba entre rendijas.

Andaban sin mediar palabra ya había demasiado caos afuera y dentro, con algunas ratas temerosas corriendo de un lado a otro.

Hora de pagar, no tiene bolsillos a simple vista, aberturas a la altura de las muñecas donde se guarda pequeños abalorios, monedas, hojas. De ahí saca una brillante moneda de plata que lanza hacia Jhyan.-

— Listo.
Nexialist · 22-25, M
-Que mal que se diera cuenta, estaba pensando si podría usar algunas piezas para su arsenal personal y quién sabe, tal vez le quedaría bien. No pudo quejarse, después de todo podría haberlo apuñalado ella también.

Siguió su paso.- ¿Debería tomarlo como una despedida? Que mal negocio sería. -Claro, si ella toma el mando significa que tal vez no busca volver a la choza primitiva del ladrón pero tiene sentido, ¿cuántos testigos podrían haber mencionado a una mujer alta como una puerta en el tiempo que decidieron salir del lugar de los hechos?

Como si pudiera anunciarse de forma menos sutil, los pasos de metal empiezan a llenar las calles y los ladrones empiezan a escapar también. Antes de que se den cuenta es un nido de ratas en el canal, bien hecho por meterse en los túneles.- Les pasa por darme libre. -Bromea, o no.-
Idris · F
— Primero.

-Va quitándole el resto de la propia armadura, no vaya a tomar las piezas como rehenes para extraños tratos. Quita y ajusta, guantes, hombros, todo. Le sabe reconfortante aquel peso tan conocido.

Habría de salir por la entrada de antaño, volver sobre sus pasos parece un plan suicida.-

— Avante.

-El último tramo hasta los túneles de bóveda la guía ella, pasos amplios aprovechando la longitud de las extremidades. Un fastidioso gruñido se le escapa tras escuchar las lejanas risotadas, maldito sea.-

— Piensa bien tus últimas preguntas.
Nexialist · 22-25, M
-Camina, camina rápido hasta oírla con toda la calma que parece tener la mujer. Las palabras son oídas por él y que no ve, se nota fácilmente la sonrisa del viejo desde abajo. Risas, risas de anciano que finalmente se alejan con su lentitud característica.

Momento de bajar la marcha, amainando el paso hasta detenerse contra la primer sombra y observar atrás. No hay alarmas ni campanas todavía, ¿habrán siquiera alertado del cuerpo?- Espero que no cambie mi paga. ¿Volvemos? -Junto a la pregunta señaló los desagües de los canales, mismos por los que transitaron durante el "tour".

Tras unos segundos sonó la primer campanada, tal vez el cuerpo llegó al puerto. No es como si estuvieran tan lejos de él, casi toda la ciudad es el puerto.-
Idris · F
— No ¿O si? Muy tarde para saberlo. Y no corras.

-Se vería sospechoso si apresura demasiado el paso. A regañadientes de carga la otra parte de la armadura, suerte que no eran tantas piezas. De paso pilla la lanza por la respectiva empuñadura.

Sigue a Jhyan como uns sombra sin siquiera mirar atrás pero cuando ya se habían alejado lo que considera suficiente se detiene entre la maleza y enredaderas a calzar sus botas, una espinillera, y el resto de piezas que cargaba. -

— Tsk. Espera, habrá que cambiar de planes.

- Reanuda la marcha, si el pez era quién creía mejor salir de ese hueco infernal esa misma noche.-
Nexialist · 22-25, M
-Error de cálculos, olvidó que todos los canales desembocan en el río.- No, tal vez sea tuyo. -Da un par de pasos atrás, los guardias encienden las farolas de alcohol mientras vigilan las sombras que se mueven por el río, si bien son corruptos no pueden dejar pasar algo que perturbe la falsa tranquilidad despreocupada de los ciudadanos. No, deben custodiar la fachada.

Jhyan se va unos pasos atrás no sin antes darle una palmada al hombro a la cazadora, ¿un aviso? Podría haberla dejado que la tomaran desprevenida al menos. Tomó algunos trozos de armadura, en parte para que ella escape y por otro lado, si la atrapan puede quedárselos.-

Psst. -Llamado, no hay nadie ojeando los canales, nadie salvo un viejo de ojos blanqueados por la ceguera.-
Idris · F
— Entonces supongo que moriré. Es lo que toca. Ni tanto, ha aguantado bastante.

-Los instintos son cosa curiosa, a veces orillan a decadentes ritos a veces avisan de singulares peligros. Los suyos se activan en forma de escalofríos que suben por sus brazos hasta la nuca en un sudor frío. Quieta, se quedó quieta porque no tenía armas menos armadura.

Desconoce el lenguaje que utiliza. ¿De nuevo habla con el Jhyan en tercera persona? ¿Desde cuando era quién formula preguntas? Un pez gordo rompe la tensión, pequeño error, es curioso lo fácil que uno confunde los peces moribundos a cadáveres hinchados. Lentamente se incorpora.-

— ¿Amigo suyo?

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