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Débil.
 
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Nexialist · 26-30, M
Créeme, morir me beneficia más a mi que a ti. -O al menos lo que para un demonio significa "morir", la inexistencia. Pero de todas formas no podría dejar que ocurriera, no sin resistirse, después de todo está en su naturaleza.
Salió del coche y le echó un ojo a la mujer.- Mi habitación está arriba. -Señaló con el índice el techo del bar, que era un edificio un tanto más viejo, con la mampostería descubierta y parches improvisados para que no se caigan los ladrillos. Luego se dirigió al local, confiando que ella tendría la bolsa, esperando que ella estuviera lo suficientemente apartada del auto para colocar la alarma y jactarse de que no la activaría adrede.- ¿Vodka? De paso puedes desinfectarte el dedo.
—Si obvio... Pero te pasas! — se quejo con un encanto infantil en su comentario. Simuló que estaba en algún juego de Coney Island eso le ayudo... Tras el aparcamiento sostuvo la bolsa aunque sintió que le daba vueltas la cabeza, abrió luego de soltar el cinto y antes de dar un paso le miro iracunda. —Te mataré..— lo dijo con seriedad aunque no había una intención como tal en sus palabras. Así pues le dió la espalda disponiéndose a salir del coche aunque al final se sostuvo de la parte superior del coche.—¡Alcohol! — exclamó como si no hubiera tomado ni una copa.
Nexialist · 26-30, M
-La mira de reojo luego del grito, de cierta forma sintió satisfacción por el dolor ajeno, pero no rió con ella, sólo la dejó expresarse a gusto mientras permanecía en total silencio. Ya faltaban pocos metros cuando notó el dedo.- ¿Qué? ¿Quieres alcohol? -Dobló de golpe otra vez, luego frenó con la misma instantaneidad para aparcar el coche, de todas formas sabía que ella traía cinturón. Apagó el motor, sacó las llaves y se volteó para agarrar la bolsa de narcóticos, la puso sobre su regazo. Finalmente miró por útlima vez a la mujer, con una expresión totalmente nula, fingiendo algo de incredulidad.- ¿O qué? Sólo dilo. -Si hay algo que disfruta es joder a alguien en cualquier sentido o intensidad, ese era uno de los momentos dond emenos enojado parecía. Aunque no dejaba de verse serio. Miró el dedo una vez más, luego a los ojos ajenos.-
—No, parece que lo son pero no.— estaba en lo suyo así que poco y nada subía la mirada hacia el exterior, a veces solo turna la vista entre su hacer y el pelinegro. Ya se le había bajado el alcohol que bebió así que se sentía lista para una nueva ronda. —No...— se negó pero todavía no lo miraba ya que tenía una vena en la frente por una mancha que notó en una de sus uñas, justo estaba tallando la misma cuando sintió la forma en que movió el volante por lo que ese movimiento le hizo lastimarse al clavarse el palillo entre la carne y la cutícula. Abre los ojos obviamente furica le tira un golpe en el costado y otro y uno más. —¡JOHN! — le reprocha aunque termino riendo, entonces vuelve a su misión y se saca el pedazo de madera, empieza a salirle sangre y le acerca la mano para que le limpie. — Haste cargo..— refunfuña mirándolo feo con una de las mejillas infladas.
Nexialist · 26-30, M
¿Tienes un favorito? Pensé que eran todos iguales. Y no se te ocurra cantar. -A medida de que conducía hacia el otro barrio, la calidad de los edificios y las tiendas bajaba más y más, así como se elevaba la gente a pie y disminuían los coches. El centro-sur de Los Angeles es de las zonas más pobres de la ciudad, no es de extrañarse que ocurran dos cosas obvias: delincuencia y ausencia de la ley. El hombre maneja por los pasajes más pequeños en busca de ese diminuto edificio.- Debería estar por aquí. Yo agarraré las jeringas por ti, después de todo son las que mejor se sienten. -Dirige la mirada a ella, por alguna razón no ve nada raro en que se esté limpiando las uñas, pero él aprovecha a dar una pequeña volanteada, el coche va y viene en un único zig zag veloz.- Estas calles están llenas de pozos. -Miente, claramente. Pero lo importante es que encuentra el telo de poca monta, es un pobre edificio al final de un pasaje.-
acercó las mismas y las empezó a limpiar con un mondadientes que sacó del bolsillo superior de su chamarra.
—¿Qué? ..no fucking way. — de todo eso era lo menos que esperaba, si que se llevó una sorpresa, nego varias veces. —Luego te llevaré a mi favorito.— soltaba la ceniza por la ventana y volvía a dar una profunda calada al culo del cigarrillo. —No tengo más que hacer, asi que podría cantarte (?... — de nuevo rió, parecía bastante risueña, pero es que lo es. Todo forma parte de su torcida personalidad que no ha podido madurar no cree hacerlo. Menos con el estilo de vida que lleva. Le miraba fijamente podía hacerlo ya que ella no era quién conducía, mando un mensaje para que fueran a buscar a Muriel, no podía dejarla. Al voltear por un instante hacia un costado noto los colores, le trajeron viejos recuerdos así que no dejo que eso sucediera otra vez por lo que volvió la mitad hacia su acompañante. —Fumandola, comiendola, e inhalando. Mi puta vanidad no me deja andar marcada de los brazos o alguna otra parte del cuerpo. No de ese modo. — responde viéndose sus uñas, notó cierta mugre en estás
Nexialist · 26-30, M
-Enarcó una ceja al sentir la caricia, pero lo ignoró.- Nunca he ido a uno. -Afirmó, aunque tiene un vago recuerdo de algo similar, pero nada relacionado con lo que ella dice. En lo que cerró la puerta él se dirigió al asiento del piloto, se metió y encendió el carro, hizo sonar el motor un par de veces antes de arrancar. La miró de reojo, luego al frente.- El camino es un poco largo. -El centro se veía de por más lujoso a esa hora, la tarde es un momento casi ideal para notar los colores encalidecidos de los edificios. Pero él no se dignó a verlos ni por un momento, lo único aparte de la mujer que lo distraía de la calle era la bolsa de drogas en el asiento trasero.- ¿Tienes experiencia metiéndote mierda en la sangre? -Preguntó en lo que tomaba la gran avenida, ahora estaba medio vacía.-
Muchos pensamientos pasaron por su mente siendo estúpidamente enumerados, así que mientras hacia eso puso en pausa sus impulsos respirando profundamente. Notó cierta incomodidad por la cercanía, soltó un par de risitas pero no se despegó sino hasta que le abrió la puerta, le sacudió las solapas como si tuviera polvo o mugre. Entonces dejo una caricia en su mentón antes de acomodarse en el asiento del copiloto. —Asi está bien, no creo haber ido a ese lugar, lo recordaría. Suelo ir a los stripclub a ver a las chicas, cuando tengo una favorita ... La pido para acurrucarme entre sus tetas. — torció los labios hacia abajo mirándole desde abajo. Cerro la puerta subiendo las piernas en el asiento, prendió un cigarro y se amoldó el cinturón de seguridad.
Nexialist · 26-30, M
Hm. -Desvió la mirada por un momento, la sintió algo complaciente pero no comentó al respecto. Las facciones de la mujer le parecían bien acomodadas, no dejaba de pensar que tal vez estuviera frente a alguien que no se contiene en sus instintos, algo con lo que se encuentra identificado. No fue hasta que sintió el jalón que su expresión se tornó brusca, sin embargo no reacciona, se deja hacer contra ella en lo que se dirige al auto. Cuando llega, se hace a un lado para abrirle la puerta, mirándola de reojo.- Es un buen antro, está escondido en alguna parte de South Central. Salvo que quieras lujos. -Casi parece que lo advirtiera más que consultar, después de todo no es la clase de hombre que se entierra en los grandes edificios para consumir mercancía robada.-

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