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Otro día de mierda.
 
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Nexialist · 22-25, M
-Su mirada está calma, siente que podría desfallecer en cualquier momento por tan sólo la presencia de ella tan cerca. Puede sentir aromas y esencias que lo vuelven incrédulo ante la fantasía del querer, a punto de volverse deseo. Busca tocar su cuerpo, rodearlo con la mayor de las delicadezas. Sus brazos se cierran con temor por herirla, como si fuera tan sólo una fina capa de porcelana lo que protegen a la mujer del tosco cuerpo de John. La envolvió como si él fuera lo que impiden al peso del mundo aplastarla. Y aún así puede sentir, en lo profundo de su espíritu, el incansable deseo de devorarla y saborear todo lo que guarda su alma.- Desaparezcamos. Will. -Dijo con el más bajo y cálido tono que podría salir de su boca blasfema, que buscaba purificarse con ese nombre.-
WillowMoore · 22-25, F
Y sintió el calor de ese cuerpo que, poco a poco, comenzaba a sentirse más familiar.—
WillowMoore · 22-25, F
—Para ella, pocas cosas tenían el valor que tenía el agua, y quizá inconscientemente le había ofrecido a John lo mismo que le daba a sus plantas: vida.— Desaparecer. —volvió a murmurar, como si fuese un mantra, tenía esa costumbre de repetir palabras mientras se concentraba en alguna actividad que la hacía pensar, y pronto la voz de John resonó como el eco de su propia voz, repitiendo la palabra. Quedó congelada, y su mano inclinada con la regadera sobre una maceta que contenía una monstera cuyas hojas brillaban por su buen cuidado. Escuchar su nombre le causó un escalofrío, tuvo que voltear a verle, por sobre su hombro, pero jamás esperó encontrarse con los brazos abiertos de John. Sus ojos que parecían más de vidrio que nunca, parecía una muñeca suspendida en el no saber qué hacer, y sin embargo, su cuerpo obedeció la orden del canadiense. Sus pies dieron dos ligeros pasos, y pronto quedó rodeada por esos brazos que aún no se cerraban, sin tocarle, tan solo mirando su mentón, y sinti
Nexialist · 22-25, M
-Intentó tomar el vaso, sin entender por qué de repente tenía esa cortesía sin pedirla. Claro, se quedó con la mano en el aire y los ojos abiertos como platos. Sorprendido, no porque fuera un hecho extraño en sí, sino una actitud nueva de ella.- Desaparecer. -Repitió en un tono más bajo. Luego se levantó, aproximándose a ella, esperando a que terminara de regar las plantas para decir su nombre con su profunda voz.- Will. -Y abrir sus brazos de par en par, con una extraña sensación en él con la que no podía entenderse aún. O tal vez no podía aceptarlo.- Ven.
WillowMoore · 22-25, F
—Esperarla, algo que jamás nadie había hecho. Bueno, quizá Marsh lo había hecho, y también Scottie, pero se sentía como si nunca nadie lo hubiese hecho. ¿Significaba que la esperaría a que le diera agua a las plantas, y tomara su baño? Quiso preguntar, pero la propuesta final de a John parecía muy exclamatoria, quizá se vería tontisima preguntando. Salió de la cocina con un vaso de agua, y con su regadera. Torpemente, le ofreció el vaso al canadiense, y a penas él lo tomó, de forma mecánica fue hasta la primera de las plantas cerca de la ventana, y comenzó a regarla, pensando en la planta que le había regalado a John la tercera vez que le vio; sus labios se curvaron bizarramente ante el pensamiento de que esta seguía viva.— Desaparecer.
Nexialist · 22-25, M
-Pasó con la brusquedad de un oso. La puerta se le escapó al errarla y sonó un tanto más fuerte al cerrar. John se encogió de hombros y pasó directo al sillón, perdido en otros pensamientos. O la falta de ellos.- La que dejaste en mi habitación aún vive. -Mencionó, siendo que su voz inundaba la habitación y las contiguas. Pero lo dejó ahí.- Te espero. -Y se quedó mirando la ventana desde dentro, pensando en qué estaría haciendo si no estuviera aquí. O dónde estaría ella.- Luego desaparezcamos. Te llevaré a comer.
WillowMoore · 22-25, F
—Abrió la puerta del 404 con sigilo de gato; pues ni siquiera siendo esta pesada parecía soñar cuando ella la manipulaba. La puerta se abrió, y durante todo el recorrido sintió a John tan cerca como una sombra, lo extraño era que no le causaba los nervios habituales que otros cuerpos le causaba, pero igual aceleraba el paso automáticamente ante el prospecto de la cercanía. Escuchó la pregunta del más alto, y prendió una lámpara de pie que estaba cerca del sillón. El sillón. Se sacudió un pensamiento, y otro instinto la llevó a la cocina.— Sólo planeaba darle agua a mis plantas. Y después tomar un baño de tina. —su vocecita se perdía entre la cocina, aquel rincón que parecía recóndito.—
Nexialist · 22-25, M
He pasado peores. -Se apegó a ella en el elevador, como si la cabina no fuera lo suficientemente grande. Realmente sólo buscaba verla en detalle.- Scottie tiene suerte de no tener que tratar con ellos. -Estaba por acercar su mano a ella, a tomarla, pero las puertas se abrieron y desistió. Saliendo al pasillo la miró de reojo.- Ya que hoy no trabajaré... ¿tienes planes? -Y se detuvo a esperarla, no recordaba cuál era su puerta.-
WillowMoore · 22-25, F
—Las puertas del elevador se abrieron, y la asiática entró por inercia, bajo la sombra de John, y mientras este subía con ellos dentro, le escuchaba con la mirada fija en los botones del panel, tras presionar el número 4.— Suelen hacer eso. —mencionó ausente, y a su mente vino la imagen de esos nudillos maltrechos.— Te lastimaste. —acotó, pues claramente él se había lastimado sólo golpeándoles, no parecía lastimado por ellos. La campanilla del elevador anunció que habían llegado a su destino, y las puertas se abrieron.—
Nexialist · 22-25, M
-La siguió como un perro que se sentía regañado. Cuando se detuvo a esperar el ascensor mencionó.- Tuve un pleito en la calle. -Afirmó, luego le dirigió esa mirada casi vacía.- Ayer un borracho que eché del bar creyó que podía ganarme en grupo. -A pesar de eso, no tiene un sólo rasguño a la vista excepto por los nudillos.-

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