— Lo dices con tal seguridad que me haces sentir afortunado, más debo agregar que es mutuo, cualquier cosa que provenga de ti, siempre será maravilloso.— Su mano se mantenía acariciando la mejilla ajena, con lentitud y dulzura pasaba con delicadeza cada uno de sus dedos por la tersa piel de la diosa. Se detuvo unos instantes, la observó y pudo notar aquella emoción que le fue contagiada ¿Cuántos milenios habían pasado de eso? No tenía idea, pero era seguro que ella podía revivir aquellas épocas con su presencia. — Entonces, vayamos. Tenemos todo el tiempo que la vida nos ha permitido disfrutar, por lo que sigamos este camino y esta senda juntos.— Recíprocamente Entrelazó los dedos con los ajenos, sujeto con fuerza y firmeza la mano contraria para transmitir la seguridad que el conllevaba al tenerla junto a él.

-Seguro que si, porque si viene de ti, cualquier cosa puede hacerme feliz- Aseguró con ternura, la manera en que miraba al dios estaba cargada de cariño y era como si sus ojos fuesen atraídos por los ajenos, ante su caricia ladeó suavemente el rostro hacia su mano, recargándolo un momento, al menos hasta que escuchó su invitación y aunque había sido una "sugerencia" fue claro que la idea de ir con él le emocionó bastante, el brillo en sus ojos lo denotaba -Será un placer para mi- Su mano tomó la ajena, sus dedos se enlazaron con los contrarios y ella se colocó a su lado, dispuesta a recorrer el mundo entero a pie incluso, sólo si era con él.

— Esa verdad, es algo cuestionable.— Sonrió de manera un tanto carismática, su mirada de encontró con la ajena como si fuera un poco predestinado, sin embargo aquello le provocó una gran sonrisa en el rostro que se acompañaba de una singular alegría.— Tengo que, no porque deba, si no porque deseo hacerlo Citlatlicue. No soy bueno con los detalles, pero seguro encontraré algo bueno que hacer para ti.— Sabía bien de la generosidad de la diosa, pero era justo eso lo que le daba ese toque de misticismo, de encantó que era atrayente como las estrellas; no espero mucho tiempo, después de escucharla cuando acarició de manera recíproca la mejilla ajena sin despegar la mirada de ella. — ¿Un paseo? Si es el caso, debo decir esto... Ven conmigo y recorramos calles de la ciudadela, salgamos a hacerlo.— Sabía que aquello era una invitación, más como el hombre, el debía ser mas incisivo en tomar la iniciativa.

-Sólo reconozco la verdad- Afirmó con un asentimiento, mientras quitaba de su nariz la estrella y la colaba en un brazalete en su muñeca, mismo que poseía varías más con aquella pequeña, su mirada volvió a fijarse en el contrario y con una sonrisa comprensiva se acercó para acariciar su mejilla sutilmente -No tienes que recompensar nada, para mi el poder estar aquí contigo es pago suficiente, además me gusta ser generosa- Y claro ejemplo eran las millones de estrellas que sin más había creado para salpicar el universo -Aunque si quieres tener un detalle conmigo... me gusta pasear por las noches y si es acompañada, aún más- Si, era una especie de invitación.

— Que me des la razón, es algo muy significativo, me alegra que nuestros pensamientos coincidan.— Su tono de voz, aunque bajo era bien audible para él; la calidez de su melódica voz, era algo que siempre le había gustado disfrutar y aún pasados miles de años, aquel sentimiento no había disminuido ni un poco. — Eso sería algo muy agradable, sin embargo también debería recompensar tus regalos de la misma manera, más mis métodos toscos solo se enfocan en la guerra y en la sangre, no soy nada bueno en cuanto a detalles se refiere.—

-Lo se... se ven preciosas cuando están contigo- Admitió, aunque bajando la voz, como si quisiera que solo Mixcoatl le escuchase, un dejo de perplejidad se dejó ver en su rostro cuando le colocó la estrella en la nariz, misma que ciertamente adquirió un brillo diferente ante el cambio -Ahora que te tengo cerca, te adornaré con estrellas cuando menos te lo esperes-

Sonata pretencioso, más de lo que debería, más insinuó que es porque su afinidad y belleza solo puede resaltar conmigo, algo que no sería extrañó Citlatlicue. — Tomo una de las estrellas en su cabello y sin pensarlo dos veces colocó la misma sobre la nariz de la diosa, aquello le daría una dosis extra de brillo y porque no, se vería aún más espectacular.—

-Claro que si, las he colocado bien- Dijo con un dejo de orgullo ante su acto, terminó de colocar una más de aquellas cuentas brillantes en el flequillo del dios antes de dar por finalizada su "labor" -Mis estrellas siempre han brillado más cuando se acercan a ti, es como si tuviesen una predilección por tu presencia-

— Sería mentira si dijera que eso no lo tomo por sorpresa, la manera en que ella sigilosamente logro colocar aquellos detaes en su cabellera lo sorprendió un poco. Dirigió su mirada a la diosa con sorpresa y después de unos instantes no pudo sonreír un poco.—

Me has tomado desprevenido Citlatlicue, no esperaba eso pero entonces ¿Se me ve bien?

En un acto travieso, la diosa se acercó por detrás de Mixcoatl y colocó en su cabellera estrellas tan diminutas como cuentas de cristal resplandeciente -Concuerdo, te vez muy bien asi- Mencionó risueña.