Sostuvo la mirada de ella en silencio, parpadeo un par de veces, suspirando y bajando la mirada.

Blaze dejo escapar su aire contenido por su nariz, se escuchó aquel pesar que dejó ir. Blaze confiaba en Miruna.

— ¿Te estaba molestando?

Menciona alzando su vista a ella, luego ve su mano y estira la suya para tomar la mano ajena con cuidado. Así ahora la entrelaza... La sensación era cálida y nuevamente ese calor invadia su pecho.

— Vine a buscar a mi esposa después de todo... No tiene porqué acercarte a ti ...

Menciona con una suave sonrisita y tono bajo de la chica.

Ella se hace en pie, luego sacude su falda y se acerca quedando parada frente a ella. Con la espalda recta y una sonrisa.

— Me encontraste de todas formas, así que está bien.

Ni se mueve, pero hace una pausa en la que sus ojos parecen detenerse sólo a ver los ojos de Blaze.

— No es mi novio. Si tuviera novio, tú ya lo sabrías ¿no crees?

Continuo en silencio. Que incómodo todo, el chico se marchó dejándolas. La albina se acercó para salir del sitio donde estaba a la claridad de la luz.

— Te iba a llamar.

Coloca su mano libre dentro del bolsillo mirando a Miruna con esa expresión frívola y serena, sin expresión alguna.

— Pero deje el móvil... Creo que te interrumpí con él... Hm... ¿Novio?

Dijo desinteresada, en realidad, claro que estaba interesada. Era mejor saber a estarse ilusionando, era lo más lógico.

Rafael sonríe algo incómodo. Reconoció a Blaze, porque siempre estaba junto a Miruna últimamente. Ella, con esa expresión de aburrimiento presente suspiró hasta que miró en dirección al árbol en cuestión. Apenas se da cuenta de quién es, y su cara se transforma en una sonrisa alegre, poniéndose de pie y sacudiendo su diestra.

— ¡Hola Blaze! ♡
- Hey...

No había dudas de que para Rafael, su oportunidad estaba siendo saboteada. Así que,antes de perder a Miruna porque sabía que se iría tras la otra chica, se adelantó.

- Ya me voy a natación pero, ¿entonces nos vemos mañana?
— ¿Ah? Si, si claro. ¡Suerte!

Blaze se dió cuenta de que estaba expuesta, elevó despacio su mirada y observó a Miruna y al chico que volteo a verla.

— ...

Aquel chico parecía un gran Golden retriver asustado y emocionado. Blaze miraba el gesto de Miruna, aburrida y no tan interesada. De pronto a la albina le dio un malestar, no se sentía bien anímicamente ¿Miruna en realidad estaría interesada en ese chico? ¿Por qué pensó en eso de pronto? Era su amiga pero... Habían pasado cosas recientes entre ellas. La albina pensó en que lo que estaba haciendo no era de su incumbencia, no era su problema saber que quería ese chico con la castaña, ella sabía que a Miruna se le acercaban muchas personas, no era de extrañarse. Miruna era una chica amable, atenta, con una sonrisa muy agradable y unos ojos ... Bastante... "¡Ah! ¡Blaze vamos! Al cuerno todo, lárgate de allí" la albina suspira y niega para si misma, no quería ver más, solo tomo su bolso levantando este del suelo para marcharse. Al alegarse el cinturón del bolso quedó atascado en una pequeña rama, Blaze hizo más fuerza y el arbusto género ese sonido de árbol movido.

Blaze se dió cuenta d

- Y como sé que te gusta mucho el algodón de azúcar, se me ocurrió esa idea. Primero podemos comer, luego vamos a jugar. O al revés, no estoy seguro todavía. ¡Lo que quieras!

— Sí.

- ¿Sí? ¿Sí quieres?

Hace algunos meses, Miruna habría dado todo por una cita con ese chico en particular. Pero ahora, al escucherle, le parecía lo más aburrido del mundo. Además, estaba muy nervioso. Lo veía sudar.

— No, no. Quiero decir, me gusta el algodón de azúcar pero...

- ¿Sales con alguien? Si es eso, bueno lo entiendo. Es que pensé que nosotros nos llevamos bien. ¿Cierto?

— No me dejas terminar de hablar...

Oh, allí estaba Miruna. ¿Quien era ese que le hablaba con tanto ánimo?. Blaze seguía oculta en aquel arbusto ¿Estaba mal que la espiará? Quería ver que sucedía entre esos dos.

La práctica de básquet se estaba extendiendo, quería ir a ver a Miruna pronto.

— ... Hugm!

El Jadeo de Blaze fue fuerte al hacer ese tiro y encestar, el pito sonó anunciando que ese era el tiro ganador.

Por fin, iría a buscar a Miruna.

(...)

Luego de ducharse y haberse cambiado de ropas se asomo con su bolso deportivo por varias zonas, no se había llevado su teléfono, lo había dejado en casa. No tenía como comunicarse con ella.

— Que idiota... ¿Cómo se me quedó en la casa?.

Suspira en un lado del jardín de aquel instituto grande, tenía su mano en su bolsillo y la otra sosteniendo el bolso. Miraba el cielo, estaba despejado y bonito ¿Cómo sería verlo con Miruna? Vaya... No dejaba de pensar en ella. Los pensamientos y el sentimiento de Blaze fue interrumpido por la voz de un chico que hablaba demasiado, elevaba la voz contando algo. Blaze se acercó con cautela detrás de un arbusto observando de quién se trataba. Oh, allí estaba Miruna. ¿Quien era ese que le ha