Al parecer Miruna era Feliz con su familia, Blaze era feliz con su madre también, entendía el sentimiento.
— Fue un buen trato.
Blaze no entrelazaba los dedos con ella, solo la tomaba de la mano con los dedos cerrados. Entre charla y charla se daba cuenta de lo agradable que era Miruna, lo reconocía, también era chistosa y amable, la albina se reía de vez en cuando en esas conversaciones que tenían.
Parecía mentira pero el camino era largo, se hizo corto por la charla entre las dos, pronto estaban entrando dentro del local. Un sitio con muchas personas y jóvenes de su edad, los más mayores no pasaban de diecinueve años.
— Allá hay unos casilleros podemos guardar nuestras ropas.
