Era la primera vez que Liviet se ofrecía a acompañarle, generalmente ella se encargaba de conseguir algún complemento, o agua para llevar con la comida. Kayley sonrió, más que animada, y asintió, siguiendo a la princesa fuera de la cabaña en donde se estaban quedando, no sin antes guardar las golosinas, por si les daba hambre en el camino.

—Falta un poco para que salga el sol, a esta hora incluso podremos encontrar un buen ciervo, nos durará un tiempo si Gaikos hace esa cosa diabólica para conservar la carne.— Tampoco se esforzaba mucho en comprender la hechicería del Warlock. Tomó una de sus flechas, jugando con ella al andar, más como si estuviera en un paseo que en una cacería, aunque no podía evitar sentir que Liviet aún estaba preocupada. —Hey bonita.— Le llamó, mirándola de reojo. —Todo estará bien. Las cosas están mucho mejor que al principio, al menos ahora ya no tenemos que robar... directamente.— Que si estafaban a un tonto aquí y allá, pero eso era distinto.