Era la primera vez que Liviet se ofrecía a acompañarle, generalmente ella se encargaba de conseguir algún complemento, o agua para llevar con la comida. Kayley sonrió, más que animada, y asintió, siguiendo a la princesa fuera de la cabaña en donde se estaban quedando, no sin antes guardar las golosinas, por si les daba hambre en el camino.
—Falta un poco para que salga el sol, a esta hora incluso podremos encontrar un buen ciervo, nos durará un tiempo si Gaikos hace esa cosa diabólica para conservar la carne.— Tampoco se esforzaba mucho en comprender la hechicería del Warlock. Tomó una de sus flechas, jugando con ella al andar, más como si estuviera en un paseo que en una cacería, aunque no podía evitar sentir que Liviet aún estaba preocupada. —Hey bonita.— Le llamó, mirándola de reojo. —Todo estará bien. Las cosas están mucho mejor que al principio, al menos ahora ya no tenemos que robar... directamente.— Que si estafaban a un tonto aquí y allá, pero eso era distinto.
Suavizó su expresión al sentir la mano de Kay sobre su brazo. Liviet se preocupaba demasiado, había vivido tanto tiempo tratando de sobrevivir que ahora que tenía amigos sentía una gran responsabilidad con el grupo. Se complementaban pero la joven noble no lograba repartir esa responsabilidad en los demás, asumiendo así que debía cuidarlos, eran todo lo que tenía. — Te acompañaré, quizás podamos cazar algo más grande si vamos juntas. — no era justo que toda la responsabilidad de la cacería fuera enteramente de la semielfa. Ahora entendía como se sentía Kay hacia Liviet en esos casos. — ¿Te parece bien? — Tomo el pequeño saco y tomo una golosina, solo una y la llevó a su boca antes de adelantarse para salir de aquel refugio.
Se levantó lo suficiente para verla así de nerviosa y apretó los labios en una línea recta. Kayley podría parecer despreocupada y hasta torpe, pero era bastante observadora. Incluso los hombros de la joven princesa se notaban tensos, y quizás si sabía la razón de su preocupación. Se levantó, y tocó su brazo con la mano. —Prometo que me esforzaré más y seré mas responsable...— Con la otra mano, le ofreció un pequeño saco. —Tengo golosinas, mientras regreso con el almuerzo.
Se recargó en la mesa de aquel lugar, observó a Kayley derretida en el sofá y cruzó sus brazos. — Estoy bien, es muy temprano y aún no almorzamos. — hizo una mueca — No será suficiente con lo que tenemos. — golpeó el suelo con la punta de su pie, una y otra vez pues le inquietaba la idea de que sus recursos se acabarán o su oro no era sencillo para ella ocultar cuando algo le preocupaba y aún así difícilmente lo aceptaría.
Hizo un puchero y se "derritió", es decir, se dejó caer toda suelta en el viejo sillón en el que estaba sentada, en la pequeña sala principal de la cabaña con la que se habían quedado como viles posesionarios. —¿Estás bien?— O quizás tenía hambre. Livi siempre se ponia rara cuando tenia hambre. ¿Debería salir a cazar una presa o dos?
