Así es como pudo verle una vez más, admirando ese precioso rostro a nueva cuenta. Palabras no bastaban si se trataba de Vanya, era un hecho que la serpiente no requería contener el afecto que podría tener hacia tal mujer.
La admiraba con una afectuosa sonrisa en los labios, tan feliz que lo sentía; cualquier viejo recuerdo podía borrarse si Kasha estaba a su lado. Con esas manos tomándola pudo suspirar de agrado.
Ese había sido un ataque directo a esos sentimientos propios, la rubia sencillamente se volvió su debilidad, aquella que tanto le tenía atraída. Entonces sonríe, con sus manos descendiendo, sin otra intención más que atrapar la cintura en el proceso.
━ Siempre vi el amor como algo irrelevante en la corta vida de la humanidad... Hasta que llegaste a hacerme sentir ese amor tan profundo hacia ti.
Aunque fuese mentira, Vanya elegiría la incredulidad de creerle, siempre. La observa con especial cariño, dejando otras suaves caricias al verle relajada.
— Siento un profundo amor por ti, esa es mi verdad.
Otro beso pudo dejar, suave y delicado por igual, mientras los ojos cerraba al momento de dejarse llevar por la tranquilidad que esa caricia le podía brindar.
Podía aspirar a recibir más besos en su mano, o en cualquier sitio que Kasha deseara. Su mano libre alcanzó la mejilla, tocandole con la punta de sus dedos en una caricia.
