(...) jugando con ellos y usando un peluche, es el mismo Godzilla que está en juego… y no puede permitir que alguien más mancille sus instintos. Así, los niños lo apodan como “Gojira-sama”.

Desde que él tenía memoria, recuerda que Godzilla es su monstruo favorito, incluyendo entre todos los Kaijus y criaturas existentes. Fue él que le robó la mirada de las impresiones que le causaba, y de sus apariciones en la pantalla chica. No le tomaba atención que las personas huían despavoridas o planeaban erradicarle, el siempre creyó que Godzilla podía con todos, e incluso con el mundo entero.

Su madre Tsubame le regaló un pequeño peluche de la criatura como obsequio de cumpleaños en su niñez, y hasta la fecha, es uno de sus más preciados tesoros desde su partida. Cada vez, incluso de adulto, cuando pasan alguna película del dinosaurio gigante, simula con las manos sus imponentes garras, y lleva su pequeño y afelpado amigo a verla con él. Es de aquellas cosas que le emocionan más que a nada en el planeta.

Incluso, cuando ve a los niños jugar con las temáticas de las bestias gigantes, el nipón aparece para unírseles a sus actividades lúdicas… sin importar si se ve ridículo [i]