Asintió satisfecha con la respuesta positiva por parte de la elfa y sonrió. Tiki por su parte se cruzó de brazos en un berrinche y dió la espalda a Kay. Esas dos definitivamente no podían simplemente llevarse bien.
Sus mejillas se encendieron al sentir el beso de Rayla y se quedó prácticamente muda, desviando la mirada y soltando una risita tonta. —S-Si... lo prometo...— aunque más bien hablaba la emoción del momento, Se la tenía más que jurada con esa hada.
Le enterneció un poco que dijera eso. Se acercó solo un poco pero manteniendo sus manos lejos para evitar algún ataque sorpresa por parte de Tiki y besó la mejilla de la elfa antes de dar media vuelta. — Limpiare sus alas, ahora deben aprender a llevarse mejor. Nada de bromas pesadas de ahora en adelante. — Bajó la mirada hacia Tiki. — Lo mismo va para ti...—
—Voy a pensar que quieres más a la mosca psicótica que a mi...— Hizo un puchero que solo duró un segundo. —¡Además ella empezó! Se lleva y no se aguanta. —Cruzó los brazos. Desde las manos de Rayla, Tiki hacia sonidos de campanita que seguramente eran muchas, muchas maldiciones en idioma hada.
