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¿Qué es, qué es?

No se, pero voy a tocarlo.
 
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RaylaBriarwood · 26-30, F
Cuando Kay le soltó inmediatamente se giró deteniéndose un momento mirándola preocupada. Había confiado en ella para abrir aquella posible salida pero...¿Y si fallaba?. Sacudió su cabeza y corrió hasta aquella pila de piedras, pensó un momento tratando de recordar, nunca había necesitado sus habilidades y a decir verdad poca confianza tenía en si misma. Extendió sus dos manos y aseguró bien sus pies en la tierra provocando que esta se sacudiera ligeramente, era demasiado peso para ella sola. — Es imposible...— Dijo para si misma con desesperación, miró alrededor y no había nada que pudiera ayudarla así que debía intentar nuevamente y así lo hizo, debía sacar a Kay con vida de ese lugar. Con firmeza hizo la tierra temblar hasta que comenzaron a brotar del sueño estalagmitas que sirvieron para dividir las piedras y abrir paso a la salida. — ¡Kay! ¡Kay! — Gritó con entusiasmo.
Woah, ¡eso había sido nuevo! Creyó que Rayla solamente había aprendido a mezclar plantas, y... no pudo evitar pasar unos cuántos segundos viendola embobada mientras corrían, era tan bonita cuando usaba magia para asesinar criaturas amenazantes... aunque casi tropieza en el proceso, ¡debía concentrarse si querían sobrevivir! Para ganar algo de tiempo, tuvo que soltar a Rayla. —Encárgate de la salida.— Confió en las habilidades de su compañera y se giró, tomando una flecha de su carcaj tensó el arco en cuestión de segundos y disparó certera la saeta que cerca de su blanco se dividió en tres y dejó fuera de combate al mismo número de arañas. Hizo lo mismo otra, y otra vez, aunque sabía que las flechas no eran eternas, miró de reojo hacia atrás cuando sintió que no quedaban muchas. —¿Rayla?...
RaylaBriarwood · 26-30, F
No tenían otra opción más que correr, no podían simplemente enfrentar a las arañas ya que eran demasiadas, las superaban por mucho. Rayla en su carrera por llegar a la salida no accionó tan rápido como Kayley cuando les fue bloqueada su salida, le sujeto y le jaló para guiarla por otro camino. — ¡Están demasiado cerca! — Corría tras ella, sentía el cansancio invadir su cuerpo pero sus ganas de sobrevivir eran mucho más fuertes. En su carrera extendió hacia atrás su mano derecha invocando una llamarada, era imposible apuntar en esas condiciones por lo que continuó corriendo sin fijarse a cuántas le había dado. — ¡Una luz! — gritó señalando un montón de piedras, seguramente alguna entrada que sufrió un derrumbe pero que quizás para ellas el espacio podía ser lo suficientemente grande para escapar, si es que tenían suerte.
Negras, peludas y asquerosas ahí estaban esas cosas descendiendo para atacarlas. Rayla reaccionó más rápido y prácticamente la arrastró para correr hacia la salida de la cueva. —¡Pero el tesoro!...— Mirando hacia atrás lamentó, aunque ver a su compañera asustada la devolvió a la realidad, ahora tenía alguien a quién proteger. Dejó atrás sus absurdos pensamientos de grandeza y comenzó a correr a su paso, recordaba el camino de regreso a la perfección, era buena con los laberintos, sin embargo en una intersección, las criaturas les bloqueaban el paso. —¡Por aquí no!— Aferró la mano de Rayla y la llevó guiándola por el camino desconocido, esperaba encontrar algún indicio de su trayecto original.
RaylaBriarwood · 26-30, F
El ruido se intensificó, Rayla solamente atinó a apartarse rápidamente de aquella piedra y comenzar a mirar a su alrededor. — Ehm...¿Kayley? — Pero Kayley estaba más ocupada divagando en su mente todas las posibilidades de aquel botín. Rayla por su parte se quedó paralizada viendo a las criaturas descender a toda velocidad. — ¡Arañas!...¡Arañas! ¡Kay...CORRE! — Y tomó su mano con fuerza antes de echarse a correr tirando de ella.
—Vamos, seguro no lo han sacado porque no saben cómo hacerlo, pero nosotras tenemos de nuestra parte a un Warlock que tiene influencia en el más allá, si alguien puede darnos el tesoro, es ese mamífero.— Dijo confiada, sin darse cuenta de que en el momento en el que Rayla tocó la roca, el ruido se intensificó, y tantos planes estaba haciendo en su mente que tampoco notó que del techo de la caverna descendía una enorme y oscura criatura, seguida de otras más pequeñas, fue hasta que le cayó algo raro en el rostro que emitió un gritito y de inmediato se limpió.

—¿Telaraña?...— Arqueó una de sus cejas, examinando la cosa en sus manos.
RaylaBriarwood · 26-30, F
Movió sus manos con energía de un lado a otro al igual que su cabeza en negación. — No, no, espera. Nadie se ha llevado no un solo trozo de esto...la cueva ha sido saqueada casi en su totalidad pero esto...— Colocó su mano sobre el cristal. — Sigue intacto, no puede ser algo bueno. Deberíamos pasar de el e irnos...los ruidos de este lugar me inquietan un poco. — Caminó un poco mirando con mayor detalle aquel lugar, escuchaba atentamente pero nada. — El silencio que hay en este lugar no parece ser uno bueno...¿No te da esa impresión? —
—Woah! Interesante... hay que ir a buscar a Gaikos, seguramente él sabrá cómo sacar esta cosota de aquí, no me molestaría una mejora o dos para mi arco. ¡Quizás podríamos hasta vender un poco! Will el de la tienda de curiosidades verá quién le ruega a quién.— Aquélla revelación la había animado bastante. —Pero debemos apresurarnos antes de que otro tonto llegue y descubra nuestro tesoro.— Y si esa cosa era un tesoro... ¿por qué nadie más lo había reclamado? Quizás por el extraño sonido que provenía de las paredes de la cueva, y que Kayley quiso pensar, no era más que agua corriendo por el interior de aquélla pequeña montaña.
RaylaBriarwood · 26-30, F
La elfa sabía bien bajo las condiciones en las que trabajaban en el bosque, siempre se cuidaban la espalda pero eso quizás era algo que Kay nunca había comprendido, pero reprochar sobre eso únicamente abriría viejas heridas y no estaba en ella hablar sobre esas cosas.— No vas a patearlo...¿Que tal si explota? — Se apartó y cruzó sus brazos nuevamente llevando pensativa su mano a su mentón. — Estoy casi segura que es un tipo de mineral de la zona, su nombre lo desconozco pero quizás pueda ser útil para forjar armas. — Sonrió. Si bien estar en el bosque podía parecer que tenía nulo conocimiento del mundo en realidad era todo lo contrario.
¿Cómo le explicaba que siempre salía sola? Decidió no discutir más con ella, no deseaba mortificarla. Simplemente asintió. —Tendré más cuidado la próxima vez.— Y la miró mientras examinaba esa cosa que había encontrado, Rayla, a pesar de no salir mucho del bosque, ponía bastante atención a los detalles, y era observadora y precavida, alguien como ella le vendría bien al equipo, estaba completamente segura.

—¿Nada de nada?— Con mucho menos cuidado que Rayla, se acercó a la estructura e imitó a la joven. —¿Y si lo pateo? Quizás reaccione.

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