Reaccionó rápido, incluso lo hizo parecer un poco exagerado sin embargo era el resultado de mantenerse alerta, de no permitir a su mente o cuerpo relajarse que cualquier ruido o llamado le hacía sobresaltarse. Parpadeó un par de veces, miró a la kitsune y al final asintió aceptando ser guiada por esos extensos pasillos hasta su habitación. Ese lugar de ensueño con aroma a cerezo e incienso, era un lugar creado especialmente para una diosa. — Pero me gustan los pancakes...— Reprochó y frunció ligeramente el ceño, una vez llegaron a su destino se adelantó y sin dudar se arrojó en la cama boca abajo emitiendo un pequeño gruñido a causa del dolor de su cuerpo.

La loba solía ser fuerte e intrépida, jamás demostraba sus debilidades y cuando lo hacía, Ahri no sabía muy bien qué debía hacer. Tantos siglos observando las emociones humanas y aún no podía entenderlas del todo. Simplemente dejó que descansara un poco entre sus brazos, más la llamó cuando sintió que el peso se hacía mayor. —Hey... soy solo una delicada criaturita, y estás pesada. Le ordenaré a la ratona no te de más pancakes en el desayuno.— Habló a su oído, dándole un par de palmaditas en la espalda para llamar su atención. —Vamos, también estoy cansada.— La guió para, a paso lento, llevarla a su habitación.

Cierto era que llevaba horas despierta, seguía alerta pese a ser presa del cansancio pero sentía que de recostarse o tomar asiento en algún lado acabaría durmiendo tan profundamente y temía que algo serio sucediera por bajar la guardia. Llevó sus manos a la cintura de la kitsune y apretó sus labios, incluso en su mirada se notaba lo agotada que estaba, era difícil mantener los ojos abiertos. — No debería, debo cuidarlas...¿Recuerdas?. — pero termino por recargar su mentón sobre uno de los hombros ajenos al abrazarse a ella respirando pesadamente. Su cuerpo dolía. — No puedo hacer todo esto sola...— cerró sus ojos, debía luchar por no quedarse dormida y terminar por recargar todo su peso en Ahri.

Era incluso tierna la manera en la que Kate buscaba desesperadamente la aprobación de alguien, incluso se emocionaba como un cachorro cuando la obtenía. —¿Te decepcionaría que sea yo y no Synne quien te de la recompensa?— Preguntó, sugestiva, mientras rodeaba su cuello con ambos brazos y se acercaba a ella, aprovechando que era bastante temprano, todas las chicas de la mansión debían estar durmiendo. —Vamos, no has dormido desde la fiesta, y se que te gusta acurrucarte en mi cola.~ Al menos un par de horas.— Trató de persuadirla para que la acompañara, no habría podido negar que su compañía era... extrañamente agradable. Nunca la había visto reaccionar con tal violencia contra alguien. Le hacía sentir segura.

Se mantuvo en silencio, quería decirle que toda esa confesión había sido únicamente a Synne, le había dejado claro que nadie mas sabía de sus sentimientos y si se atrevía a dañarlas no dudaría en arriesgarlo todo, al final ella había metido la pata, no podía permitir que Ahri o Violet pagarán sus pecados. Levantó sus orejas, al fin alguien le decía que había hecho algo bien, que su protección sirvió de algo, sonrió y la punta de su cola se meneó suavemente de un lado a otro. Carraspeó un poco por esa caricia y desvió un poco la mirada rascando su nuca con su diestra. — Se creen demasiado, pensaron que sería fácil pasarme. — Se había llevado algunos rasguños y mordidas pero nada que no pudiera tratarse, por lo menos estaba con vida.

—¡Pero nada!— Le hizo guardar silencio, y llevó el índice a los labios de la loba. —Quizás el collar te recuerde que debes dejar de ser estúpidamente impulsiva. Te recuerdo que tus errores podrían no solo afectarte a ti.— Tal vez estaba siendo un poco egoísta, la realidad era que quería ocultar su temor. Si Synne se enteraba de que ella había ayudado a la loba en esa pequeña conspiración de la que apenas y conocía la superficie... quizás su historia no tendría el mejor desenlace.

Soltó un pequeño suspiro. Ya no había nada qué hacer. Lo hecho hecho estaba y solo quedaba ser cuidadosas de ahora en adelante. —...Tuvimos la suerte de que nadie muriera. Pero les diste un buen susto a esos leones.— Sonrió con cierta complicidad, y antes de apartar su dedo dio una caricia en sus labios.

Las palabras de Ahri estaban llenas de verdad, Kate ni siquiera se atrevía a mirarla pues todo había sido un caos, ese día todo lo que podía salir mal, salió terrible.
Seguía ligeramente encorvada, sus orejas abajo y su cola prácticamente metida entre sus piernas, era un cachorro regañado y aunque su fuerza fiera imparable y a veces su insolencia incontrolable está vez mostraba todo lo contrario. Se quejó al sentir el tirón en su oreja. — Pero... — calló, fue incapaz de reprochar, no tenía palabras, había cometido un gran error pero había corrido con demasiada suerte.

—Y encima cometiste la estupidez de hablarle de Violet, el mismo día. ¿Todos mis esfuerzos para que simplemente decidieras abrir tu gran boca y escupir tus tontos sentimientos?

La escuchó con atención, contrario a lo que la loba creía, la Kitsune no mostró gesto alguno de burla. Aquélla fiesta había sido un error, pero tampoco tenía el valor de decirle a Synne en su cara que se había equivocado. Había puesto a todas en riesgo, y si Kate no hubiese estado ahí, habría ocurrido una masacre. —Los asuntos entre los clanes están tensos. Las alianzas de paz son... débiles.— Desvió la mirada por un instante. —No culpo a Synne por intentarlo.— Caminó hacia ella, y colocó su mano sobre la cabeza ajena. —Por otro lado, no se por qué esperabas que te diera palmaditas y te dijera que hiciste un buen trabajo. Sabes que ella no es así. Con lo enojada que estaba, tú deberías agradecer que no hubo consecuencias mayores.— Deslizó sus dedos hacia su mejilla, luego a su oreja. Dio una suave caricia antes de sujetarla y dar un solo buen estirón.

Guardo silencio por un momento, respiró profundamente y al dejar caer sus brazos a sus costados exhaló con pesadez encogiendo ligeramente su cuerpo. — Creí que me había liberado de esto...— se sentía más vulnerable que nunca. — Más que un trabajo parece una prisión y algunas veces he llegado a pensar que no puedo más. — Se sincero, sentía que le daría más armas para burlarse de ella pero una vez que comenzó a decir lo que sentía, no fue capaz de parar. — Synne sabe que soy leal a Violet, el día de la reunión, tras el ataque, le salve la vida a esa maldita serpiente pero a pesar de eso consideró mis métodos "fuera de control y salvajes" así que decidió volver a ponerme el collar... ¡Ni siquiera me agradeció! —