—Sexy, te lo dije bastardo.—

—Te apuesto tu costal de oro a que logro cenar langosta gratis con estas tetas que me hacen “ver gordo”.—Si, lo había hecho encabronar, no era gordo, era de huesos anchos y estaba dispuesto a demostrárselo, ya anteriormente había tenido una cita con una celebridad cuando los imbéciles de sus amigos lo habían forzado a subirse al toro mecánico y si, aún tenía el número de aquel tipo registrado.

Kenny casi babeando le rogo que lo invitara también, y Cartman engreído acepto, es más estaba tan seguro de él mismo que haría pagar a aquel bastardo la cena de langosta con sus amigos, o como Cartman prefería llamarlos, representantes. Cartman no dudo en marcar el numero el cual fue respondido de inmediato y después de algo de coqueteo telefónico le cayó una recarga de una suma de dinero bastante considerable, se lo pagaría en una cita mañana, mordió su labio inferior y con una sonrisa sugestiva no dudo en echárselo en cara al judío. [. . .]

Cartman sabía como encabronarlo, eso no era nuevo, pero aún así cada vez se superaba más, y por más que no le gustaba que se metiera con su "ética perfecta", no iba a admitir que ese par de senos falsos lo abochornaban porque le ponían como si fuera un incel tonto y viriginal de la comunidad más oculta y antisocial de internet. —Número uno, no eres una chica estúpido obeso.— Los sensuales movimientos que hacía su pareja tampoco ayudaba a su cordura o a lo que quedaba de ella y no pudo evitar el rojo que se coló en sus mejillas. — Y número dos, esas tetas te hacen ver más gordo de lo que ya eres.—

¿Reconocer que se le veía condenadamente bien aquel prominente pecho artificial? No, ni muerto(?).

Estaba fastidiándolo un poco mientras hacía ciertas posturas para que el prominente pecho y lo corto de la falda mostrara un poco más, si, estaba intentando provocarlo.

Los chicos chocaban sus puños y uno tras otro salían comentarios vulgares acerca de sus enormes tetas, después de todo eran amigos y esas cosas no eran reales y tampoco Cartman era una jodida mujer, ¿Por qué respetar un pecho falso? Probablemente los chistes más vulgares eran los de Kenny, quien había sido el primero en comprobar que los implantes eran reales y no se cortaba a la hora de tocarlas. Las risas entre todos se escuchaban hasta el comentario de su judío.—¿Qué pasa Khal, no te gustan? Pero si me veo fantástico con ellas.—Si, lo primero que le paso por la cabeza a Cartman era que se quejaba de su prominente busto por ser un chico, aunque ya se lo había follado, ¿Por qué en modo normal le sería incomodo?—¿Acaso te incomoda que una “chica” sea sexy y provocativa? Eso es “machista” de tú parte.—[. . .]

Sacar de sus casillas a Cartman era una de las actividades favoritas de Kyle, era fácil, divertido y amaba saber que el único capaz de hacerlo era solamente él, si a eso le sumamos la vergüenza que puede darle al mismo tiempo entonces era como el premio completo.

No tuvo reparo en quedarse viendo los senos de su pareja, seguía encabronado con él por gastar el dinero de todos así pero debía admitir que el cirujano que le hizo eso realmente sabía como poner un par de buenas tetas. Al ser consciente de sus pensamientos procedió a abochornarse como el jodido mojigato que era ¡Hace un momento andaba todo atrevido ¿Y ahora se abochornaba por ver unos pechos?! También habían cogido hace unos minutos pero por razones desconocidas hasta para él eso no atentaba contra su moral como lo hacían los implantes de su novio(?). —Culón ¿Podrías taparte mientras no estás en el escenario?—

constantemente le hacía dramas si se peleaba con alguien que no fuera él, irónico que fuera la única forma en que expresara celos, después de todo lo suyo había iniciado con odio. ¿Quién le aseguraba que si odiaba a alguien más no terminarían en lo mismo? [?]

Rápidamente Kenny, Stan y Token se acercaron hasta Cartman felices de que podrían sacar dinero fácil, los implantes eran gracias a la guerra de streaming, Cartman por su parte estaba feliz de que ya no viviría en una puta salchicha con su madre, sería tan puto como ella para sacarlos de ese maldito lugar.

Cartman aún no terminaba de asimilar su “homosexualidad” aunque no era realmente gay, solo le interesaba el imbécil judío, eso no lo hacía gay ni una puta minoría, no tenían demasiado de estar saliendo, quizás solo medio año por lo que la lengua del judío acariciando su mejilla y el beso lo hizo sobresaltarse.—¡No seas marica en público imbécil judío!—Estaba ruborizado y al mismo tiempo alterado hablando en alto, si, Kyle era su relación más seria y aunque no se veía con otro hombre o mujer aparte del imbécil pelirrojo de Jersey, tampoco se acostumbraba a muestras de afecto en público.

Era incluso difícil para sus amigos saber si eran realmente pareja ya que se la pasaban peleando, golpeándose o insultándose, aunque en realidad era como si nada hubiera cambiado a excepción de que a Cartman le gustaba que Kyle le dedicara toda su atención sin decirlo, [. . .]

— Estuviste bien allá afuera, culón. Aunque tienes un poco de porquería en la mejilla.— Con cuidado acercó ambos rostros, llevando la punta su lengua a la herida hecha por él y pasando esta con delicadeza para limpiarla, el sabor metálico de la sangre inundó sus pupilas de manera rápida, terminando por depositar un beso algo brusco sobre la zona.

Ver la atención que estaba recibiendo su novio de toda esa gente le provocaba una mezcla entre orgullo y celos, claro que quería presumir lo atrayente que podía ser Cartman pero al mismo tiempo quería estrangular a cada uno de los que se atrevían a mirarle de forma sugestiva. Luego desquitaría su furia con Kenny, al fin y al cabo veía su interés en el jodido escote de su gordo. Al terminar la función no dudó en aplaudir, todo había salido bien como casi todos los planes que ejecutaba Cartman, y no tuvo satisfacción más grande que la de verle golpear la cara de un marica que se quería pasar de listo con él. Tal vez Kyle debía trabajar en su posesividad.