No pudo resistirse ante los movimientos de su pareja para ponerlo en su espalda, mierda, la hierba del papá de Stan sí que era efectiva. Rio algo tonto ante la contestación (aún más tonta) de Cartman, no había duda de que si ambos llegaban a la puerta de la casa sería uno de los mayores logros de sus vidas, no sabía que ingerir comida adulterada te volviera tan pendejo. Acercó sus labios a la oreja izquierda de su pareja para hablarle en voz muy baja, suave y adormilada. —Idiota, que tenía marihuana.— Su tono era todo lo contrario a sus palabras.

—¿Por qué? Son plantas, no inflaman.— Le hablaba con los ojos completamente rojos entre abiertos y cerrados, carajo se sentía tan bien, era como si el tiempo no avanzara, volteo a ver al judío y le dedico una amplia sonrisa, le tomo ambos brazos y lo cargo en la espalda, no estaba pensando, solo estaba actuando, por ahora ni siquiera le importaba lo maricas que podrían verse, aunque en realidad nadie podía verlos, estaban en la puta granja lejos de todo olvidada por Dios. [?]

—¡Cartman, por dios, eso es demasiado!—Sabía que lo ignoraría pero ¿su novio podía ser más imbécil? Al parecer no, que mierda, serlo ya sería un atentado contra el mundo entero. Al oír la cantidad digerida por Cartman no sabía si regañarlo o preocuparse y mandarlo a un chequeo, a ese pasó al día siguiente le daría algo por ingerir esas cantidades abismales de comida y droga.

Pero por alguna razón no dejaba de pensar en que se sentiría estar así también, así que dio otra mordida grande a la hamburguesa, que la estuviera comiendo no implicaba que no iba a reclamarle al padre de Stan por semejante cosa. Se dejó llevar, su complexión delgada y poca tolerancia le hacían sentir ligeros los pies y ya sacaba bajas risillas al ser arrastrado por su pareja, se sentía gracioso pero no tanto.

Miro hacia el cielo para posteriormente colocar la diestra sobre su propia frente.—Ahmmm, si, es una hamburguesa vegana judío imbécil.—Si, tendría que ser un poco más específico si quería que carburara en aquel estado. —Dale tiempo, dale tiempo, dale otra mordida, a la tercera o cuarta empezaras a apreciar el sabor, son muy buenas, llevo como tres y media, esta es la media.—Sonreía con los ojos rojos. Bien era hora. Lo llevo arrastras hasta la granja de Stan, igual y también podría pedirle algún consejo a Randy.

Rodó los ojos, no le creía nada a su pareja de que solo había comido una hamburguesa, ¿Qué daño te podía hacer la comida chatarra? Tal vez problemas de salud pero nunca que Cartman actuara tan extraño. O eso pensaba hasta que la metió a su boca y probó un gran bocado de la dichosa hamburguesa, tenía ese sabor quemado tan peculiar y no podía creer que el otro era tan tonto.

Tragó su bocado, no tenía demasiada resistencia ni con el alcohol ni con esto y la relajación que muy poco a poco se hacía presente era prueba de ello.—No seas pendejo, Cartman. Esa cosa es una hamburguesa con hierba y sabe del asco.—

Ninguno de los movimientos a los que planeaba unir su alter ego mujer si es que se le podría llamar así le importaban un carajo y no daría nada por cualquiera de esas mierdas, ya tenía todo planeado, Stan subiría un video suyo a Youtube, Kyle era judío, si el escribía las reseñas todo marcharía bien al tratarse de una minoría, y si lo grababan ayudando a Kenny parecería que ayudaba a los pobres, le sumaria puntos. [?]

Los pensamientos de Cartman se vieron interrumpidos cuando su pareja le freno de golpe, escucho lo que dijo y rápidamente mostro un rostro molesto. —¡Carajo Kyle, no! ¡Eso es de Hippies y ellos apestan! Yo solo comí esto.—Saco la mitad de la hamburguesa sin terminar y se la metió a la boca al jodido judío sin siquiera preguntarle.—Ahora entiendo porque la comen los adultos, esto sabe genial, al principio sabe a mierda y después sigue sabiendo a mierda, pero después sabe extrañamente genial.—

Verlo pensar le dio el tiempo suficiente para admirar los ojos de su pareja, estaban rojos y eso no era normal. Oyó que le hablaba, incluso que tomaba su mano y corría pero él no estaba prestando atención, solo quería una respuesta de esos inusuales cambios de humor de Cartman y los iba a obtener.

No parecía que hubiera llorado porque sus ojos no estaban hinchados, no parecía un extraño caso de conjuntivitis zombie como hace tiempo tampoco puesto que sentía su pulso. ¿Entonces? Buscaba respuesta tras respuesta y ninguna encajaba hasta que llegó a una de sus suposiciones con más fundamentos. Cuando ya se divisaban las granjas de la familia de Stan a lo lejos, frenó, e hizo que su acompañante lo hiciera también. —Cartman... ¿Estás drogado?—

Cartman estaba drogado, y al carajo se sentía jodidamente genial, ahora entendía por que los padres de todos habían empezado a comprar en hamburguesas Tegridad, de pronto las ideas empezaron a fluir. ¡Sí! Tenía grandes ideas de buenas canciones, sería más grande que la puta Lorde.

Y lo mejor era que podía utilizar los imbéciles títulos de “símbolo del Body Positive” y esa pendejada del género fluido, podría agregar “feminismo” pero no caería tan bajo. —¡Si! ¡Carajo!, ¡Kyle, nos haremos ricos! Hay que incluir a Stan y a Kenny.—Estaba planeando entre los 4 hacer la campaña publicitaria, sería como en los viejos tiempos, explotando a gente pretenciosa que olían sus propios pedos. Tomo la mano de Kyle y se dispuso a ir corriendo a la granja de Stan.

Ser mimado y halagado por Cartman era algo que, aunque no negaría que le gustaba, le asustaba de sobremanera, esto no era normal y ahora temía que su pareja estuviera en una clase de lavado de cerebro, embrujo o cualquier otra cosa. Oírlo reír torpemente hizo que un escalofrío recorriera su espina dorsal, no precisamente por gusto, sino entre una mezcla de preocupación y terror. ¿Qué mierda estaba pasando?

Frunció el ceño, pero no de la manera en que siempre lo hacía, sino con una cara consternada de por medio, esto se le estaba saliendo de las manos. —¿Cartman? ¿Te encuentras bien?—

Quería pelear pero su cerebro no carburaba, tenía los ojos jodidamente rojos y la hamburguesa que llevaba estaba a medio comer. ¡Carajo! Era como estar volando, los sentidos se le intensificaban y no sabía si el judío estaba o no estaba, esos especiales del puto padre de Stan estaban fuertes. Por ahora solo se sentía feliz por la jodida droga y extrañamente Kyle se veía aún más lindo de lo que era. Le tomo por las mejillas y reía un poco como imbécil —Eres jodidamente lindo.—Estar drogado no le hacía bien, demasiada puta sinceridad.[?]