Era irónico que Snape siempre llamara a Potter "arrogante" cuando la definición de tal palabra tenía la cara del Slytherin como ejemplo. James chasqueó la lengua, sonido que se escuchó a la perfección en cada rincón del salón merced al silencio que todos los presentes habían hecho; no le pasó desapercibida la sonrisa con la que lo recibió, misma que respondió con una igual mientras hacía la debida reverencia y se daba la vuelta, sacando la varita en el transcurso de los pasos que debía dar para tener distancia del contrincante.

—Es un duelo de muestra, les recuerdo. No queremos hechizos demasiado escandalosos, busquen desarmar. ¡Empiecen!

James pudo ver a Sirius rodar los ojos cuando les dijeron eso, ¿de verdad esperaban que entre ellos se pudiera dar un encuentro tan débil? James volteó justo a tiempo para empezar y apuntó su varita antes de gritar fuertemente:

—Fluctus —una onda de energía emergió de la punta de la varita del Gryffindor directo hacia Snape.