-Silencio sepulcral llenaba el Gran Comedor a pesar de la cantidad de alumnos que lo miraban atónitos. Sintió como sus dedos hormigueaban por la emoción de haber atinado el golpe justo dónde quería, pero no espero la "escandalosa" fuga de vitae que brotaba de las entrañas del Gryffindor. Mulciber subió rápidamente a la tarima y tironeó del hombro de Snape, para sacarlo rápidamente del Gran Comedor.

Avery salió detrás de ellos, vitoreando la victoria de su casa, dejando detrás a una tropa de Gryffindors consternados y un profesor curando las heridas del caído.

Posiblemente tendría problemas.


"Pero valió la maldita pena" Pensó.

mientras James se desangraba en la tarima empezaron rápidamente con la sanación:

—Vulnera Sanentur.

Lo siguiente que sintió el Gryffindor fue frío y, después, una sensación de adormecimiento que acabó por vencerlo.

| La fruta que me parió con el pinche sistema de dados. (?) En fin, suerte en que Dumbledore no te EXPULSE. (!?)

—Sectu... ¿Qué? —James no tuvo tiempo de reaccionar, ni fue capaz de alzar la varita o siquiera de planear un hechizo en su memoria. Jamás había oído sobre ese hechizo y le pareció al principio que había sido más bien una maldición entre dientes del Slytherin; empero, en cuanto su estómago sintió el golpe y un ardor horrible se apoderó de él, entendió que le había dado con algo tremenda mente poderoso.

Sangre empezó a salir a borbotones de una enorme herida en el área del impacto y todos en aquel salón se horrorizaron y tomaron su distancia de la figura del Slytherin.

—¡Pero qué...!

El profesor se apresuró a correr hasta James, así como Peter; Remus, por su parte, sostenía a un furioso Sirius que gritaba a viva voz que iba a matar a Snape. Nadie se esperaba eso, tal vez habían visto venir moretones, sus cuerpos volando por los aires o, incluso, fuego;

-¡PROTEGO! -Exclamó Snape apenas fue capaz de reaccionar, ante el hechizo de desarme que había lanzado su enemigo. Estaba enfadado por el pésimo comienzo de su duelo. Estaba seguro que sería capaz de demostrar que James Potter era solo un hablador pero debía admitir que estaba quedando en una pésima posición. El Confundus rebotó contra su escudo, saliendo disparado hacia el techo del gran comedor, dándole la seguridad de lanzar un rápido contra ataque.

-¡SECTUMSEMPRA! -Fue una rápida floritura, con una seguridad y rabia contenidas en su voz, un hechizo de su propia invención que apuntó directamente al estómago de Potter. Estaba seguro de su efecto, sin embargo, jamás lo había usado de manera tan directa contra un oponente, pero si tenía muchas ganas de usarlo contra Potter.-

Le dio y su dicha no pudo ser más grande al verlo arrodillado. James sonrió con suficiencia, pero decidió no precipitarse y lanzar otro hechizo, sino que haría todo lo contrario a lo que Snape tachaba de "actos cobardes"; lo aplastaría en su juego y lo haría gustoso.

Cuando su contrincante finalmente recuperó su temple y lanzó ese hechizo, James se apresuró a decir: —Filigross —creando así un escudo que hizo rebotar el ataque de Snape a la perfección, saliendo este disparado contra la multitud que, por supuesto, tuvo que hacerse a un lado.

—¡Dije desarmar! —les reiteró el profesor, pero era ya muy tarde para que alguno de los dos diera su brazo a torcer.

—¡Confundus! —Potter ya había dado un par de pasos hacia él y podía oír los vítores de sus amigos a sus espaldas, si su hechizo daba nuevamente tal vez el duelo acabaría pronto.

-Sostenía la varita con fuerza, preparándose para alejarse del centro de la mesa contando los pasos hacia su extremo en la tarima.

¿Hechizos escandalosos? Eso podría esperarse de alguien como Potter, claro que si.

Uno, dos... De pronto, sin verlo venir, el hechizo de Potter emitió una onda de energía que lo hizo retroceder, arrastrando los pies sobre el mantel, cayendo de rodillas sobre la tarima.

Tosiendo un poco por la falta de aire, se puso de pie y apuntó rápidamente su varita hacia el brazo derecho su oponente.

-¡Contracturo! -Y una luz blanca salió disparada hacia Potter, esperando poder acertar en su ataque.-

Era irónico que Snape siempre llamara a Potter "arrogante" cuando la definición de tal palabra tenía la cara del Slytherin como ejemplo. James chasqueó la lengua, sonido que se escuchó a la perfección en cada rincón del salón merced al silencio que todos los presentes habían hecho; no le pasó desapercibida la sonrisa con la que lo recibió, misma que respondió con una igual mientras hacía la debida reverencia y se daba la vuelta, sacando la varita en el transcurso de los pasos que debía dar para tener distancia del contrincante.

—Es un duelo de muestra, les recuerdo. No queremos hechizos demasiado escandalosos, busquen desarmar. ¡Empiecen!

James pudo ver a Sirius rodar los ojos cuando les dijeron eso, ¿de verdad esperaban que entre ellos se pudiera dar un encuentro tan débil? James volteó justo a tiempo para empezar y apuntó su varita antes de gritar fuertemente:

—Fluctus —una onda de energía emergió de la punta de la varita del Gryffindor directo hacia Snape.

-Silencio. De pronto entre murmullos, un pasillo se formaba entre los estudiantes de su casa que se hacían a un lado para abrir el camino a Severus Snape, que caminaba con los brazos cruzados, mirada entrecerrada y los labios formando una delgada línea mostrando extrema seriedad. Jamás le había temido a Potter, pero si no fuera tan cobarde para atacarlo en grupo para presumir delante de Lily, le tendría incluso cierto respeto.

Subió uno a uno los peldaños, hasta que las suelas de sus pies tocaron la alfombra con las fases lunares que cubría la tarima de madera, colocándose delante de los miembros del club. No era arrogante, de hecho, su plan de exhibir la presunción de Potter, había dado resultados al hacerlo esperar.

Sonrió de lado y se inclinó ligeramente mirando luego hacia el retador, sacando la varita de debajo de la manga de la túnica, sosteniéndola solamente sin apuntar aún.-

miradas expectantes. Más le valía a Quejicus presentarse o él mismo iría a traerlo a rastras; odiaba la idea de perder el momento de ridiculizarlo bajo las reglas.

—Voy a disfrutar esto —le murmuró Potter a Sirius antes de subir a la tarima donde se libraría el duelo que muestra que el club hacía cada año a los de primer ingreso; originalmente James se había negado a ayudarlos una vez que dejó de asistir por "falta de tiempo", empero, lograron convencerlo al decirle que sería Severus Snape quien se encontraría en el otro extremo del salón, aguardando por un ataque suyo. Esta era su oportunidad, el duelo debía ser llevado a cabo bajo los estatutos y cuando James venciera Snape, cosa que estaba seguro de lograr, este tendría que dejar de lloriquear y divulgar que siempre perdía ante Potter porque sus amigos lo auxiliaban. Se acomodó las gafas una vez estuvo arriba y esperó a que su oponente de melena grasosa y perfil horrible apareciera, pero los minutos pasaron y el Slytherin todavía no salía de debajo de las piedras.

—¡Sabía que era un cobarde, pero al menos creí que tendría dignidad! —le gritó a sus amigos desde su sitio, ajeno a las demás