31-35, F
"I ᴀᴍ ғɪʀᴇ ᴀɴᴅ ʟɪғᴇ ɪɴᴄᴀʀɴᴀᴛᴇ! Nᴏᴡ ᴀɴᴅ ғᴏʀᴇᴠᴇʀ — I ᴀᴍ Pʜᴏᴇɴɪx!"
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Logan1536584 · M
Que Logan siempre ha sido un hombre de vicios y de costumbre no era un secreto para nadie y Jean no hacía mal en vincular las salidas nocturnas de Logan con ese aspecto de su vida. Para un hombre tan atormentado como él, el alcohol siempre ha sido una manera de evadirse aunque nadie de su entorno lo aprobase, más allá de aceptarle por cómo es. ¿Pero cuánto tiene que beber un mutante con un factor curativo tan elevado como el suyo para poder siquiera llegar a emborracharse? Cómo estaba logrando financiación para sustentar ese derroche económico y aún así mantener un nivel de vida aceptable sin levantar sospechas en la Academia es harina de otro costal.
Para cuándo está en su trayecto de vuelta sobre su Harley y con la fría brisa nocturna sobre su rostro el efecto del alcohol en él no tarda más que unos escasos minutos en disiparse por completo de su organismo, algo que cualquiera que le viese conducir podría notar por cómo el trazo de la moto sobre el asfalto se estabiliza. No es como si fuese a tener un accidente en una carretera nocturna casi totalmente vacía, pero desde luego estaba tentando a su suerte. Junto a la lucidez venían recuerdos dolorosos mayormente poblados actualmente por Daken, pero el amado ronroneo de su motor le distraía lo suficiente como para que la noche no haya sido en vano.
Aunque prácticamente en cada una de esas salidas hubiese delatado en algún momento de la noche no ser un humano normal, no había perdido de vista la importancia de mantener una buena imagen para los suyos entre la sociedad humana, por lo que en un intento por ocultar su identidad no llevaba nada que pudiese identificarle como un mutante a simple vista. Vestía de civil con una chaqueta de cuero marrón sobre una camisa de cuadros rojos y negros estereotípica de un leñador, unos pantalones vaqueros de azul oscuro a juego y unos zapatos marrones. Nunca había sido mucho de preocuparse por qué ropa escoger, y menos cuando, como era el caso, era probable que acabase la noche con un corte visible en su camisa a la altura de su abdomen. Al menos el color camufabla bien la mancha de su propia sangre sobre la tela. Como era de esperar, eso sí, no quedaba ninguna herida en su cuerpo detrás el agujero.
Llegó frente a la mansión con todavía cierto margen antes del amanecer, no había venido desde demasiado lejos, y estacionó su moto en el mismo lugar en el que siempre lo hacía, pero todavía estaba a punto de apagar la ignición cuando escuchó la voz de Jean y salió por completo de los pensamientos en los que estaba perdido. Apagó de cualquier manera el motor antes de girar en su dirección con una sonrisa tenue, apenas de medio labio, pero sincera: era una inesperada pero grata sorpresa haber sido atrapado con las manos en la masa después de tantos días aventurándose en sus idas y venidas sin que nadie (o eso creía él) lo notase. — Jean. — Dijo en un tono que no esperaba que ella escuchase mientras desmontaba el vehículo y guardaba las llaves en su chaqueta. En un primer momento no se había percatado pero ahora que le miraba mejor no había dudas de que ella estaba en el balcón de su habitación y no en el de ella misma como en un primer momento había asumido. Esa revelación solo hizo que un leve "je" escapase de entre sus labios. Con mucha más facilidad que con el alcohol se había olvidado en instantes de lo que plagaba su cabeza estos últimos días, aunque solo fuese un efecto temporal.
Molestar a los alumnos o al resto del profesorado a voces no era una sabia decisión así que entró a paso recio en la mansión y subió hasta su habitación. Cerró la puerta tras de sí y no se detuvo en nada hasta llegar a la puerta del balcón, en cuyo marco apoyó su ante brazo derecho antes de dirigirse a su amiga. — ¿A qué debo tu agradable hallanamiento de morada esta noche? — Dijo en un tono irónico que distaba mucho de su actitud ocasional de gruñón.
Para cuándo está en su trayecto de vuelta sobre su Harley y con la fría brisa nocturna sobre su rostro el efecto del alcohol en él no tarda más que unos escasos minutos en disiparse por completo de su organismo, algo que cualquiera que le viese conducir podría notar por cómo el trazo de la moto sobre el asfalto se estabiliza. No es como si fuese a tener un accidente en una carretera nocturna casi totalmente vacía, pero desde luego estaba tentando a su suerte. Junto a la lucidez venían recuerdos dolorosos mayormente poblados actualmente por Daken, pero el amado ronroneo de su motor le distraía lo suficiente como para que la noche no haya sido en vano.
Aunque prácticamente en cada una de esas salidas hubiese delatado en algún momento de la noche no ser un humano normal, no había perdido de vista la importancia de mantener una buena imagen para los suyos entre la sociedad humana, por lo que en un intento por ocultar su identidad no llevaba nada que pudiese identificarle como un mutante a simple vista. Vestía de civil con una chaqueta de cuero marrón sobre una camisa de cuadros rojos y negros estereotípica de un leñador, unos pantalones vaqueros de azul oscuro a juego y unos zapatos marrones. Nunca había sido mucho de preocuparse por qué ropa escoger, y menos cuando, como era el caso, era probable que acabase la noche con un corte visible en su camisa a la altura de su abdomen. Al menos el color camufabla bien la mancha de su propia sangre sobre la tela. Como era de esperar, eso sí, no quedaba ninguna herida en su cuerpo detrás el agujero.
Llegó frente a la mansión con todavía cierto margen antes del amanecer, no había venido desde demasiado lejos, y estacionó su moto en el mismo lugar en el que siempre lo hacía, pero todavía estaba a punto de apagar la ignición cuando escuchó la voz de Jean y salió por completo de los pensamientos en los que estaba perdido. Apagó de cualquier manera el motor antes de girar en su dirección con una sonrisa tenue, apenas de medio labio, pero sincera: era una inesperada pero grata sorpresa haber sido atrapado con las manos en la masa después de tantos días aventurándose en sus idas y venidas sin que nadie (o eso creía él) lo notase. — Jean. — Dijo en un tono que no esperaba que ella escuchase mientras desmontaba el vehículo y guardaba las llaves en su chaqueta. En un primer momento no se había percatado pero ahora que le miraba mejor no había dudas de que ella estaba en el balcón de su habitación y no en el de ella misma como en un primer momento había asumido. Esa revelación solo hizo que un leve "je" escapase de entre sus labios. Con mucha más facilidad que con el alcohol se había olvidado en instantes de lo que plagaba su cabeza estos últimos días, aunque solo fuese un efecto temporal.
Molestar a los alumnos o al resto del profesorado a voces no era una sabia decisión así que entró a paso recio en la mansión y subió hasta su habitación. Cerró la puerta tras de sí y no se detuvo en nada hasta llegar a la puerta del balcón, en cuyo marco apoyó su ante brazo derecho antes de dirigirse a su amiga. — ¿A qué debo tu agradable hallanamiento de morada esta noche? — Dijo en un tono irónico que distaba mucho de su actitud ocasional de gruñón.
EddieBrock · M
El aura ígnea de Jean ya sorprendió a Venom más que su cambio de vestimenta. Quizás fue por estar atónito ante su repentino despliegue de poder o quizás, todo lo contrario, por anticipar un enfrentamiento después de un tiempo sin enfrentar más que a matones de poca monta por los barrios bajos de Nueva York, pero la verdad evidente es que no reaccionó a tiempo cuando la farola se avalanzó sobre él. Si bien el golpe fue capaz de mover a Venom del sitio y le hizo exclamar un quejido mezcla de dolor y sorpresa, la criatura fue capaz no solo de mantenerse en pie, sino que además sujetó la farola entre sus grandes garras negras antes de que pudiese alejarse o atacarle una segunda vez. Su inhumana fuerza física contrarrestó la telequinesis de la mutante con facilidad, sin duda gracias a que ella claramente no va en serio por el momento. El simbionte en su cuerpo parece burbujear por unos instantes y demuestra su maleabilidad por toda la superficie de su cuerpo de una manera que recuerda más a cómo tiende a actuar su hijo Carnage, pero no era más que una respuesta intuitiva a las llamas del fénix basada en malas experiencias con fuegos que ni siquiera parecían tan intimidantes como éste. Confundir esa reacción con miedo, sin embargo, podría probarse un craso error.
— ¿¡LA LECCIÓN!? ¡Venom no tiene nada que aprender de ti! — Un fuerte tirón de sus potentes extremidades es suficiente para partir en dos mirades la estructura de la farola, y sin pensárselo ni por un momento arrojó una mitad detrás de la otra contra Jean. Él habría preferido ser guiado hasta Logan, después de todo no tiene nada en particular en contra de la pelirroja que él (ni Eddie ni su simbionte) recuerde ahora mismo, pero responderá con violencia y brutalidad al desafío que tiene delante. Al fin y al cabo, finalmente ni siquiera fue él quien arrojó la primera piedra; o farola, en este caso.
— ¿¡LA LECCIÓN!? ¡Venom no tiene nada que aprender de ti! — Un fuerte tirón de sus potentes extremidades es suficiente para partir en dos mirades la estructura de la farola, y sin pensárselo ni por un momento arrojó una mitad detrás de la otra contra Jean. Él habría preferido ser guiado hasta Logan, después de todo no tiene nada en particular en contra de la pelirroja que él (ni Eddie ni su simbionte) recuerde ahora mismo, pero responderá con violencia y brutalidad al desafío que tiene delante. Al fin y al cabo, finalmente ni siquiera fue él quien arrojó la primera piedra; o farola, en este caso.
EddieBrock · M
Mientras ella formula su pregunta, Venom suelta su telaraña y da un veloz giro lateral en el aire para caer de pie en el suelo con un equilibrio perfecto; tan acrobático como el propio Spider-Man pero mucho más pesado, puesto que la llegada de sus pies al suelo desquebraja un poco las baldosas de la acera. — No nos gustas, tienes el mismo aroma que él. — Su tono grave y monstruoso se corresponde con su postura corporal en esta situación, pues mantiene las manos levantadas hacia adelante como si estuviese preparado para saltar sobre ella en cualquier momento y cada segundo que guarda silencio le resulta imposible mantener su larga lengua dentro de la boca; repugnante líquido verde gotea de ésta al suelo. Su mente es la amalgama de dos, por lo que aunque sus pensamientos hayan sido más nítidos últimamente gracias al tiempo que ha pasado con el simbionte y el status quo de convivencia que han alcanzado ambas identidades, continúan siendo dos voces hablando fuerte al mismo tiempo. Ningún telépata tendría un trabajo fácil discerniendo una voz de la otra, más allá de que una de las dos voces sea un alienígena semilíquido.
— Vamos a darte dos opciones. O nos divertimos haciéndote trizas para hacerle venir, o nos dices en qué pútrido bar podemos encontrarle esta noche. ¿Qué será, Fénix? — Es una amenza muy presuntuosa, teniendo en cuenta que Venom conoce el renombre de la chica, pero no haber visto de primera mano sus poderes le hace sentir confiado de sobra de poder destrozarle si así lo quiere. Después de todo, solo es una humana: ¿cuántos golpes, garrazos o mordiscos suyos podría sobrevivir un frágil humano? Hasta ahora, el hombre hacia el que está demostrando albergar tanto rencor por quién sabe qué encuentros del pasado es la única excepción que conoce a esa fragilidad, y recordar que incluso sus colmillos se rompieron intentando romper sus huesos no hace más que aumentar su cólera y deseos de violencia. Su musculatura parece aumentar ligeramente cada segundo que pasa, así como venas se marcan en sus brazos y torso de simbionte. Está clara cuál será la elección de Venom si no decide ella por él, aunque todavía no haya dado ningún paso en su dirección.
— Vamos a darte dos opciones. O nos divertimos haciéndote trizas para hacerle venir, o nos dices en qué pútrido bar podemos encontrarle esta noche. ¿Qué será, Fénix? — Es una amenza muy presuntuosa, teniendo en cuenta que Venom conoce el renombre de la chica, pero no haber visto de primera mano sus poderes le hace sentir confiado de sobra de poder destrozarle si así lo quiere. Después de todo, solo es una humana: ¿cuántos golpes, garrazos o mordiscos suyos podría sobrevivir un frágil humano? Hasta ahora, el hombre hacia el que está demostrando albergar tanto rencor por quién sabe qué encuentros del pasado es la única excepción que conoce a esa fragilidad, y recordar que incluso sus colmillos se rompieron intentando romper sus huesos no hace más que aumentar su cólera y deseos de violencia. Su musculatura parece aumentar ligeramente cada segundo que pasa, así como venas se marcan en sus brazos y torso de simbionte. Está clara cuál será la elección de Venom si no decide ella por él, aunque todavía no haya dado ningún paso en su dirección.
EddieBrock · M
— Pero mira a quién ha traído la cigüeña cósmica, una de los mutantes más famosos. — El imponente simbionte desciende del tejado desde el cuál había avistado de manera totalmente fortuita a la pelirroja, en una clara imitación de cómo Spider-Man lo ha hecho en numerosas ocasiones: Deslizándose boca abajo con las rodillas recogidas mientras cuelga de una rígida telaraña -o lo que al menos parece ser una-. Solo cuando desciende por debajo de la altitud de las farolas que alumbran esa oscura calle el contorno de su fornido pero inquietante cuerpo oscuro se puede apreciar con claridad. Su rostro alberga la misma sonrisa macabra que de costumbre, pero la posición de su cuerpo hace que saliva se deslice de entre sus encías por su rostro, pues carece de labios que lo impidan, y el hecho de que tenga su larga y gruesa lengua a la vista tampoco ayuda a paliar su salivación.
Solo cuando su rostro quedó a la misma altura que el de la chica detuvo su descenso. —Tú... tú eres amiga de Logan, ¿verdad? Ooooh... tenemos muchas cuentas por saldar con ese Logan... — Estaba claro que había dado con ella por la más pura casualidad y ni siquiera tiene unas intenciones claras, pero su tono está muy lejos como siempre de ser amigable. O quizás ése sea su tono de siempre.
Solo cuando su rostro quedó a la misma altura que el de la chica detuvo su descenso. —Tú... tú eres amiga de Logan, ¿verdad? Ooooh... tenemos muchas cuentas por saldar con ese Logan... — Estaba claro que había dado con ella por la más pura casualidad y ni siquiera tiene unas intenciones claras, pero su tono está muy lejos como siempre de ser amigable. O quizás ése sea su tono de siempre.
KZE1554123 · 31-35, F
[code]¡Por nada, Jean! Sé que así será.[/code] 💪
KZE1554123 · 31-35, F
Bienvenida, Jean.
emiyagarcher · M
—Te echo de menos.— comentó, apoyando su cabeza sobre el hombro de su chica.
SW-User
Cossette sabía que era rara, desde que nació había poseído habilidades diferentes que otros niños ni tenían, pero estas nunca le habían causado problemas antes, pues la manifestación de su magia era esporádica y sutil los primeros años de su vida. Su madre, en ocasiones, le había explicado vagamente que ella era una niña especial, pero jamás le había aclarado el porque y aún cuando preguntase siempre cambiaba el tema de alguna forma.
Como sea que fuere, jamás había tenido un verdadero conflicto, ella siempre estudió en casa y pese a ser muy sociable tenía pocos amigos, por lo que tampoco salía mucho, más vaya cosas del destino que el día que decidió hacerlo, para ver el estreno de una película sobre piratas cuya saga era muy conocida -y de la cual ella era muy fan- a media función y por la simple emoción decenas de pequeñas motas de luz empezaron a brotar cual luciérnagas en el lugar, la sala entera estaba abarrotada y por ende no pasó desapercibido el inusual evento así como tampoco su origen, Cossette, quien no tardó en ser señalada.
Tuvo que salir de ahí corriendo, asustada por la gente que reaccionó de mala manera, llegó a casa temblando de miedo y por varios días no salió de su cuarto. Sólo era luz, cálida e inofensiva, pero era incontrolable, sus emociones hacían que todo empeorara y en un acto de desesperación sus padres buscaron ayuda.
Fue así como llegó a aquella mansión, una especie de escuela privada para chicos con "peculiaridades" como ella, o algo así había dicho su madre, en principio la joven francesa se negó, pero al verse incapaz de controlar esas lucecitas tan raras, finamente accedió -Humm... La dirección... Creo que estoy un poco perdida- Dijo mientras avanzaba por el recibidor, arrastrando su maleta con rueditas en donde llevaba sus pertenencias.
Un suspiro nervioso se le escapó de entre los labios, estaba bastante preocupada y por ello mismo pequeñas motas de luz salían de su cuerpo, en un tono azul pálido y se desvanecían antes de tocar el suelo.
Como sea que fuere, jamás había tenido un verdadero conflicto, ella siempre estudió en casa y pese a ser muy sociable tenía pocos amigos, por lo que tampoco salía mucho, más vaya cosas del destino que el día que decidió hacerlo, para ver el estreno de una película sobre piratas cuya saga era muy conocida -y de la cual ella era muy fan- a media función y por la simple emoción decenas de pequeñas motas de luz empezaron a brotar cual luciérnagas en el lugar, la sala entera estaba abarrotada y por ende no pasó desapercibido el inusual evento así como tampoco su origen, Cossette, quien no tardó en ser señalada.
Tuvo que salir de ahí corriendo, asustada por la gente que reaccionó de mala manera, llegó a casa temblando de miedo y por varios días no salió de su cuarto. Sólo era luz, cálida e inofensiva, pero era incontrolable, sus emociones hacían que todo empeorara y en un acto de desesperación sus padres buscaron ayuda.
Fue así como llegó a aquella mansión, una especie de escuela privada para chicos con "peculiaridades" como ella, o algo así había dicho su madre, en principio la joven francesa se negó, pero al verse incapaz de controlar esas lucecitas tan raras, finamente accedió -Humm... La dirección... Creo que estoy un poco perdida- Dijo mientras avanzaba por el recibidor, arrastrando su maleta con rueditas en donde llevaba sus pertenencias.
Un suspiro nervioso se le escapó de entre los labios, estaba bastante preocupada y por ello mismo pequeñas motas de luz salían de su cuerpo, en un tono azul pálido y se desvanecían antes de tocar el suelo.
J1553980 · 26-30, F
—Tengo miedo. . . ¿Por qué?... ¿Voy a morir? ¿Jean? ¿Soy un monstruo como ellos dicen y me gritan? ¡ME HAN PEGADO POR ESO! ¿¡SOY UNA ABOMINACIÓN DE LA NATURALEZA!?
emiyagarcher · M
¿Yo? En lo absoluto, siento que me confunde con otra persona. Yo soy Emilio Danirou. — Nótese su bigote y pelo negro, hechos con proyección a partir de pelucas falsas. (?(
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