ªª Una tarde como cualquiera, después de dos años de campaña la afamada compañìa de la Ciudadela Negra había retornado a casa. Si bien habían dejado a su cargo algunos veteranos y jóvenes, el grueso de la fuerza había partido hacia el Norte con el propósito de liberar el reino de Uthgard de las garras de disidentes y rebeldes que se oponían al reinado de su monarca, utilizando tácticas deshonrosas y el terrible clima para tomar ventaja. (...)
Ante el toque en su brazo, arqueó su ceja, sonriendo un poco travieso, para así añadir con calma. — Y bueno, devolvernos a la taberna será un viaje un tanto largo. Ya puedes ver sin duda alguna que la ciudadela es mucho más grande de lo que parece desde fuera ¿Eh? ¿Sabes la historia de este lugar? — Preguntó el varón con curiosidad y de hecho le ofreció uno de sus fornidos brazos, para así añadir. — Puedo llevarte cargando en mi hombro si te da flojera ir de vuelta a pie, al final será una entrada digna de una princesa y el héroe de la Ciudadela, ¡Hahahahaha! —
