— ¡Hm! Quizá así sea, pero bueno, si eres cercana a mi hermano de seguro sabes que con magia podrías parecerte a cualquiera si es que de verdad te gusta la discreción. Aunque no sé si simplemente tus trucos van ligados a otra cosa, hehe. No tengo cómo saberlo, y ese es mi punto. — Admitió el varón con una sonrisa amplia, al escuchar esa risa encantadora, notándose como arqueaba su ceja y tomaba aquello como una victoria. De ese modo tomando su pequeña mano con la propia, presionaría esta con suavidad en medio de las callosas pero cálidas falanges y palma y comenzaría a caminar de vuelta a dónde se encontraba aún la celebración. Las horas de verdad pasaban rápido, Jarrus había hablado con ella hace dos, y se pasaron una hora hablando el pelirrojo y la princesa mientras ahora la tarde caía y la noche comenzaba a asomarse en sus primeros asomos. — Tengo mucho que aprender sobre ti, Romine. —

— Aun sin su compañía, nadie podría ponerme una mano encima, aunque lo intentasen. Insisto Sir. Bjorn... Debe ser más intuitivo, y no solo dejarse llevar por las apariencias. — Respondió de forma calmada, y finalizando con un guiño. — Leí un poco al respecto, aunque siempre es mejor oírla de alguien quien la habita. — Musito, lanzando una sutil risilla, mientras colocaba su pequeña y delicada mano, encima de la mano del Goliath, demostrando así, la confianza que actualmente estaría depositando en él. — Descuide, eso no será necesario. A decir verdad, siempre he preferido las entradas discretas, raro para una princesa, ¿cierto? — Hablar con Bjorn era genuinamente relajante, era extraño, pero... su presencia provocaba que ella sintiese la confianza de dejar a un lado sus propias restricciones.
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Ante el toque en su brazo, arqueó su ceja, sonriendo un poco travieso, para así añadir con calma. — Y bueno, devolvernos a la taberna será un viaje un tanto largo. Ya puedes ver sin duda alguna que la ciudadela es mucho más grande de lo que parece desde fuera ¿Eh? ¿Sabes la historia de este lugar? — Preguntó el varón con curiosidad y de hecho le ofreció uno de sus fornidos brazos, para así añadir. — Puedo llevarte cargando en mi hombro si te da flojera ir de vuelta a pie, al final será una entrada digna de una princesa y el héroe de la Ciudadela, ¡Hahahahaha! —

Fue en ese momento que ante las preguntas anteriores una carcajada no pudo ser contenida, sus ojos azules y fieros observaron los de ella, para así añadir. — Lo importante no es si es una Princesa, o lo saben, Romine, lo importante es que estarás conmigo. Y si estás conmigo nadie te pondrá un dedo encima mientras seas mi compañía. Soy amistoso y llevadero, pero muchos saben mejor que nadie que no es buena idea hacerme enojar. — Admitió el varón mientras le veía a los ojos con firmeza, y entonces quizá pudo notar Romine que había una fiereza detrás de esa mirada que no tenía comparación.

Sin embargo, al oír su descabellada idea, esta abrió sus ojos a manera de sorpresa, ladeando un poco la cabeza. — ¿Una chica normal? Je, je... Bueno, no sé si eso vaya a ser posible. Usted vino aquí por los rumores de mi presencia, ¿Qué le hace pensar que el resto de las personas en la ciudadela no saben que soy una princesa? — Preguntaría, un tanto intrigada por ver cómo funcionaba la mente de aquel bárbaro. Jarrus anteriormente ya había comentado sobre las deficiencias mentales de su hermano, pero Romine lo interpretaba más como un ser con una inteligencia diferente a la que la mayoría suele encontrarse.

— Tranquilo, tranquilo. No estaba buscando explicaciones de sus acciones. Independiente a su estilo de vida, continúo honrando sus buenas acciones, Sir.Bjorn. — Respondió de manera certera, esbozando una sonrisa apenas perceptible.

Alzando la mirada para verle directamente a los ojos, esta asintió con la cabeza a su siguiente comentario, esta vez mostrando una sonrisa aún más “débil” — Se lo que es la vida; quiero decir, puede que mis costumbres no compartan nada en común con las tuyas, pero a pesar de esto, no puedo quejarme. — Expreso con gentileza, colocando su mano sobre uno de los brazos del gran Goliath, teniendo inclusive que estirarse un poco para alcanzarle, aunque fuese un poco. (…)

— 'Con respecto a lo otro, verás, no hay protocolos. El único protocolo es ser tú misma, pasarla bien, y meramente disfrutar. Eso sí, si te pones "loquita" al beber ni creas que no le daré unas buenas cachetadas a los que se pasen de listos, incluyéndome. Esta noche tendrás un lujo que no muchas personas tienen, y es que podrás beber cuánto quieras sintiéndote completamente segura. Y claro podrás comer cuánto quieras haha. Aunque no te recomiendo abusar de ambas cosas juntas. —

El enorme varón simplemente suspiró y cerró sus ojos haciéndolo claro que sentía algo de tristeza al pensar que ella no hubiese podido conocer el mundo o libertad desde antes, y por ende ante las otras palabras recuperó rápidamente esa energía contagiosa y dijo. — ¿Sabes qué Romine? ¿Qué tal si esta noche te haces pasar por una chica normal? ¡No la princesa del Reino de Unther! ¡No la noble que eres! Sólo una chica que quiere pasarla bien en una fiesta. Te prometo que yo te cuidaré, así como he cuidado a muchos amigos que se pasan de tragos. —

A pesar de todo y todas sus libertades Bjorn no tomaría ventaja de una chica que estuviese bebiendo demasiado, era muy noble para eso, y el hecho de Jarrus le confiase el bienestar de esta persona importante para él haría más aún ahínco en mantenerle protegida.

— ¡Hahaha! No fueron ofensivas, no me avergüenza'decir que disfruté de muchos placeres de la vida en su tiempo, beber, disfrutar de la carne y compañía de gente que desea estar contigo, y claramente reir, son remedios para cualquier enfermedad o dolencia. — Admitió el enorme varón mientras sonreía un poco, cruzándose de brazos para así mirar hacia abajo y verle a los ojos, posando sus ojos azulados en los de ella, sus pupilas clavándose en los de la chica como intentando leerle, por ende entonces dijo. — Pero nunca has sabido lo que es vivir así ¿No es cierto? Inclusive en el tiempo que estuvimos fuera te dedicaste a la lectura y aprendizaje. —

(…) — ¡S- Sir.Bjorn, le pediré amablemente que modere sus comentarios! Por supuesto que no me refería a eso. Una princesa no se “acuesta”, una princesa se comporta. Y no, no soy un minino, así que aprecio si pronuncia mi nombre tal cual es. — Respondería ligeramente exaltada; algo definitivamente era nuevo para ella, pues si bien había sentido enojo en el pasado, pero pocas eran las veces que tenía la oportunidad para expresarlo sin ser señalada o juzgada por ello.