ªª Una tarde como cualquiera, después de dos años de campaña la afamada compañìa de la Ciudadela Negra había retornado a casa. Si bien habían dejado a su cargo algunos veteranos y jóvenes, el grueso de la fuerza había partido hacia el Norte con el propósito de liberar el reino de Uthgard de las garras de disidentes y rebeldes que se oponían al reinado de su monarca, utilizando tácticas deshonrosas y el terrible clima para tomar ventaja. (...)
Sin embargo, al oír su descabellada idea, esta abrió sus ojos a manera de sorpresa, ladeando un poco la cabeza. — ¿Una chica normal? Je, je... Bueno, no sé si eso vaya a ser posible. Usted vino aquí por los rumores de mi presencia, ¿Qué le hace pensar que el resto de las personas en la ciudadela no saben que soy una princesa? — Preguntaría, un tanto intrigada por ver cómo funcionaba la mente de aquel bárbaro. Jarrus anteriormente ya había comentado sobre las deficiencias mentales de su hermano, pero Romine lo interpretaba más como un ser con una inteligencia diferente a la que la mayoría suele encontrarse.
