Alzó su entrecejo aún confundido, su propio instinto le alertaba que aquel par de "niños" poseían una señal gigante de peligro en sus rostros. — Este es un lugar que frecuento siempre, por aquí transito diariamente, es probable que vuelvan a verme. — Siguió atento con su mirada cada movimiento sin descuidar la postura y ubicación de ambos. — ¿Qué tipo de travesura debo soportar? — Expectante, apreció la mixtura de papelillos revoloteando que caían por el lugar debido a la extraña bomba que activo la chica de cabellos blancos.