HarleenQuinzel is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
Un poco diferente al resto, es todo.
About Me Notes
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
What would you like to add to HarleenQuinzel's Whiteboard?
Attribute
Gesture
Just a Comment
ASs1534172 · 26-30, F
◊ La llave entró directo en la cerradura y dio vueltas. Se escuchó la cuerda jalarse, un sonido metálico que crecía conforme la llave gira. El cuerpo reaccionó, era hora de despertar. Las pequeñas coletas que sobre salen en su cabeza se elevaron, el demás cabello se levantó después. Los deditos de la muñeca cobraron vida,uno a uno, habían estado estáticos por mucho, mucho tiempo, la sensación de movimiento era difícil de atrapar al principio, hasta lograr cerrar y abrir ambos puños. Sus hombros se menean, las piernas le tiemblan. Todo el frágil cuerpo se liberaba de las cadenas invisibles a las que estuvo atada, hasta poder mantenerse en pie por sí sola. Ahí, abrió una de sus ventanas de color dorada, la otra era cubierta por un parche y una rosa color lavanda, ambos hechos de tela, por los bordes se asomaban diminutas ramificaciones verdes.
La calma abrumadora de la recién despierta domina en el lugar. Se dedica a ver el nuevo mundo en el que despertó, por sobre todo, a buscar a las que hace llamar sus hermanas. Nada. Ningún rastro de ellas hay. Con el propósito fallido, giró el níveo rostro de porcelana a la mujer. No pronuncia palabras, está observando y analizando◊
 
Send Comment
ASs1534172 · 26-30, F
◊ Las personas vienen y van, de aquí para allá. Se detienen a ver tiendas que llamen su atención, donde los artículos sean alegres, con mil colores, artefactos que les simplifiquen el quehacer cotidiano, entre tanto qué ver.
Los automóviles transitan en las amplias calles de la ciudad, las personas se andan con cuidado, pero si te detienes a ver por un momento, te darás cuenta que hay un monto de gente mirando en el aparador de cierto negocio.

¿Qué es lo que ven? ¿Qué tanto admiran?

El curioso se acercará a saciar su sed de información. A través de los extensos cristales hay una gran variedad de muñecas, y hay de todo tipo: grandes, pequeñas, victorianas, de estilos góticos y vestidas de payasos. La diversidad de apariencias atraerán a la gente durante el transcurso del día, hasta que la noche caiga y la última muñeca sea vendida.

El dueño del comercio aún no cierra, y la curiosidad que provocan tales muñecas aún tratará de robar tu atención. ¿Estás listo para acceder? No hay vuelta atrás una vez que haz entrado. Los ojos brillantes de cada personaje se posarán en el entrometido, vigilando cada movimiento, pareciera que cobrarán vida.

Y entre tantas muñecas, una destaca, está parada en la vitrina que reposa junto a la pared, dormida, esperando a que alguien sea el valiente en despertarla ◊
ASs1534172 · 26-30, F
Occ:Gracias.. por la solicitud..
RobertLingdon · 31-35, M
?-Buenas noches, señor Lingdon

\Era una voz familiar, estudiada, masculina y algo temerosa aún. El rapado, estaba mirando por la puerta a aquel a quien llamaba, ese sujeto estaba absorto en el computador y para cuando oyó de nuevo su nombre un "¿mmmh?" fue lo que salió de sus labios cerrados y volvió la mirada; intensidad, seriedad, perfección... Eso se veía en sus ojos. Esos ojos parecían salvajes, eran color plata líquida. Entonces al hablar una sonrisa amable accedió a sus labiales, diciendole al rapado\

¿Sí?

\Y aquella voz era obscena, tan hermosa como un canto de ángeles haciendo que el rapado se estremeciera pero carraspeo y dijo\

?- Señor, las negociaciones son en una hora. El comisionado necesita verle un instante antes... Para hablar del proyecto que se tendrá con el señor Wayne.

\El señor Wayne... Era extraño aquel hombre mas quien era aquel sujeto para juzgarlo, tenía el aquellas marcas en sus manos, las hamsas que guardaba bajo aquellos guantes.

Como fuera se puso de pie y sacudió su ropa, esos pantalones de traje azules seguían impolutos como su camisa de lino pero le resultaba costumbre.

Al salir, siempre llevaba consigo a aquel rapado pero esa vez no, quería caminar y llegar a la comisaría, no quedaba lejos de su hotel de todas maneras y mientras lo hacía algo llamó su atención, era una mujer... Pero se veía enfadada (?) algo contraida. Metió sus manos en los bolsillos y anduvo hasta ella, posandose a su lado y le dijo sin dejar de lado aquella sonrisa amable\

¿ve algo interesante, señorita?
JLc1518779 · M
Aquella niña, abrió los orbes por completo. Ahora tenía control sobre cada una de las articulaciones del cuerpo. Cuando por fin despertó de aquel letargo, su conciencia regresó. Aún cuando el exterior mostró un ser inanimado, dentro de ella, había un fragmento de vida, le daba emociones, sentimientos y entendimiento. Al descender, la pequeña muñeca clavó los orbes sobre la joven. En sus adentros, sonrió. Cuando ambos zapatos de charol café tocaron la superficie, unos pasos alejaron a la fémina que le había traído de regreso, con tan sólo darle cuerda…

Souseiseki, pestañeó. Silente aguardó el siguiente movimiento. Y con el pasar del céfiro, unas palabras quebraron el silencio. Le causo un poco de gracia la manera en que se había expresado la joven, no obstante, la muñeca mantuvo un semblante serio y frío, podría notarse incluso indiferencia, mas, lo único verdadero, era que le agradaba ocultar la inmensa curiosidad por las cosas. Al término de las palabras ajenas, la cuarta doncella de Rozen abrió los labios, y de aquel fino rasgo… Brotaron palabras:

Harley… Mucho gusto.– Justo al mencionar aquello, retiró el sombrero de copa de la cabeza, lo colocó sobre el pecho e inclinó en breve. –Así que… Usted me ha despertado. Le agradezco. –Se incorporó, volvió a clavarle aquellos cristales, bicolor y sonrió levemente. –Mi nombre es Souseiseki… Soy La Cuarta Doncella de Rozen Maiden.

Esa fue la presentación de aquella dama. Pronto colocó en su lugar al sombrero y el silencio le poseyó de nuevo.
TsTMT · M
- Afirma con un movimiento de su cabeza, posteriormente, aquel mercenario de inmensa silueta que guardaba ambas manos en los bolsillos de su abrigo, se disponía a relatar para esa peculiar joven.

Toma armas, tu atuendo pintoresco y hombres decididos, en pocos días esta cuidad estará arrodillada a nuestra merced.


Exclamo el enmascarado que daba un vistazo a tras donde aun paseaba gente sin preocupación, sin saber los malignos planes que Bane ha designado para esos infelices, redirige su mirada a dicha mujer, todo un personaje al parecer, justo y necesario el condimento que hacia falta a sus intenciones. -
TsTMT · M
Esos idiotas deben quedar sumidos en un estado que permitan ser moldeados para un evento sin precedente alguno.

- Dichas palabras, fueron las primeras al término de la locución ofrecida por la mujer de vestimentas bajo un estereotipo urbano, una paulatina pausa verbal ofrecía el fornido hombre de inmensa silueta que retomaría para aquella ex-convicta.

Gótica es una utopía necesaria de sumergir en el olvido, con el caballero de la noche quebrado, no habrá nada que detenga a todo aquel que posea intenciones en esta moldeable cuidad.


Terminaba, para mantener una postura igual de rígida, cruzado de brazos y a la expectativa de lo que pueda llegar a responder esa joven con la que dialogaba a las afueras de la comisaria. -
JLc1518779 · M
Ahí, en el interior de los sueños, una cinta comenzó a reproducirse. No había donde ocultarse. En aquella película antigua vio la silueta de un hombre, esa era la voz que le llamaba, el tono era gentil, endulzaba los sentidos e hipnotizaba. Quizás, ¿Su creador?...
Mientras el maletín continuaba ahí, el Conejo monitoreaba desde otro mundo, a través de las puertas del N- field, como iba la situación con cada una de las piezas en aquel tablero. Una… Dos… Tres… Cuatro. Paró oreja la criatura, al ver por aquella abertura como una joven entraba en el viejo teatro. Bien, él no conocía la ciudad, se la pasaba brincando de mundo a mundo con la intensión de hallar algo divertido que ver, por lo que, haber ido a depositar el maletín en aquella Ciudad sólo había sido un encargo que debía atender, mas, no era tonto, ese Conejo se las ideaba siempre para poner en apuros a las jóvenes Rosas, después de todo, su entretenimiento fundamental era ver como se desmembraban entre si. Tenía curiosidad, ¿Realmente existiría la perfección? ¿Y de ahí nacería Alice? ¡Para qué esperar tanto! ¡Habría que acomodar las piezas en el debido lugar para después avanzar y ver como iban cayendo cada una de ellas!

Souseiseki, no sabía lo que acontecía fuera del sueño, sin embargo, una sensación lejana le inundaba. Fue sostenida con delicadeza, cuando la chica abrió el maletín y logró sacarla. Si pudiese darse cuenta, estaría dando ahora las gracias por tanta gentileza. Pronto, algo en aquel mundo, se rompió. Sí, los sueños que tenía se vinieron abajo, pues la joven que la cargaba ahora le daba cuerda… Estaba regresando, ¿A la realidad?

La pequeña muñeca, comenzó a mover sus pequeños dedos, enseguida un crujido sultil se oyó al elevar lentamente los brazos. Su cabeza empezó a erguirse, entre pausas. Sus orbes, se abrieron de a poco, empezaron a mostrar el brillo de aquel cristal. El color en ambos era diferente. El izquierdo era un mar rojizo, y el derecho naturaleza viva y difunta. La porcelana en su cuerpo… Sus labios pronunciaron palabras que no lograron emitir sonido alguno. Estaba regresando en si, y aquella voz que le llamaba… Dejó un atisbo de felicidad.
JLc1518779 · M
Una voz, llamándole. Imágenes borrosas y un sentimiento lejano de melancolía. El tiempo transcurrió, mientras el sueño de la bella durmiente continuaba. Revivir en cada imagen, el pasado, aquel tiempo trágico que jamás dejaba de perseguirla. Volver a dormir, significaba sufrir de nuevo por los errores de antaño, vivir una existencia trágica en un abismo, quizás, sin retorno. Aquello, ¿Sería igual a morir? “Souseiseki…”, escuchó aquel nombre que le había dado la persona que la creó. Su padre, aquel que tanto amaba, aquel por el cual debía cruzar por tanto dolor, sólo para volver a verlo. ¿Y sus hermanas? ¡También las amaba! Por ello el dolor, de tener que luchar contra ellas para conseguir algo más. Sin embargo, estaba ella, en especial… Suiseiseki, su melliza, con quien compartía alma. “¿Estaremos juntas a partir de ahora, Souseiseki?”, recordó aquella interrogante que le había hecho la jardinera portadora de la regadera. “Sí. Te lo prometo.”, y esa fue la respuesta de Souseiseki, su hermana menor, pero de personalidad más madura que aquella otra niña traviesa. ¿Cuánto tiempo más, es que los sueños atormentarían a la doncella? Tenía miedo, el mismo pavor que siempre le invadía al saber que dormiría por otra era más, ¿Y si nadie la encontraba? ¿Si no le daban cuerda? Jamás podría abrir los orbes… Jamás vería de nuevo a su gemela.

Ese mundo nuevo, fue elegido por él, y el conejo se encargaría de preparar el tablero, otra vez. Colocó en su respectiva escena a cada muñeca. Souseiseki fue separada de las otras seis, ¿Se volverían a encontrar? La cuestión era… Si alguien las encontraría.

Dentro de un teatro antiguo, quedó la maleta oculta. Fue ahí donde la dejo el Conejo tras llegar a través de unos de esos agujeros dimensionales que asimilaban una madriguera. Ese conejo que tanto incordiaba a las doncellas de la Rosa. ¡Si tan sólo pudiese cortarle la cola! Realmente, sería lo más agradable que pudiese hacer Souseiseki, no por nada lo había amenazado en el pasado, así como su hermana mayor, la primera doncella de Rozen. En silencio, aquel nuevo escenario ahora sería la compañía de la muñeca, aún cuando esta no supiera que yacía metida en dicho lugar. Sólo tenía que esperar… Y esperar...

En una tabla tirada escasos cm del maletín, estaba escrito en un extremo lo siguiente: “Dar cuerda”, mientras que en el otro ponía: “No darle cuerda”.
TsTMT · M
Out: Ningún problema, por el contrario.

- ¡Asciende!, eran palabras que vagaron por la mente del mercenario durante muchos días y noches, hasta haber logrado su objetivo primario, ese niño se había convertido en un hombre de tamaño impresionante, y un físico extraordinario y capaz de dotarle de excelentes habilidades y resistencia sobrehuamana, apoyado por la droga Venom que suministra esa mascara que encierra parte de su rostro, además, posee un entrenamiento más que formidable, sus métodos extremistas lo habían llevado a ser excomulgado de la misma Liga de las Sombras, referencia que habla de más de ese sujeto que había logrado ''Quebrar'' las alas del murciélago.

Se hace paso entre la multitud en ese concurrido lugar, pareciendo seguir a una particular mujer bastante llamativa, sabía por algunas cuestiones de inteligencia de quien se trataba la dama, este sujeto, que responde al nombre de Bane, vestía un gabán de pieles gruesas y cuello alto, bastante grueso y grande que cubre su bien dotada humanidad, pantalón negro y botas punta de acero, además, un chaleco bastante particular cubriendo su pecho, su respiración se podía sentir desde esa mascara especial, y al llegar a unos escasos metros a espaldas de la joven, lograba emitir sus agudas palabras para capturar su atención. -

Entonces escapaste de esa prisión, mis contactos me han tenido bien informado de ti Harley Quinn