Escucharle y sentir esos suaves besos en su cuello inmediatamente le hizo sonreir. — Por supuesto, además, siempre es agradable poner tenerte cerca San Lang. Tú siempre podrás tenerme cerca si lo deseas. —

—¿Quién lo descuida? No haría algo así. —Lo guio con su mano para que se sentara en su regazo de frente a él y abrazó su cintura—. Todo está bien, Gege; solo deseo tenerlo cerca... ¿eso está bien? —Dejó un par de besos en su cuello.

— Sabes que la ciudad fantasma tiene mi atención, despues de todo es tu territorio y no debes descuidarte de él. — Al escucharle, no dudo en acercarse tomando su mano con suavidad aunque un tanto curioso por el pedido — San Lang... en verdad ¿todo esta bien? —

—Es posible... Sin embargo, los asuntos de mi trabajo no deberían estar en la cabeza de Gege, tiene demasiadas cosas de las que ocuparse por su parte. —Extendió su mano hacia él—. Acérquese~