Child of the Hunt
About Me About Me NotesThe Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
What would you like to add to FeiSalat's Whiteboard?
Attribute
Gesture
Just a Comment
ElizabethAlacor · 22-25, F
—Muchísimas gracias por haberme aceptado.
MgBigBoss · M
El militar siguió los movimientos de la pequeña con la mirada desde su cobertura y una vez ella entró en el fuerte, escaló meticulosamente para tener cuidado con las trampas que había en el trayecto hasta llegar a la ventana y desde allí observó los pasos de la sospechosa. Sus sentidos estaban agudizados y desconfiaba de aquello deduciendo que esa niña que para él se salía de todo contexto por su edad, no era más que un señuelo que lo conduciría a una trampa pero...¿Cómo sabían que él estaba allí?
- Mmm...
- Mmm...
MgBigBoss · M
MgBigBoss thinks you are Awesome.
MgBigBoss · M
-( Background music: https://www.youtube.com/watch?v=p5LhT85HAr4 )-
- Codec (Kaz): “Recuerda Boss, nuestro inversionista ha pagado una buena suma de dinero por rescatar a su hijo con vida. Falcon está listo para la extracción del crio vía fulton una vez llegues a la zona segura ubicada a 300 metros al noreste del castillo; humo verde es la señal.”
La serpiente, uno con el bosque, caminaba en total sigilo anteponiendo el talón y luego la planta del pie sobre el suelo para reducir el sonido de sus pisadas y aceleraba el paso cuando el viento arreciaba para valerse del bramar abrumador de la naturaleza para mimetizarse y así fluir con el ambiente para no ser detectado.
- Codec (Ocelot): “Boss, inteligencia indica que al parecer la zona esta custodiada por un grupo paramilitar que se vale de la magia negra para alejar a los intrusos.”
- ¿Magia negra?, primero Katai y su extraño novio que casi me mata, y ahora…Magia negra…Kaz, ¿Qué clase de trabajos estamos aceptando últimamente?, Japón es un lugar muy extraño…
- Codec (Kaz): “No puedo creerlo, ¿El gran Big Boss temiéndole a la magia?”
- Mmm…Kaz…
- Codec (Kaz): “Hahaha…no te moleste Boss, solo bromeo. La policía local despejó el área circundante al castillo así que cualquier contacto puede ser considerado hostil, mantente alerta.”
El hombre tomó la empuñadura de su Mk-22 con la derecha y desasegurándola con el pulgar hacía una paneo constante mientras avanzaba hasta que algo particular le llamó la atención, un delgado cable de acero que gracias a los rayos del sol que se colaba entre la vegetación distinguió y al examinarlo, se dio cuenta que iba desde la rama de un árbol hasta el suelo a manera de trampa de contacto y esta a su vez, a un sistema de audio cubierto por hojarasca, algo que en plena noche no podría ser percibido.
- Con que magia negra, huh...
Pero esta no fue la única trampa que encontró, el experto se topó con trampas de oso, alarmas y unos extraños muñecos del tamaño de un humano promedio construidos con ramas y telas, guindados a los árboles a la espera de caer sobre algún intruso y matarlo del susto.
Fue así que tras una larga caminata atisbó el camino entre los matorrales y en él, caminando con suma tranquilidad una infanta de caballos plateados, gabardina y un parche ocultando uno de sus ojos. ¿Qué hacía una niña en aquel lugar?, lo extraño de la situación le obligó mantenerse escondido, siguiendo los pasos de ella desde las sombras cuyo camuflaje de tipo selva le hacía visualmente invisible gracias a las machas pixeladas en tonos verdes y cafés que desvanecen por completo su silueta al mismo tiempo que el metódico perro de guerra, mantenía sus pasos callados apegando su espalda contra el tronco de los árboles para así no ingresar en el campo de visión de la sospechosa.
- Codec (Kaz): “Recuerda Boss, nuestro inversionista ha pagado una buena suma de dinero por rescatar a su hijo con vida. Falcon está listo para la extracción del crio vía fulton una vez llegues a la zona segura ubicada a 300 metros al noreste del castillo; humo verde es la señal.”
La serpiente, uno con el bosque, caminaba en total sigilo anteponiendo el talón y luego la planta del pie sobre el suelo para reducir el sonido de sus pisadas y aceleraba el paso cuando el viento arreciaba para valerse del bramar abrumador de la naturaleza para mimetizarse y así fluir con el ambiente para no ser detectado.
- Codec (Ocelot): “Boss, inteligencia indica que al parecer la zona esta custodiada por un grupo paramilitar que se vale de la magia negra para alejar a los intrusos.”
- ¿Magia negra?, primero Katai y su extraño novio que casi me mata, y ahora…Magia negra…Kaz, ¿Qué clase de trabajos estamos aceptando últimamente?, Japón es un lugar muy extraño…
- Codec (Kaz): “No puedo creerlo, ¿El gran Big Boss temiéndole a la magia?”
- Mmm…Kaz…
- Codec (Kaz): “Hahaha…no te moleste Boss, solo bromeo. La policía local despejó el área circundante al castillo así que cualquier contacto puede ser considerado hostil, mantente alerta.”
El hombre tomó la empuñadura de su Mk-22 con la derecha y desasegurándola con el pulgar hacía una paneo constante mientras avanzaba hasta que algo particular le llamó la atención, un delgado cable de acero que gracias a los rayos del sol que se colaba entre la vegetación distinguió y al examinarlo, se dio cuenta que iba desde la rama de un árbol hasta el suelo a manera de trampa de contacto y esta a su vez, a un sistema de audio cubierto por hojarasca, algo que en plena noche no podría ser percibido.
- Con que magia negra, huh...
Pero esta no fue la única trampa que encontró, el experto se topó con trampas de oso, alarmas y unos extraños muñecos del tamaño de un humano promedio construidos con ramas y telas, guindados a los árboles a la espera de caer sobre algún intruso y matarlo del susto.
Fue así que tras una larga caminata atisbó el camino entre los matorrales y en él, caminando con suma tranquilidad una infanta de caballos plateados, gabardina y un parche ocultando uno de sus ojos. ¿Qué hacía una niña en aquel lugar?, lo extraño de la situación le obligó mantenerse escondido, siguiendo los pasos de ella desde las sombras cuyo camuflaje de tipo selva le hacía visualmente invisible gracias a las machas pixeladas en tonos verdes y cafés que desvanecen por completo su silueta al mismo tiempo que el metódico perro de guerra, mantenía sus pasos callados apegando su espalda contra el tronco de los árboles para así no ingresar en el campo de visión de la sospechosa.
AsTs1546963 · 31-35, M
[code]**Ya era de noche en un bosque,no se sabe donde ni cuando,¿que año era? muy difícil de saber en realidad,los animales nocturnos se preparaban para su ronda matutina de andanzas por cielo,mar y tierra,algunos humano que acampaban en el bosque que tal ves no volverán a ver la luz de día,puesto que no solo los animales asechaban por los bosques,seres que para muchos aun son un mito y otros realidad,demonios,vampiros,angeles,hadas,etc,esas criaturas aun no se pueden saber si existan o no,solo muy pocos han podido ver a uno,no obstante siempre han estado hay.
Caminando entre la grama del bosque se encontraba un demonio tiene un aspecto de un niño de ojos rojos y cabello ondulado de color morado oscuro salvaje que parece ir más allá de sus pies. Un flequillo cubre su ojo izquierdo. Y retiene características como colmillos y orejas puntiagudas.Lleva una diadema formada por dos tiras de oro paralelas que coinciden con los cuernos penetrantes por el pelo desde el borde de la línea del pelo.Lleva un vestido abierto sin mangas, con un collar que cubre su garganta. La pieza del pecho es de color negro, mientras que el resto del vestido es blanco. Lleva mangas negras separadas del vestido que llega a sus brazos medio superior y baja de los brazos a los dedos del medio, donde cada manga está unida a un anillo. Siempre está descalza.
Caminaba por el ancho bosque buscando algo o alguien para poder entretenerse o alimentarse,pues como uno de los 7 demonios del rey oscuro se alimentaba de la lujuria que habitan en los corazones de los humanos.**
Caminando entre la grama del bosque se encontraba un demonio tiene un aspecto de un niño de ojos rojos y cabello ondulado de color morado oscuro salvaje que parece ir más allá de sus pies. Un flequillo cubre su ojo izquierdo. Y retiene características como colmillos y orejas puntiagudas.Lleva una diadema formada por dos tiras de oro paralelas que coinciden con los cuernos penetrantes por el pelo desde el borde de la línea del pelo.Lleva un vestido abierto sin mangas, con un collar que cubre su garganta. La pieza del pecho es de color negro, mientras que el resto del vestido es blanco. Lleva mangas negras separadas del vestido que llega a sus brazos medio superior y baja de los brazos a los dedos del medio, donde cada manga está unida a un anillo. Siempre está descalza.
Caminaba por el ancho bosque buscando algo o alguien para poder entretenerse o alimentarse,pues como uno de los 7 demonios del rey oscuro se alimentaba de la lujuria que habitan en los corazones de los humanos.**
[/code]
YuiK1533361 · 26-30, F
Un ventarrón la trajo de vuelta al mundo, haciendo que el ramo de flores que sostenía entre las manos se le deslizase con violencia, cayendo al suelo un par de metros más allá. Una corazonada se agolpó en su pecho cuando fue a recogerlo y dirigió su mirada hacia un árbol, donde yacía la presencia de la extraña muchacha albina. Dedicó una mirada indirecta, fugaz y árida, preguntándose por qué aquella desconocida se encontraba allí sin un fin aparente. No la reconoció, mas consideró mejor caminar hacia el exterior del cementerio tras dejar las flores con cuidado en una de las tumbas que tenía más cercanas.
Movida por un impulso avanzó por el sendero que pasaba por un lado de ese árbol, pues era el camino más corto para dejar el camposanto. Esa inquietud no dejaba de molestarla; tenía ganas de huir, mas no lo hizo para no levantar sospechas. Su instinto parecía sobrepasarla, y al bifurcar hacia el norte alrededor de ese árbol se le escapó un pequeño suspiro, cuya exhalación llevaba consigo una mezcla entre pesadumbre y vacilación, mas su faz permanecía impávida, limpia de toda emoción. Ser testigo de tal comportamiento podría resultar confuso, mas no era raro que alguien sintiese algo parecido a la nostalgia, cosa común al haber perdido a un ser querido.
Movida por un impulso avanzó por el sendero que pasaba por un lado de ese árbol, pues era el camino más corto para dejar el camposanto. Esa inquietud no dejaba de molestarla; tenía ganas de huir, mas no lo hizo para no levantar sospechas. Su instinto parecía sobrepasarla, y al bifurcar hacia el norte alrededor de ese árbol se le escapó un pequeño suspiro, cuya exhalación llevaba consigo una mezcla entre pesadumbre y vacilación, mas su faz permanecía impávida, limpia de toda emoción. Ser testigo de tal comportamiento podría resultar confuso, mas no era raro que alguien sintiese algo parecido a la nostalgia, cosa común al haber perdido a un ser querido.
YuiK1533361 · 26-30, F
Los eventos traumáticos que la llevaron a esconderse, a cambiar su nombre y a borrar los registros de sus cuentas bancarias y la data del gobierno para no ser rastreada, ya habían sucedido hace seis largos meses. Hasta ese entonces Yui, quien ahora se hacía llamar "Emi Dietzel" había llevado una vida alborotada en Tokio, donde se había enfrascado en trabajar sus acciones en la bolsa de valores y el resto del tiempo a pasar las horas en el interior de un pequeño departamento, el cual había adaptado para aislarlo de los sonidos de la capital. Allí dedicó todas sus horas libres a la lectura e investigación sobre el electromagnetismo y su influencia sobre la gravedad y el tiempo, mas no hizo conjeturas acerca de sus premisas finales pues todo aquello le recordaría su querido y peligroso "Santuario Abandonado".
Pese a todo, no dejaba de dolerle todo lo que había dejado atrás, sobretodo a aquel que ella solía llamar "Tenshi" y a su diario de vida. Logró recopilar algunas de las ideas que recordaba haber plasmado en esas hojas, pero ninguno de esos escritos tenía la esencia de lo que fue años a, principalmente porque no era versada en explayar sus sentimientos si éstos ya no vivían fervientes en su interior. Se había transformado nuevamente en ese ente gris rodeado de las luces y los colores de la ciudad.
A veces, como esa tarde en la que el sol de otoño se escondía entre finos arreboles rojos, solía alejarse del centro en su anhelo por sentirse fuera de toda la vorágine cínica de la urbe, por sentirse como lo hacía en el templo a las afueras de Ebetsu. Con un ramo de flores entre las manos para no levantar sospechas, entró al cementerio Yabashira en la prefectura de Chiba. No era igual en términos de flora y fauna pues pese a las muchas hectáreas que poseía este camposanto, casi toda la maleza, árboles y pasto habían sido devorados por la increíble cantidad de restos humanos sepultados en una condición de deplorable hacinamiento. No obstante era idéntica esa sensación deliciosamente inquietante de su lugar preferido; por lo mismo muy poca gente se asomaba a ese lugar.
Caminaba entre las tumbas por un sendero de adoquines perfectamente construido sintiendo sólo el taconeo de sus zapatos, el roce ínfimo de sus jeans a cada paso y su propia respiración cargada de nostalgia. Muy a lo lejos podía oírse un murmullo vago del resto del mundo, confundido con el canto de las fúnebres brisas acariciando las sepulturas. Bajó las solapas de su gabardina azul marino con una de las manos y se detuvo, cerrando los ojos, con la cabellera larga flameando en orden por delante de sus hombros.
Alrededor de Yui no había miasma alguno, ni olor a rosas, ni siquiera estaba alerta o concentrada en sentir presencias a su alrededor. En ese instante sólo existían ella... y el silencio.
Pese a todo, no dejaba de dolerle todo lo que había dejado atrás, sobretodo a aquel que ella solía llamar "Tenshi" y a su diario de vida. Logró recopilar algunas de las ideas que recordaba haber plasmado en esas hojas, pero ninguno de esos escritos tenía la esencia de lo que fue años a, principalmente porque no era versada en explayar sus sentimientos si éstos ya no vivían fervientes en su interior. Se había transformado nuevamente en ese ente gris rodeado de las luces y los colores de la ciudad.
A veces, como esa tarde en la que el sol de otoño se escondía entre finos arreboles rojos, solía alejarse del centro en su anhelo por sentirse fuera de toda la vorágine cínica de la urbe, por sentirse como lo hacía en el templo a las afueras de Ebetsu. Con un ramo de flores entre las manos para no levantar sospechas, entró al cementerio Yabashira en la prefectura de Chiba. No era igual en términos de flora y fauna pues pese a las muchas hectáreas que poseía este camposanto, casi toda la maleza, árboles y pasto habían sido devorados por la increíble cantidad de restos humanos sepultados en una condición de deplorable hacinamiento. No obstante era idéntica esa sensación deliciosamente inquietante de su lugar preferido; por lo mismo muy poca gente se asomaba a ese lugar.
Caminaba entre las tumbas por un sendero de adoquines perfectamente construido sintiendo sólo el taconeo de sus zapatos, el roce ínfimo de sus jeans a cada paso y su propia respiración cargada de nostalgia. Muy a lo lejos podía oírse un murmullo vago del resto del mundo, confundido con el canto de las fúnebres brisas acariciando las sepulturas. Bajó las solapas de su gabardina azul marino con una de las manos y se detuvo, cerrando los ojos, con la cabellera larga flameando en orden por delante de sus hombros.
Alrededor de Yui no había miasma alguno, ni olor a rosas, ni siquiera estaba alerta o concentrada en sentir presencias a su alrededor. En ese instante sólo existían ella... y el silencio.