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— ... —

Se quedó un momento ahí parada sin saber qué más decir o como decirlo. Pero, ¿no había dicho ya bastante? Tal vez las cosas terminaban así sin más. Tal vez nunca volverían a ser igual. Miró a su alrededor memorizando los detalles por recordar e imaginándose ahí mismo platicando y riendo con su amigo. Finalmente no pudo aguantar y las lágrimas cayeron escuchandose en se silencio el repentino sorber de ella junto a un entrecortado sollozo.

Se giró a agarrar su mochila y colocándola al hombro sin verlo está vez.

— Por...Por nada... — dijo en un hilo de voz y salió de ahí apenas escuchandose el cerrar de la puerta.
—No puedo simplemente dejar todo en una noche, yo también siento.

Suspiró con pesadez, se sentía agotado, y es que Maddy no le ponía las cosas fáciles. Conocía bien lo que estaba haciendo, miraba esos ojos aguarse al borde del llanto. Le dolía lo que estaba diciendo, la muerte de Kouja, sentir que fue traicionado por alguien importante, no sólo su mejor amiga, sino la persona que le gustaba.

—No tengo nada más que decir. Gracias por haber venido.

Tajante y sin verla a los ojos, fue esa la respuesta de Enthon buscando desde su indiferencia la fuerza para rechazar su compañía. Aún si en el interior un nudo en la garganta impedía que dijera algo más.
Sintió que se hizo chiquita tras escucharlo. Alguien chiquita y ridícula. Tal vez la tristeza no solo encogía el corazón, sino todo su cuerpo.

— Estás echando mentiras. Lo sé por cómo lo dices... Lamento mucho lo de Kouja, Enthon, y lamento que te sientas traicionado por el cariño que también siento por Anyel... Te extraño, Enthon, no me quieras alejar hablando desde tu dolor, porque sé que no me quieres lejos en realidad. —

Se levantó del sofá yendo al borde de la entrada de la cocina y recargandose ahí. Y aunque su gesto estaba aparentemente neutro, sus ojos luchaban por contener las lágrimas.
—¿Entonces comprendes por qué no es tan fácil?

Hasta el apetito había perdido, recordar la pérdida de su mejor amigo seguía siendo un golpe tan bajo que lo desmotiva de hacer cualquier otra cosa. Dejó su comida en el microondas para después.

—Tampoco puedo decirte qué hacer, ¿Pero conmigo? Maredy, conmigo perdiste. Es por eso que prefiero no volver a relacionarme contigo.
— Tal vez si te hubiera tocado decidir a ti, lo hubieras hecho mejor. Tal vez si yo hubiera tenido que elegir, lo hubiera hecho mal... La verdad es que cada persona tiene formas distintas de reaccionar, y hasta Kouja hubiera errado tal vez. —

Mantuvo baja la cabeza, pero al escucharlo la levantó de golpe.

—¡¿QUÉ?! ¡NO! ¡No digas eso! Hubiera sido un golpe tan horrible que tú estuvieras muerto. ¡No vuelvas a decirme eso!
—¿Sabes? Si yo hubiese sido Anyel no lo habría hecho. No quiero perder a nadie que me importa y tampoco quiero causarle ese dolor a los demás. Pero no podría vivir sabiendo que maté a alguien importante, es como si me tocara decidir entre alguien cualquiera o tú... Jamás me perdonaría si dejara que algo te pasara.

Apretó los puños con rabia, tensa su mandíbula conteniendo las ganas de desplomarse, ¿Cuántas veces pasó ideando aquello? Las noches dónde no dormía pensando en qué habría pasado eran un maldito tormento.

—Por eso te estoy odiando cuando te veo tan feliz al lado de quién asesinó a mi mejor amigo. Sólo me hace pensar que tú estarías bien con Anyel si él me hubiese matado también.
Pensó sobre sus palabras y asintió un poco.

— Pero Enthon...recuerda. Lamentablemente lo hemos perdido pero... Pero se ha podido salvar mucha gente. ¿No crees que si él hubiera estado en la misma situación no hubiera escogido salvar muchas vidas por una? Y...a dónde sea que vayan los que dejan este plano... Seguro que opina lo mismo que yo. — suspiró un poco.

— Y sé que no lo crees, pero, tu dolor significa mucho para mí. Todo tú significas demasiado para mí, Enthon... ¿Crees que para mí todo esto es sencillo? Creo que para ninguno de nosotros, y perderte definitivamente no es una opción para mí.
—Yo no puedo perdonarlo. Sólo verlo me causa fastidio.

Terminó de prepararse el aperitivo y prosiguió con uno para Maddy. Se aseguró de ponerle doble ración para que ella estuviera más contenta respecto la comida.

—Es por eso que no puedo hacer como si nada, y también no quiero hablar contigo; sabías lo mucho que lo odio y las veces que lloré después de que él mató a mi amigo, ¿Qué hiciste? Le empezabas a hablar y termina resultando que ahora son novios. Si mi dolor para ti no significa nada y así faltas tu lealtad, entonces no te quiero cerca de mi vida.
El recuerdo le sacó una pequeña risa y se reacomodó de forma en que pudiera mirarlo en lo que se preparaba algo.

— ¿Y quién no dice que ya me las enseñó y que incluso guardo alguna en mi celular? —

Su tono estaba cargado de muy buen humor, y sobre todo de travesura al hacer aquel comentario. Pero la sonrisa se le desapareció en cuanto escuchó su indicación. Por un momento torció la boca tratando de formular las ideas, pero, ¿por qué le costaba tanto?

— Yo...bueno. Sé que estás enojado porque estoy con Anyel, pero...es muy difícil para mí esto. Quiero a Anyel y te quiero mucho también a ti, Enthon. Eres mi persona más importante como el resto. Es difícil no poder platicar ni abrazarte como antes. Y, entiendo que es lo que te duele pero...también te estás haciendo daño...—

Se tomó una pausa intentando buscar más palabras adecuadas.
—¿Secretas? Se la pasaban haciendo escándalo —dijo en lo que encontraba un pan y mortadela, se haría un buen sándwich—, siempre me quedaba oyendolas en caso de que mi mamá quisiera enseñarte mi álbum de fotos cuando era bebé.

Hubo cierto deje de nostalgia, no diría que se pasaba los días sin extrañar su compañía. Maredy había pasado con él mucho tiempo, se sentía raro empezar a sentir su ausencia. Pero no podía aceptar las cosas así de fácil.

—Cuando gustes inicia.

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