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—¡Te voy a...

De pronto escuchó la puerta del gimnasio abrirse, y la figura de Maredy apareciéndose. Quedó mudo, y distraigo, sintió entonces como su pie era majado con tal brusquedad que lo hicieron volverse, no sin antes enviarle un puñetazo en la nuca para que Anyel no saliera con la suya tan fácil.
Apretó los dientes mientras se tomaba el pie. No iba a hablar con ella, ni estaba seguro de qué tanto escuchó, la vergüenza entonces se apoderó de él. Con la cabeza gacha, Enthon se fue por su mochila que estaba en las gradas del gimnasio, dispuesto a irse.
-Las opciones se agotaban, simplemente no lograba dar con el golpe que le pudiera liberar, estaba por utilizar también sus pies, a nada estuvo de dar un fuerte pisotón a los pies del moreno, pero sus palabras lo distrajeron por completo, se notó sorprendido por lo que dijo, e intentó voltear.-

¿Te gusta Mare... -Y se vio nuevamente distraído por la voz de Maredy, quién entró tan repentinamente al gimnasio gritando sus nombres, entonces Anyel aprovechó ese momento para soltarse, dando el pisotón que había pensado y ante cualquier afloje ajeno, buscará escabullirse del agarre.-
Tras su plática con Mashtian, Maredy salió disparada buscando a aquel par. Los nervios no le permitían recordar dónde se encontrarían y eso mismo la bloqueaba para conectar con su Vairant y encontrarlos más fácil.

Estuvo preguntando hasta que le indicaron hacia donde los habían visto y Maddy corrió buscando evitar una tragedia. —¡Enthon, Anyel! — Para cuando llegó, le tocó ver y escuchar la lucha y las palabras del moreno.


Un jadeo de sorpresa y se llevó las manos a la boca.
Anyel comenzaba a moverse con cierto frenesí para librarse. Su abdomen se resentía por los constantes golpes y de no ser porque tenía el rostro muy apegado a la nuca del emo los cabezazos habrían sido contundentes. Ahora sólo eran movimientos molestos.

—¡Ya cállate, maldito! ¡Esto no sólo se trata de lo que hiciste en el pasado! —Con sus gritos parecía ir ganando más fuerza, la rabia contenida del moreno que se expresaba en el físico, su sangre hervía, estaba furioso—, ¡Es también de Maredy, sabían que ella me gustaba y tú vas metiéndote! Ni tan siquiera la hiciste sentir bien, tan siquiera le diste su lugar como lo merecía. Vas y como su novio te burlas de ella sin saber lo que realmente ella siente cuando la tratas así, ¡ERES UN IMBÉCIL QUE NO LA MERECE!
-Pronto se vio sorprendido por el agarre de Enthon en su cuello, pero no se quedaría así, su mano zurda inmediatamente sujeta el brazo ajeno en un vago intento por evitar la presión que este pueda ejercer.- ¡Deja de engañarte a ti mismo! -Intentó hablar con el volumen mas alto que podía.- ¡Ambos sabemos que eso es una excusa para desquitarte!

-Su brazo libre lo flexionó e intentó golpear con su codo en el abdomen ajenos, además de que con el movimiento de su brazo, aprovechaba para mover demás su cabeza hacia atrás, buscando impactar el rostro ajeno, quería lo mas mínimo para lograr soltarse.- ¡Tu no sabes como la trato! ¡Qué estemos jugando con todos no significa que la tratara mal! ¡Solo buscas tu excusa barata para vengarte de eso que no superas!
Vista afilada y la adrenalina corriendo por las venas, estaba deseando tanto en volver a conectar un golpe en el chico, su sangre de pronto hirvió cuando lo escuchó hablar; lo inepto que era el emo lo tenía harto.

—¿¡Estúpido!? ¿¡Crees que es estúpido pelear para defender a alguien que quieres!?

Y antes de seguir hablando, advirtió en como Anyel se aproximaba, ese movimiento (empezando a inclinarse) le recordó a su primer ataque, a lo que en vez de esperarlo dio un desliz rápido al costado, fue tan pronto el roce que casi no lograba salvarse, pero cuando quedó de lado, llevó el brazo al cuello de Anyel, colocándose él detrás del emo para aplicarle una llave.

—Eres un imbécil —Gritaba furioso—, no mereces a Maredy, ¡La tratas mal, incluso haces que ella se sienta insuficiente, por eso peleo, idiota!
... de golpear el estómago ajeno nuevamente, pero no, sus puños seguían en el mismo sitio, lo que buscaba hacer era levantarse de manera repentina y así golpear el mentón ajeno con con su cabeza.-
-Una vez liberado, Anyel logra ponerse en pie y retrocede un par de pasos para volver a recuperar el equilibrio y volver un poco en sí, algo que es bien sabido de él, es que es capaz de resistir muy bien los golpes, tiene mucho aguante para ello. Con el dorso de su mano, limpió la poca sangre que había salido de su nariz.-

No busco ganar, quiero que esta estúpida disputa acabe de una vez por todas... -Se preparó nuevamente, reincorporándose por completo, no se hizo de esperar y ahora él fue quién cortó la distancia. Buscaba la confianza de Enthon, parecía ser algo de lo que podía aprovecharse antes. Él no se quedaba atrás en cuanto a velocidad, si bien no entrena como lo hacen el mismo Enthon o Erison, él si que mantiene una buena condición y velocidad, no todo queda en manos de Yzis cuando es necesario.

En cosa de un instante, cortó por completo la distancia que había entre ellos, solo que Anyel se agachó justo antes de alcanzar a su oponente, parecería que tenía intención...
Enthon sintió tan bien propinar un golpe directo en el rostro del emo que bajó la guardia, creyendo que este había perdido el sentido. Sintió el golpe de Anyel, que si bien no fue tan fuerte como esperaba, sí dolía, y lo hizo retroceder. Acompañado de las patadas, algunas dando contra su pecho, otras contra sus brazos.
Ahí los músculos empezaron a mayugarse, dolía un poco, incluso los nudillos después de frenético asalto. Respiró profundo, reincorporándose en el suelo.

—¿Es todo lo que puedes hacer, Anyel? —dijo entrecortado, retomando su postura de box—, apenas y eres una molestia muy escurridiza.
-Para mala suerte, haber impactado su rodilla contra algo mas sólido que el estómago ajeno, le desestabilizó un poco, a eso añadiéndole el golpe hacia su único pie que mantenía todo el equilibrio y apoyo, le hizo caer sin mucha resistencia, cayó sentado en primer lugar, pero luego fue acostado por el primer impacto, seguido de uno y otro mas.

Anyel no decía nada, ni siquiera se quejaba, resistía cada golpe e intentaba evitar alguno que otro moviendo su cabeza de lado a lado, espero el momento ideal para lanzar su contrataque, con su diestra atrapó la zurda, si bien recibiría el siguiente golpe de la diestra ajena, este lo resistió y aprovecha para usar su mano zurda para golpear el mentón ajeno con la parte baja de su palma, buscando dar un impacto sólido y directo, con suerte le ayudaría a quitarlo de encima con un empujó y alguna que otra patada que ayude a ejecutar su intento de liberarse de ahí.-

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