Analizó el frasco que la leona le entregaba con desconfianza y procedió a olerlo, de lo cual se arrepintió inmediatamente al ser víctima de aquel olor nauseabundo. ¿Lo habría hecho apropósito? No lo sabía y no lo iba a preguntar, no quería mostrarse blanda ante sus supuestas provocaciones. Se retiró la túnica, el blazer, hasta quedar en camisa y hechó todo su cabello hacia adelante. Procedió a mojar sus manos con la poción y esparcírsela por el cabello, el cual se transformó en un naranja brillante y el olor desapareció. Volvió a vestirse con una pequeña sonrisa ya que no se había manchado y se plantó ante Dorcas con confianza. de su cabellera cobriza. Seguro le quedaría fantástica.

—Créeme, no está tan mal.

Pero claro, Emma aún no se había cruzado con sus compañeros de casa.