« Back to Album
rol con Matheo Riddle.
 
Newest First | Oldest First
EmmaVanity · F
Cuando el contrario comenzó a bajar sus defensas, Emma no pudo evitar que una fugaz sonrisa de satisfacción cruzara por su rostro. Sin embargo, aún quedaba trabajo que realizar así que no podía dar la batalla por ganada. Lo que no le dijeron cuando tomó el mando del equipo, es que dentro de sus muchas responsabilidades en el campo también estaría solucionar problemas personales de sus compañeros. Solía ser bastante objetiva, así que si no tenía más remedio que escucharlos, estos al menos salían con un buen consejo.

—No mucho, a parte que es allegada a ti. —Confesó para luego asentir con la cabeza, insitándolo a continuar. Esperaba que no se tratase de un asunto amoroso, esperaba mucho más de Matheo que caer en esas tonterías. Su rostro permaneció imperturbable, sin demostrar nada excepto lo expectante que se encontraba ante su respuesta.
Que sabes de Megara Bones?-Inquiere bajando un poco la pose defensiva si su hermano se enteraba de que lo sacarían del equipo lo tendría como un molesto bicho zumbando en su oído por lo que suspiro ligeramente agitando su cabeza un poco esperando que hablara Emma podía ser compresiva pero peligrosa no por nada era la capitana hacia un par de semanas que su mejor amiga no le dirigía pero ni los buenos días esa era una de las razones por las que estaba tan distraído. -
EmmaVanity · F
Ante el gruñido pasó de la compasión a la indignación en segundos, ¿acaso él no tenía idea de la situación en la que la ponía ahora que debía buscar por cielo y tierra un reemplazo lo antes posible? Lo menos que podía hacer, era que le dijera que rayos le pasaba así podía ayudarlo y prevenir a que no vuelva a afectar al equipo otra vez.

—Espero que resuelvas lo que te distrae pronto o no regresarás al equipo. Eres un peligro para el resto de nuestros compañeros y para ti mismo. —

Ahora que se sacó aquello del pecho dio un respiro hondo y se cruzó de piernas, asegurando su posición. Ya estaba avisado; la capitana sabía que errores así de parte de Mateo no podrían ser otra cosa que asuntos sin resolver reclamando su atención. Si fuese malo en lo que hacía, ya lo habría sacado del equipo hace tiempo, así que esperaba que recapacitara.
-Volvio a gruñir por lo bajo realmente no deseaba hablar de ello con nadie incluso podría decir que era su más valioso secreto, muchos de sus compañeros de casa estaban conscientes de la estrecha amistad entre ambos chicos pero lo que más le rondaba era el hecho que su capitana le conociera incluso el como se sentía rodo sus ojos de nuevo y arqueo una ceja antes de responderle.- La mala noticia es que no podré jugar el próximo partido, la Señora Pomfrey me ha dicho que debo cuidar de mi muñeca.
EmmaVanity · F
Un suspiró casi imperceptible escapó de sus labios a la vez que giraba su rostro hacia el costado para que el contrario no pudiese ver que rodaba los ojos en señal de frustración. Hombres. ¿Alguna vez se darían cuenta de lo patéticamente transparentes que pueden llegar a ser? Para la suerte del joven, Emma poseía cierta afección hacia los que compartían su pasión así que lo dejo pasar y golpe{o suavemente la cabeza de Matheo con la palma abierta mientras se sentaba a su lado.

—Para mi desgracia, hemos pasado muchas horas juntos entrenando...creo que te conozco mas de lo que te gustaría. —Señaló con cierto aire bromista enmascarado por su expresión seria cruzándose de brazos y moviendo una de sus manos en círculos, como una invitación para que Riddle hablara. Lo de que el no podía jugar el próximo partido, aun estaba por verse. Lo notaba distraído hace un tiempo y estaba segura que eso era lo que había ocasionado el incidente.
-Se maldecia una y otra vez por haber sido golpeado por aquella Bludger en su muñeca y le prohibieron jugar en el siguiente juego sumando aquello su preocupación por Megara aunque claro eso último no se lo diría a su capitana que en aquel momento se encontraba frente a él, la miro arqueando una ceja- ¿De que hablas?-Inquirio extrañado ante ella-
EmmaVanity · F
Volvió sobre el envión que había tomado para la retirada y se acercó a Matheo con la mirada puesta en su muñeca, donde recordaba que durante el entrenamiento había recibido un fuerte golpe de una bludger provocando que tirara su bate. Si algo tenía que hacer como capitana, lo cual con el tiempo se había convertido en prioridad, era corroborar que sus jugadores estuviesen en condiciones antes y después de cada entrenamiento o partido.

—¿Qué tienes? —Inquirió una vez frente al Slytherin, apoyando ambas palmas sobre la mesa y recargándose parcialmente sobre ellas para tener mejor visión y en el mejor de los casos, lucir un poco más imponente. No había tiempo para rodeos, aquello era una intervención.

(3/3)
EmmaVanity · F
O al menos eso creyó.

Colocó cada uno de los elementos necesarios para completar aquella tarea en su porción de escritorio y comenzó a escribir, inspirada por una musa hasta entonces desconocida, haciendo pausas para completar su producción con la información obtenida de los textos. No había sido tan difícil comenzar a hacerlo. Y terminarlo tampoco lo fue, pero todo cambió cuando comenzó la segunda tarea.

—Riddle. —Saludó con un pequeño movimiento de cabeza hacia el costado mientras acomodaba un libro que ya había terminado de usar en su lugar para luego finalizar su pequeña travesía por la biblioteca y volver a su lugar.
Pero no fue lo que hizo.

En la fracción de minuto que observó a su compañero de equipo percibió que algo no andaba bien con él, sentía dolor.
(2/3)
EmmaVanity · F
Las puertas de la biblioteca se abrieron de par en par dejando entrar a quién ese día era la determinación hecha persona, Emma Vanity. Se había desafiado a sí misma a empezar y terminar en una sola sentada el ensayo de Transformaciones y la investigación de Historia de la Magia. Así que para obligarse a hacerlo, se sentó con un par de compañeras de casa con las que solía estudiar, uno de los tantos grupos donde la rubia solía estar. Para que cuándo en su mente otras preocupaciones demandaran toda su atención, con solo observar el ambiente de estudio, le recordaría cuál era su prioridad en ese momento.

O al menos eso creyó.

Colocó cada uno de los elementos necesarios para completar aquella tarea en su porción de escritorio y comenzó a escribir, inspirada por una musa hasta entonces desconocida, haciendo pausas para completar su producción con la información obtenida de los textos. No había sido tan difícil comenzar a hacerlo.

(1/3)

Add a comment...
 
Send Comment