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Todos los días despierto con un extraño dolor en el estómago. No sé qué me lo produce, aunque tengo una teoría... Seguro es por ver al joven amo. Su mera presencia ya es una patada en los intestinos.
 
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Elif1572246 · 31-35, F
Asintió. Claro que estaría allí, las copas no iban a servirse solas. Apenas el dejó la habitación suspiró de angustia... ¿Qué era lo que dolía en su pecho? Quería abrir la puerta y pedirle que regresara, que se acurrucada a su lado para dormir, pero por su propio bien debía controlarse. Terminó de desvestirse y con un simple camisón fue a dormir.
EnteiFD · M
Parpadeó un par de veces y se levantó sin más, se pudo ver un leve rubor en su rostro pero era por el montón de sentimientos encontrados. — Buenas noches— Dicho eso dió unos pasos hacia la puerta y se detuvo antes de abrirla — Mañana en la noche es la fiesta anual, espero verte ahí— Se retiró con rumbo a su habitación.
Elif1572246 · 31-35, F
Tembló al tacto de sus dedos. Todo ese jugueteo tenía a su cuerpo encendido, deseando que esos dedos tuviesen piedad por ella y fuesen un poco más allá... No, eso no estaba bien. Apartó sus manos con gentileza, después se sentó en la cama y lo miró de frente. — Ya es hora de que regrese a su habitación, Joven Amo. —
EnteiFD · M
— ¿Hablas de esa farsa del matrimonio arreglado?, ¡Hahaha!... Eso no se compara con mi gran deseo por tí— Coló sus dedos entre el elástico de esos calzones, jugueteando pues su mano contraria acariciaba el muslo cercano dándole apretones suaves. — ¡Tsk!...— Se sintió contrariado, demasiado pero sus caricias no las detenía.
Elif1572246 · 31-35, F
No sentía timidez con él. Bien podría haber cerrado sus piernas ante su afilada mirada pero hizo lo contrario. Abrió más sus piernas y se encontró disfrutando recibir toda su atención entre ellas. Era extraño lo mucho que le gustaba cuando él no se comportaba como un patán. — No sucederá de todas formas. Tú eres un noble, seguramente ya estás comprometido con alguien como tú. —
EnteiFD · M
Se separó más para observarla directamente a los ojos, le soltó delicadamente y se colocó de rodillas entre las piernas de ella. —Me gustas demasiado, tanto que no puedo profanarte ahora— Ahora sus manos se deslizaron por esas largas piernas cubiertas por unas medias blancas de seda, se deleitó en ese tacto y el brillo de sus ojos parecía el mismo fuego. Sus dedos se deslizaron en la longitud de esos muslos hasta toparse con los encajes de esos abombados calzones.
Elif1572246 · 31-35, F
Ella cerró un poco más sus piernas en torno a él, pidiendo por su cercanía. Una vez que su boca hizo contacto con su cuello se mordió el labio inferior con fuerza para no gemir, sentirlo besarla era toda una delicia... Hasta que algo llegó a su mente. Un breve segundo pudo ver fuego, y entonces su estómago dolió con fuerza. Ella lo miró atónita, algo había hecho que él se apartara.
EnteiFD · M
Ese movimiento reveló las piernas de la sirvienta, la tela se deslizó hasta su cadera y eso le dió más libertar de acercamiento al noble.— Elif... Es como sí ese nombre trajera consigo mismo un recuerdo que temo— Ese color en sus mejillas fue visible para él en la oscuridad y sus labios se acercaron al largo cuello ajeno para besarle, hambriento e inquieto porque era como si su alma le obligará a hacer eso. Apretujo más esas muñecas y se mantuvo ahí devorando esa piel, ¡Le encantaba! Y un recuerdo le abofeteo: Una Elif en traje de Emperatriz de la antigua China, luego una Elif sonriente de piel azúl y torso desnudo, ésto le hizo jadear y separarse un poco.
Elif1572246 · 31-35, F
Ella jadeó de la impresión. Una vez que se encontró bajo el su rostro se coloreó en un fuerte rojo. Dioses... Lo quería ahí y ahora. Levantó las piernas y con ellas le rodeó la cintura, y mientras miraba sus ojos algo gritó dentro de ella... Algo en su cabeza que no pudo comprender. — No lo sé... No sé qué sucede. Mi cuerpo se está volviendo loco. —
EnteiFD · M
Ese tacto, esa mirada, ese rostro. Lejos de su entendimiento le pareció tan cercana, tan familiar y solo pudo fruncir el ceño, arrastró saliva por su garganta para aprovechar que la tenía presa de la cintura atraerla a su cuerpo, girarlo sobre su propio eje para caer a propósito sobre la cama cercana, justo sobre ella. —Te he visto antes, ¿Porque?... ¿Quién eres?— Susurró esas palabras sin quitarle la mirada de encima, ahora sus manos se deslizaron para tomarla de las muñecas y aprisionarlas arriba de su cabeza, sobre el colchón.

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