La sangre derramada formó un charco que poco a poco entraba a la tierra. Esta ganó color, un fulgor rojizo mezclado con chispas azules que formó un círculo a su alrededor. Oscuridad miró el producto de su acto, cómo la sangre sagrada en esos cuerpos humanos lograba el primero de sus objetivos, y en un lugar remoto y desconocido llegó una chispa de luz, el primer peldaño de varios que conectaría dos mundos. La primera pieza.
Oscuridad chasqueó sus dedos y desdibujó la escena, era hora del segundo escalón.

— Te hallare... Siempre iré por tí...— Oscuridad se acercó sobre el Príncipe, lo olfateo descaradamente y con una de sus garras corto el cuello de Entei horizontalmente, sin arrancarle la cabeza para dejarlo morir ahí sin más.
Fuego se quedó observando a su amada hasta que la vida se le fue en esa caudal de sangre.

Iba a regañarla aún medio de esa lucha, las garras de oscuridad habían perforado su ferreo cuerpo y estaba sangrando demasiado— ¡Escapa!— Su gritó fue interrumpido por la trágica escena, la sangre de su amante salpicó a su rostro y una carcajada sonora se escuchó de oscuridad.Con toda su ira Entei proyecto una fuerte patada en el abdomen del animal para quitarlo de encima, giró su cuerpo y gritó del dolor, estaba demasiado machacado. Sin más se arrastró hasta el cuerpo de Elif, temblando y mareado por la perdida de sangre tomó esa pequeña mano entre la propia para observar su rostro sin vida.

[... ]

Abrió sus ojos al escucharlo y recibir su capa, la cual tomó entre sus manos y le provocó volver a llorar. ¿Cómo era posible que siguiera luchando...? Sí, iba a seguir. Enrolló la capa y una vez que creó una cuerda con ella se lanzó a la pantera, aprovechando la distracción para enrollar en el cuello la capa. No lo logró, oscuridad deshizo su forma en una porción de su cuerpo y creó con ello una lanza que se proyectó directo hacia su propio estómago, luego salió por el otro lado de su cuerpo. No hubo tiempo para pensar, despedirse o llorar. Fue un final instantáneo que expulsó sangre por su boca, puso sus ojos en blanco y volvió todo oscuro.

— Maldición... ¡Maldición!— Se enfureció bastante, quería seguir la lucha no podía simplemente entregarse a la muerte. Se arrancó la capa y se la colocó sobre los hombros a Elif—Esa tela resiste el fuego, ésta vez...escapa— Y antes de terminar su frase oscuridad se abalanzó sobre el Príncipe, tomó la forma de una pantera e iba a devorarlo.Entei empuño una daga que ocultaba entre sus ropas y apuñaló la cuenca derecha del ojo de la deidad en respuesta esta gritó para continuar el forcejeo —¡Vete!— Le exigió a su amada en medio de la lucha, oscuridad enterró sus garras sobre el cuerpo de Fuego.

La decepción nubló sus ojos. Tomó la mano de Entei y miró a oscuridad. — No hay duda alguna... De alguna forma la Oscuridad tiene de su lado a la Luz. — La balanza había perdido el equilibrio. El fuego ya estaba rodeandolos en una prisión que consumiria sus cuerpos humanos, o bien que terminó con su posibilidad de escape. Cerró sus ojos, los dados ya habían sido lanzados. — Te encontraré Entei, lo prometo. —

Le observó de reojo —... ¿Acaso?— clavó la mirada en oscuridad, Entei estaba un poco inquieto, sentía el calor abrasador y el peligro latente. El aire traía consigo la llamarada que consumía todo a su paso, pero aún en ese panorama tan estremecedor él aún tenía esperanzas de huir con Elif.
Oscuridad detuvo su paso,ladeó su cabeza y esbozo una sonrisota de oreja a oreja exponiendo unos puntudos colmillos.

Tragó saliva con dificultad. Oscuridad irradiaba poder con intensidad, una fuerza que competía con el calor del incendio. Parecía estar repleto de estrellas en su interior, destellos blancos que parecían querer distraer con su belleza la atención del verdadero mal. Ella ni con su poder podría ser igual de magnífica. — Entei... — Murmuró. — Esas luces... No son normales. Brilla demasiado. Oscuridad no está solo. —

Oscuridad no hablaba, sonreía como un depredador que acababa de acorralar a sus presas, burlándose y de su retorcida sonrisa así como el eco de sus pasos húmedos sobre la hierba, debido a la sangre de los cadáveres terminaba por "adornar" la escena.
Entei gruñó al ver a Elif desobedecerlo, rápidamente se acercó a su lado y elevó la diestra para colocarla como barrera frente a ella,su fiera mirada se poso en oscuridad—Dejala ir, ella no es más parte de tus juegos—Osado le declaró.

Ella no se lo dejó tan fácil. Buscó aferrarse a su cuello en un abrazo, a dejar caer su peso contra él. Seguía siendo esa chica llorona del palacio flotante, y ahora estaba sollozando en protesta por la posibilidad de que la alejara de él. — ¡NO quiero irme! ¡Por favor, te lo suplico...! — Él era más fuerte, más rápido, casi se marcha en el caballo cuando escuchó pasos, lentos y seguros entre la hierba. El viento ya traía consigo la ceniza del palacio junto con algunas chispas, y eso creó una muy propia aura de destrucción en torno a oscuridad. Aprovechó eso para bajar del caballo y colocarse frente a Entei, si algo iba a suceder sería ella primero. A pesar de su demostración de valor respiró con agitación, el cuerpo estaba tenso.