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Tétricamente en paz.
 
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DianeGallagher · 26-30, F
No sabía aquello. Tal vez debería pedir el almuerzo un día de estos para ver qué tal.

—Iba a continuar el recorrido pero se detuvo porque quería saber con quién estaba hablando aunque al verlo caer dormido solo se limitó a sonreír, pues tampoco su intención era despertarlo.—

¿Au...? Pues yo soy Gallagher. —Murmuró antes de seguir su camino, saliendo por el final del recorrido. Aquella puerta conectaba con el otro extremo del cuartel, por lo que sería interesante recorrerlo antes de volver a su solitaria oficina. Al menos pudo hablar con alguien.—
AudieMurphy · 51-55, M
Lo entiendo. Ese papel también lo entiende.

-Dejó caer su cuerpo en el suelo, tenía sueño. Pero aún sonaba su voz y aún oía las palabras de razón. Se detuvo un momento para pensar en lo que había dicho, pero no pudo dilucidar ni divagar.-

Me gusta la comida de la prisión, es mejor que la de la calle.

Yo... agradezco la charla, soy Au... -Estaba aletargado, sus ojos se cerraban poco a poco hasta caer cansado, durmiendo tan plácido.-
DianeGallagher · 26-30, F
Lo es, muchas veces me aburro de mi propia soledad, pero, a la vez no puedo estar sin ella. Es algo complicado de entender, supongo.

—Se inclinó hasta agacharse y tomar ágilmente el papel para poder reincorporarse de forma inmediata. No quería leerlo aún, sería descortés mientras estaba ahí, en medio de una charla casual, sobretodo por aquello que le estaba relatando. Conocía como funcionaba la justicia y aquello, era algo común.—

Muchas veces se exageran ciertas detenciones, sobretodo en este pueblo tan pequeño. Hasta buscan a alguien para detener y pasar el día más rápido. ¿Yo? Tal vez, solo tal vez buscaba a alguien con quien hablar. ¿Irónico, verdad?
AudieMurphy · 51-55, M
Agradezco que me conmueva con la voz de la opinión, donde coincido. Aunque estar sólo a veces es aburrido, por eso me acompaño de mis manuscritos.

-Arrojó rodando el papel hecho bollo para que pasara del otro lado, hablaba de ellos, de ambos, no como personas sino como ideas, pensamientos. No había descripciones de cuerpos, los relatos eran tan abstractos que se remontaban a la idea de la soledad, la virtud de estar solo y aprender a no atraparse en ella, todo según la perspectiva.-

Desolado... que bella palabra, me tranquiliza. Me trajeron por bañarme en la fuente de una plaza. Sin mis libros, que los cuida una compañera.

¿Y a usted? ¿Qué la arrastró ante un humilde atorrante?
DianeGallagher · 26-30, F
Las discrepancias de pensamientos es lo que hace divertido todo esto. Si todos pensaramos igual sería bastante aburrido.

—Giró el cuerpo para observar al interior de la celda aunque sólo podía ver aquel par de ojos. Por más curiosa que era, quiso mantener cierta distancia aunque no por eso ocultó sus ganas de saber más.—

¿Qué fue lo que hizo como para permanecer aquí, en este lugar tan desolado?

—Aún no estaba segura de sí debía presentarse o no con el desconocido. Le gustaba conocer las historias de quiénes pasaban sus días tras las rejas, pues a veces solía leer los informes de los sujetos más peligrosos solo por curiosidad.—
AudieMurphy · 51-55, M
Curioso, yo siento que somos parte de todo incluso queriendo estar solos.

-Escribía casi tan rápido como hablaba, las palabras se escapaban y las soltaba con gracia a pesar de estar tan sucio, su voz destrozada estaba llena de enseñanza.-

Mañana saldré y volveré a mi soledad, entonces nuevamente me uniré a la sociedad. Una tan lejana, tan separada una de otra.
Casi no hay diferencias con estas rejas, sólo que aquí tengo seguridad a costa de mi libertad.

-Su sonrisa, apenas dilucidada entre su frondosa barba, se presentó tan sincera y calmada. Apenas había alzado los ojos verde esmeralda.-
DianeGallagher · 26-30, F
Efectivamente. —Se limitó a una respuesta corta y precisa mientras caminaba por el lugar, aunque terminó de pie justo en frente de aquella celda iluminada únicamente por la titilante luz del pasillo. No solía ir mucho a aquel lugar ya que no era su trabajo por lo que desconocía a la mayoría de quienes pasaban sus días tras las rejas.—

Supongo que nadie quiere estar completamente solo, ¿No? Inconscientemente buscamos una excusa para sentirnos parte de algo o de alguien.
AudieMurphy · 51-55, M
La soledad y el silencio son amigos del pensamiento, no hay música que se les compare.

-El vagabundo estaba en la celda, le habían permitido papel y carboncillo, a falta de un lapicero. Estaba sucio, desgastado por el tiempo, las canas se tiñen de tierra, el rostro de invierno. Los ojos son naturaleza y los labios un infierno seco.-

Aunque ahora mismo no estamos solos ni callados, ¿qué tanto hablamos para sentirnos acompañados?
DianeGallagher · 26-30, F
Creo que es lo mejor del turno nocturno, incluso en la sección de las celdas el silencio es agradable.

En la noche pareciera que todo es otro mundo, pero generalmente la soledad incomoda a muchos.
AudieMurphy · 51-55, M
Inmutable sensación de paz aterroriza nuestro entumecido descaro, donde pocos oyen los gritos del silencio muchos hablan de espantos.

Es... bello, la oscuridad, el pasillo, un ensueño.

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