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100+, M
Gemelos Desdichados.
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S1553784 · 31-35, M
Gracias y bienvenido al mío
SW-User
Aspros, nadie es superior a nadie todos somos guerreros de un mismo cosmo y fuerza

Bueno siempre es agradable visitar a un viejo amigo
S1553784 · 31-35, M
Buenas, gracias por aceptar.
SW-User
[code]Escuchar esos estridentes pasos metálicos hizo que su memoria recordara un evento de vidas pasadas, escenas pertenecientes a la esencia que albergaba en ella. Memorias dolorosas donde en cuestión de segundos revivió aquella tragedia que su gente detestaba. Era como sentir el susurro de la muerte que iba aproximándose. Memorias que vinieron y se fueron como un parpadeo al escuchar la gruesa voz de aquel extraño hombre que le extendía la mano de manera tan cortes. El pasado no tenía por qué repetirse, al menos eso quería creer. Tomando bocanadas de aire, logro calmar la ansiedad que tenía. Aquel hombre no tenía la culpa de haberse herido, y no era su deseo atacarlo, jamás podría atacar a un ser humano ya que iría en contra de sus principios.

Sería una descortesía rechazar tan noble gesto de parte del hombre de azulinos cabellos, por lo que, afrontando su naturaleza y logrando controlarse, accedió a tomar su mano y reincorporarse. Descubrió su rostro que estaba ocultando con su otra mano, revelando un tono de piel sumamente blanco y sus ojos que ahora tenían un tono tan rojo que fácilmente podría haberse confundido con 2 gemas preciosas. Un rostro de rasgos sumamente finos que fácilmente delataría su verdadero ser.

- Así que falle en mi deseo, no debí desobedecer -

Murmuraba con gesto apesadumbrado… estar en Grecia no era lo que tenía planificado. Había cometido un error y ahora sería mucho más trabajoso volver a su hogar donde seguramente al notar su ausencia, generaría gran problema.

- Es un placer conocerte Aspros, en verdad lamento que todo esto haya ocurrido, creo que este evento es algo desagradable, hubiera preferido conocerle en otra situación que no fuera tan embarazosa. Hubiera deseado estar en otro lugar, pero parece ser que hice algo mal. No debes preocuparte por mí, más bien deberías atender tus heridas antes que te perjudiques más. Puedo caminar, pero lo mejor será que me quede aquí, no necesito ir a ningún poblado… si lo hiciera, la gente con el simple hecho de verme se asustaría y provocaría mayores problemas. -

Con su saludo, realizo una venia respetuosa, lo menos que podía hacer era ser formal y educada con aquel hombre que se había pronunciado de manera tan galante. Quizá la época en la que estaba implicaba que fuera más atenta con las personas. Aun sosteniendo ese pesado libro en su regazo, observo el lugar que le rodeaba. Todo era tan diferente, tan extraño para ella…

- Tu deducción es correcta Aspros, no pertenezco a esta línea de tiempo ni tampoco a esta realidad. ¿La última fecha? Desconozco que clase de medición se use en este sitio, pero en mi mundo, basado en el calendario Gregoriano, la fecha es 15 de junio del año 2017 después de Cristo; ¿o tal vez en esta era se utilice el calendario juliano? -

Al ser un poco ignorante de la época en la que se encontraba, no sabía si quizá estaba dándose a entender de manera apropiada, por lo que se quedó por un momento pensativa para después regresar buscar la mirada del hombre que aún mantenía el pañuelo blanco en la herida.

- Podrías decirme con exactitud ¿qué fecha es en este lugar? Me siento un poco confundida al no saber que época es esta. Por lo menos sé que sigo en el planeta tierra lo que es un alivio. -

Quizá… si la época no fuera muy lejana, podría recorrer los países de la antigua Europa para reencontrarse con los yo del pasado de su actual familia, sería una verdadera odisea, pero tenía los medios probatorios para demostrar de manera fidedigna su historia. También debería encontrar atuendos que se apegaran más a la época. Ahora tenía una tarea muy dura que cumplir. [/code]
SW-User
Gracias por dejarme pasar Aspros recuerdo nuestras misiones
SW-User
[c=#6060BF][i]Será un placer caballero y lamento un poco la demora. [/i][/c]

[sep]

[c=#6060BF][code]** Todo era tan confuso ahora, un día atrás había estado en compañía de su hermano y su querido amigo jugueteando por la aldea y ahora estaba en camino hacia un lugar desconocido de la mano de un hombre extraño que la había sacado de aquel lugar que conocía como hogar para enfrentar su destino. No comprendía bien, solo sabía que no estaría más con aquellos a los que apreciaba y que ese lugar al que pronto llegaría estaría rodeado de misterios y peligros. El hombre que la escoltaba fue tan silencioso en el camino de partida, solo recordaba que en principio le dijo que ella era Athena, una diosa y que debía regresar para prepararse para el inicio de la guerra santa. Quizá fue demasiada información, tan solo era una niña pequeña que de momento a otro su mundo cambio. Estaba nerviosa, desconsolada, pero al mismo tiempo se sentía protegida por aquel extraño hombre que se había presentado ante ella como un caballero.

De lo poco que recordaba, ese hombre se llamaba Sisyphus, en el algo llamo su atención, un rostro que expresaba dolor y a la vez dudas mientras caminaban por ese extraño sendero que llevaba a tierra distantes y desconocidas. Pero aquel hombre siempre fue amable con él, incluso por breves momentos se desvaneció el nerviosismo y el miedo. Con lo poco que hablaba con él iba entendiendo cuál debía ser su destino y la misión que debía cumplir.

Así pasaron los días hasta que llegaron a una extraña ciudad, más adelante habría una poderosa fortaleza rodeada de montañas. En aquel lugar había muchas personas, guerreros que día a día combatían entre ellos para dominar sus artes de batalla. Con cada paso que daba, podía observar cómo eran esos entrenamientos tan duros. Ver todo ello asustaba a la pequeña niña que ahora se sentía invadida por la pena y el nerviosismo. ¿Por qué la gente debía pelear? ¿Por qué tener que lastimarse unos a otros? En su cabeza no cabía la idea de que existieran personas que solo quisieran dañar a otras.

Así dejo esos escenarios para ser presentada a un extraño hombre que se presentaba ante ella como el patriarca y su leal consejero. Todo era tan confuso y extraño. Unas doncellas le quitaron su cadeneta religiosa y la escoltaron a una habitación donde pasaría algunos días mientras el patriarca le explicaba a detalle lo que sucedía, el origen de su nacimiento y lo que pronto acontecería.

La reencarnación de la diosa de la guerra, eso era ella. La materialización en forma humana de una de las deidades más importantes del panteón griego. Aquella que estará siempre predestinada a manchar sus manos para combatir con los dioses y enemigos que tratan de invadir este mundo. Tardo unos días hasta comprender todo a la perfección, pero ahora lo tenía claro. Su deber era proteger este mundo y a los seres que habitaban en él. Incluso mancharse las manos de sangre sería una ofrenda suficiente si con ello la humanidad podía sobrevivir y coexistir. Pero y esos caballeros, ¿era justo que sacrificaran tanto? Quizá si ella pudiera acabar con todo ese dolor y evitar esas desgracias. Ahora tenía un deseo y haría lo necesario para algún día cumplirlo.

Ese día, quiso ver el mundo a través de los ojos de aquellos que tanto se esmeraban. Así que, a escondidas, salió de esa habitación para descender de manera sigilosa las 12 casas. Nadie se había percatado de su presencia, ya estaba cerca para concluir el camino tan empinado, solo faltaban 3 casas más para poder ir al lugar donde vio a esos jóvenes combatiendo. Así se adentró en la tercera casa del zodiaco, con un caminar sumamente silencioso, esperando que nadie pudiera detectar su presencia. **
[/code][/c]
T1542168 · M
[i]R.O: Agradezco que me aceptará. [/i]
ailee · F
[c=#60BFBF]. . . [♆] Θɴ Ꭱᴏʟ:[/c]

[quote][c=#666666][b]Ꭾʀóʟoɢo:[/b][/c]
[code]Es la reencarnación de una de las ocho guerreras que vivieron para proteger este reino en su vida pasada. En esos tiempos, cada planeta del Sistema Solar poseía una Sailor Scout que lo protegía, y todas estas guerreras se unían para proteger en conjunto a todo el Sistema Solar. A su vez, las guerreras se subordinaban a la autoridad de la dinastía real del Milenio de Plata, es decir la familia real de la Luna, quienes eran los guardianes más abnegados y poderosos de todo el Sistema. Una vez ocurrido esto, las guerreras del Sistema Solar Externo no debían renacer en el mismo planeta para que sus talismanes no pudieran volver a resonar e invocar de nuevo a Sailor Saturn. Sin embargo las almas de Sailor Uranus, Neptune y Saturn, y más tarde también Sailor Pluto, fueron enviadas a reencarnar en el futuro, en la Tierra del siglo XX. A partir de entonces hace todo lo posible por proteger al planeta Tierra de cualquier amenaza. Incluso se proponen por algún tiempo eliminar a Hotaru, la reencarnación de Sailor Saturn, antes de que ella también recupere sus antiguos recuerdos y poderes para destruir el mundo una vez más. A pesar de esto, al final Saturno no destruye el mundo sino que se convierte en su aliada. Es a partir de entonces que las cuatro Sailor Scouts del Sistema Solar Externo, se reúnen para pelear juntas y combatir el mal al lado de Sailor Moon.[/code]

[center][/center] [/quote]


[code]-Un día mas el alba se asomaba por el ventanal de la habitación donde yacía dormida michiru, aquella chica que por ahora llevaba una vida normal gracias a que habían hace unos días acabado con el mal que habitaba en la tierra y amenazaba con su extinción, los días desde entonces eran calmados sin mucho que hacer. Por ahora la joven asistía al colegio prosiguiendo con sus estudios y en sus tiempos libres realizaba conciertos ya que era una de las grandes violinistas reconocidas. Ese día se levanto al sentir los rayos de sol en su rostro, así que se puso de pie, fue directo al cuarto de baño en donde ahí tomo una ducha y salió, se acerco a su habitación para poder sacar su uniforme que ese día llevaría a la academia, solo le basto unos 15 minutos para estar lista, ese día 'Haruka' su compañera de vivienda había salido mas temprano así que no le acompañaría ese día. Desayuno antes de salir ya que el desayuno se lo había preparado haruka dejandole una nota de 'No te vayas sin probar bocado'. Solo sonrió y desayuno, al termino lavo sus respectivos utensilios y salió cerrando la puerta con llave, esta vez se dirigió hacia la academia.

Iba a buena hora, así que no se apresuraría a llegar, caminaba por las calles en dirección de su destino pero algo llamo su atención. Eso fue cerca del parque en donde estaba conectado con el bosque de la ciudad, realmente no estaba segura si de ir o no a averiguar de que se trataba pero no podía ir así ignorando que pudiera ser una amenaza, así que cambió el rumbo hacia su academia hacia el bosque, se introdujo hasta donde sentía esa sensación extraña e incomoda puesto que no sabía de que se trataba esta vez y no se quedaría con la duda hasta investigar.- [/code]
SW-User
[code] Ahora estaba más confundida, había llegado a un lugar completamente extraño y por alguna razón el brazo le dolía. Era como si alguien la hubiera jalado con tanta fuerza, pero a pesar de ello no soltaba el antiguo libro que llevaba consigo. ¿Qué lugar era ese? Ya no estaba en la vieja fortaleza que la resguardaba. Solo podía estar distraída pensando que quizá había cometido un terrible error. Estaba asustada y los nervios la iban invadiendo. Pero una voz la alerto logrando que regresara la vista para ver a un extraño hombre con una especie de ropa metálica que la observaba.

Todo parecía ir bien pero ese olor... ese aroma en el aire que podía hacer que perdiera la cordura... Aquel hombre estaba con el rostro lleno de sangre. Un hermoso color carmesí que a cualquiera de su especie hubiera tomado como invitación para dar una muerte segura. A pesar de ahora ser una vampiresa, su origen humano la estigmatizaba y por ello no le agradaba atacar personas. Ese peso había mantenido por muchos años por lo que ella misma se limitaba a beber sangre, pero esto... ¡que verdadero infierno!

No quería atacar a ese desconocido, pero sus instintos la empezaban a delatar, dejando ver claramente como sus ojos color café se iban tornando lentamente en un rojo sediento y vivaz. El olor a sangre era demasiado, si seguía así terminaría atacándolo. Por lo que decidió taparse la nariz y cerrar los ojos para que aquel hombre no viera esa sed de sangre que ahora sentía. De uno de sus bolsillos saco un pañuelo blanco y extendió su mano para que lo recibiera.

- Estas herido, por favor toma... debes limpiarte esas heridas y curarte. -

En verdad todo eso era una tortura, lo único que podía sentir en ese momento era el latir de un corazón agitado por las heridas, ese latir que parecía melodía de muerte a sus oídos. Quizá aquel extraño sujeto la atacaría si pudiera leer sus pensamientos, pero debía resistir, no podía sucumbir a tal tentación. Después de todo ¿Qué culpa tenia aquel hombre de estar frente a ella manchado de sangre? El destino le jugaba una pésima jugarreta...

No podía seguir, era demasiada presión. Giro su rostro dándole la espalda, pero manteniendo aún la mano estirada con el pañuelo para que lo tomara. El extraño había hecho preguntas, si no las respondía sería aún más sospechoso, ¿qué hacer? ¿qué hacer? era todo lo que podía pensar. Debía mantener ocupada su mente para no sucumbir ante el frenético deseo de alimentarse. Sus ojos ya no eran del color café de hace momentos, ahora parecían dos rubíes que titilaban como estrellas.

- Me encuentro bien, no se preocupe por mí. Más bien debería preocuparse usted por sus heridas, ya que un golpe en la cabeza puede ser grave. ¿Quién soy? a veces ni yo misma se dar respuesta a esa interrogante, pero puede llamarme Ahren si lo desea. ¿En dónde estoy? ¿Qué lugar es este? -

Seguía nerviosa, además de su sed y apetito el miedo la embargaba. Había pasado tanto tiempo desde que estuvo sola, esa determinación que la hizo abrir el vortex ¿se había esfumado por el miedo?... El vortex... ¿Acaso eso fue lo que causo las heridas de esa persona? ¿Había causado tanto daño solo por el egoísmo de su deseo? Al pensar en ello sus ojos reflejaban las lágrimas de arrepentimiento que su alma encerraba.

- Lo lamento... no quise hacer daño a nadie. ¿Esto es mi culpa verdad? Por mi egoísmo le cause estas heridas a una persona inocente. Perdón... -

Solo podía lamentarse de lo sucedido, había traído una tragedia sin querer a un completo desconocido y mayor era su impotencia al no poder ayudarle por temor a lastimarlo más, solo podía mantenerse sentada en el suelo, manteniendo el control para no cometer otro egoísmo más hacia su prójimo. [/code]
ailee · F
[c=#60BFBF]. . . [♆] Θғғ Ꭱᴏʟ: [/c] [code]Gracias por a verme aceptado[/code]