Una cabrona de tomo y lomo <3 ~
About Me About Me NotesThe Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
Cy1516757 · F
Esta vez no corría por su vida, esta vez no la buscaban para matarla, ese día había ido de visita, tal como lo hacía su hermano ¿si él lo hacía por qué ella no? claro que de vez en cuando podía ir por ahí sin preocupación alguna, bueno, por lo menos no de esas preocupaciones que la hacían casi sufrir paros cardíacos.
Ese día había elegido Francia, de Madrid a Francia, excelente elección.
Se paseaba por la calle, tan iluminadas por el sol que podía sentir el calor recorriéndole cada parte del cuerpo, que sensación tan agradable, también podía sentir las miradas de algunos hombres que la desnudaban al pasar, ¿quién no? era de esas bellezas inhumanas, de esas inexistentes y perfectas, las hermosas facciones finas, la piel pálida como la porcelana, cuerpo formado y nada exagerado, todo perfecto, hermosa.
Llevaba las manos a sus costados, extendidas como un par de alas, deslizándose entre la multitud y con gracia, elegancia, sonreía como una pequeña entretenida con algún caramelo, la vida era su caramelo en ese momento.
• Te habías tardado en salir. • La voz familiar le habló en la nuca, en esa cercanía ciertamente incomoda para una relación que apenas se había arreglado, el mellizo traicionero, Sokar, se encontraba en Francia y aprovechaba aquella ocasión para quedar bien con su hermana, convenenciero el hombre.
Esbozó una sonrisa y luego se volteó, nada le arruinaría aquel día, no ahí y no mientras aún pudiera sonreír sin problemas.
• No toda la vida es estar encerrada, hermano. • Le respondió cogiéndolo por el brazo, ambos eran idénticos, cabello negro, ojos azules, facciones finas y perfectas, piel pálida como la porcelana y ambos altos, claro que él más que ella pero al final de cuentas bien podían ser gemelos, pero no era el caso.
Aquel azabache, alto, atlético y atractivo llamaba la atención, ambos se veían tan fuera de contraste e inalcanzables que resultaría decepcionante el verles y saber con rapidez que nadie podría poseerlos y así, caminando a la par y en silencio ambos jóvenes fueron a dar al palacio de Versalles, quizás tomarían un café después.
Ese día había elegido Francia, de Madrid a Francia, excelente elección.
Se paseaba por la calle, tan iluminadas por el sol que podía sentir el calor recorriéndole cada parte del cuerpo, que sensación tan agradable, también podía sentir las miradas de algunos hombres que la desnudaban al pasar, ¿quién no? era de esas bellezas inhumanas, de esas inexistentes y perfectas, las hermosas facciones finas, la piel pálida como la porcelana, cuerpo formado y nada exagerado, todo perfecto, hermosa.
Llevaba las manos a sus costados, extendidas como un par de alas, deslizándose entre la multitud y con gracia, elegancia, sonreía como una pequeña entretenida con algún caramelo, la vida era su caramelo en ese momento.
• Te habías tardado en salir. • La voz familiar le habló en la nuca, en esa cercanía ciertamente incomoda para una relación que apenas se había arreglado, el mellizo traicionero, Sokar, se encontraba en Francia y aprovechaba aquella ocasión para quedar bien con su hermana, convenenciero el hombre.
Esbozó una sonrisa y luego se volteó, nada le arruinaría aquel día, no ahí y no mientras aún pudiera sonreír sin problemas.
• No toda la vida es estar encerrada, hermano. • Le respondió cogiéndolo por el brazo, ambos eran idénticos, cabello negro, ojos azules, facciones finas y perfectas, piel pálida como la porcelana y ambos altos, claro que él más que ella pero al final de cuentas bien podían ser gemelos, pero no era el caso.
Aquel azabache, alto, atlético y atractivo llamaba la atención, ambos se veían tan fuera de contraste e inalcanzables que resultaría decepcionante el verles y saber con rapidez que nadie podría poseerlos y así, caminando a la par y en silencio ambos jóvenes fueron a dar al palacio de Versalles, quizás tomarían un café después.