—Zero una mujer que carga un destino nefasto, su vida nunca fue fácil, ya que desde que nació, siempre había sufrido, su madre que debía quererla, nunca lo hizo y cuando tuvo la oportunidad vendió a Zero a un burdel, donde fue obligada a trabajar como prostituta, por ser extremadamente hermosa por su cabello blanco, ojos rosas rojizos, piel blanca y hermosa figura, se volvió en la más pedida del burdel.
Hasta que cierto día, cansada de eso planea un escape con una chica de su confianza, esa noche hicieron su plan en marcha y para sorpresa de la joven, su amiga en la que confío… la traición.
Teniéndole una trampa, pues la “amiga” siempre tuvo celos de la dama de Zero, eso es lo que la llevo a cometer tal hecho, Zero fue castigada, esa noche aun con algunas lecciones, fue obligada a trabajar y ya a solas con su cliente, Zero termino por asesinarlo pero eso no se quedó ahí, pues la joven asesino a todos en ese burdel, después se fue a vivir a las calles donde roba para vivir.
Eso fue hasta que un ex cliente, la reconoció y la acogió, todo parecía finalmente ir bien pero la suerte nunca fue buena aliada de Zero, ya que la joven contrajo una enfermedad altamente contagiosa, preocupado por su salud, ese hombre la boto a la calle, donde nuevamente tuvo que valerse sola pero esta vez con un cambio pues ahora Zero mataba para conseguir lo que quería, se hizo de fama y fue buscada pero su enfermedad le mermaba la salud, provocado que mientras trataba de huir, su enfermedad la había desgastado tanto que quedo indefensa, los guardias la capturaron y la golpearon hasta dejarla medio muerta, agonizando estaba, no tenía fuerzas, estaba débil, solo le esperaba la muerte…
Eso pensó hasta que despertó llena de energía, su enfermedad ya no estaba como si nunca lo hubiera estado, fue que una voz llego a ella—.
“Ahora tu serás mi contenedor, harás lo que yo quiera, no tienes ya voluntad”
—Zero se negó a eso y trato de deshacerse de esa flor, la cual se restia, de la flor enmano sangre y para horror de la chica pudo ver como cinco chicas nacían de tal suceso.
Cada una recibió nombre de One, Two, Trhee, Four, Five, esas chicas llevarían también el nombre de Entoners, seres qué pueden usar magia por su canto.
Zero en ese momento para sorpresa de One, la ataca, iniciando así la batalla, ante el hecho One y las demás la catalogaron de traidora. Logrando escapar de ahí, Zero conoce a un dragón de nombre Michael, este le cuenta que la flor negra es su enemiga, entonces la joven le pide que le ayuda a matar a sus “hermanas” pues se sentía responsable de ellas y sabia que tarde o temprano, la flor negra las va a controlar y es algo qye debe evitar.
Pasando las pruebas que le pone Michael, inicia la búsqueda de las entoners, llegando a ese pueblo, Zero le tuvo que pedir a Michael que se esconda y le espere pues no sabe la reacción de las demás personas al verlo, así ella fue a buscar información—.
Extendió su mano hacia el frente alcanzando algunas gotas de lluvia. Genial. Lo que le faltaba. Apresuro su paso, esperando llegar a un lugar para refugiarse por unos minutos. Se dio cuenta que no había nadie por alrededor, eso le causo algo de curiosidad pero no dejo de caminar.
Pero a cada paso que daba, sentía que alguien venía detrás de ella. Miró soslayo sobre su hombro, pero no había nadie. Quizás solo era por el sonido de la lluvia. Empezó a caminar más rápido y a lo lejos visualizo una parada de autobús, cerca de un mirador.
« Al fin. »
Luego de unos minutos, llegó a la parada la cual se encontraba totalmente vacía, ninguna persona se encontraba ahí. Tenía un mal presentimiento, pero no le quedaba de otra. Era el único medio por donde podría seguir. Recargo su rostro en poste de ahí y observo su celular. Ya era tarde.
Desde que había poseído este cuerpo, su vida había sido de lo más tranquila. Al ser de otra época al principio le había costado un montón adaptarse, pero poco a poco pudo hacerlo. Aunque claro, aún había cosas que aún le sorprendían, después de todo era una época muy moderna.
Ahora se encontraba en una audición para un comercial, Akemi, la dueña de ese cuerpo soñaba con ser actriz así que quiso seguir con eso, a pesar de ser muy mala en ello. Pero lo seguía intentando, no tenía nada que perder. La audición no había salido tan mal, o eso creía ella. Ahora solo tenía que esperar.
Lo malo es que ya había anochecido, y hacía bastante frío.
« Rayos, tendría que haber traído una chaqueta. »
Pensó mientras caminaba por las calles del distrito de Omori. No pensó que se tardaría tanto en una audición, y lo peor es que quedaba muy lejos de su hogar. Pero ni modo, no le quedaba de otra. Seguía caminando, esperando encontrar alguna parada de autobús.
Las cosas cada vez se habían tornado más y más extrañas. Como si el haber sido absorbida por el pozo devorador de huesos no fuera suficiente, ahora estaba en una tierra totalmente distinta a su hogar pero, curiosamente, era el mismo punto geográfico aunque muchos años en el pasado. Logró salir de aquel profundo pozo, batallando hasta quedar en la superficie y observar los alrededores sin comprender como sucedió, observando árboles y arbustos donde antes había muros, temerosa así como ansiosa, recorriendo el bosque en busca de su hogar.
—¿Abuelo? M-mamá... ¡Sota!
Llamaba por su familia conforme más avanzaba, alejándose cada vez más del pozo sin fijarse en su dirección, buscando por alguna señal de vida.
—¿Dónde... estoy?
Se cuestionaba en un intento de procesarlo todo, dejando de correr cuando empezó a atravesar por algunos arbustos, abriéndose paso en espera de salir de ese bosque. Eso debía ser un sueño, al menos ello deseaba más que nada en esos momentos.
[code]|| Como crees, yo siempre le doy prioridad a lo que me gusta y eres mi favorito ¿Dudas de ti mismo? eso no es propio de ti, ser extremadamente confiado en tu mayor encanto. [/code]
