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IgnisScientia · 31-35, M
—Odio las malditas urbes…— Ignis maldecía por lo bajo mientras se ponía de pie de los escombros de aquel puesto en el mercado y se quitaba los restos de puré de frutas de su chaqueta.
Gran parte de su niñez y juventud la había pasado en lugares como el reino de Luminous. Primero como un huérfano, sobreviviendo en los callejones y soportando las miradas de desprecio de aquellos que se consideraban superiores. Fue su maestro quien vio un potencial oculto y le encaminó por la vocación del servicio y la protección reales. Pero lejos de cambiar, las miradas de desprecio pasaron a ser mucho más frecuentes. ¿Quién pensaría que los ricos y nobles podían ser más desagradables que las prostitutas y los bandidos?
Tras la muerte de su mentor y con él el último vestigio de una rama de hechiceros elementales y estudiosos de la magia rúnica conocidos como los hijos de Gaia. Ignis decidió refugiarse en los bosques alejado de territorio humano o élfico. Pero ahora la situación era grave, (...)
Gran parte de su niñez y juventud la había pasado en lugares como el reino de Luminous. Primero como un huérfano, sobreviviendo en los callejones y soportando las miradas de desprecio de aquellos que se consideraban superiores. Fue su maestro quien vio un potencial oculto y le encaminó por la vocación del servicio y la protección reales. Pero lejos de cambiar, las miradas de desprecio pasaron a ser mucho más frecuentes. ¿Quién pensaría que los ricos y nobles podían ser más desagradables que las prostitutas y los bandidos?
Tras la muerte de su mentor y con él el último vestigio de una rama de hechiceros elementales y estudiosos de la magia rúnica conocidos como los hijos de Gaia. Ignis decidió refugiarse en los bosques alejado de territorio humano o élfico. Pero ahora la situación era grave, (...)
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