[code]No era habitual toparse con magos en aquellos parajes, pero ahora comprendía la obsesión intoxicante que la mujer sentía por el trofeo que adornaba su cuello.

Puedes tener toda la fama que quieras, pero sigues siendo una simple humana. Así que mantente alejada de mi presa. –con un gesto rápido, apartó la mano que se aproximaba a la criatura y, acto seguido, llevó el cigarrillo a sus labios para tomar una profunda calada, creando un momento de silencio.

A pesar de todo, el cazador no confiaba en las palabras de la mujer. Su personalidad y su aroma iban en dirección opuesta a la de una maga; emanaba un inquietante olor a magia oscura.

Si vuelves a mentirme, meteré una puta bala en tu cráneo, bruja. Ahora dime, ¿qué carajos quieres en realidad? Sé que este "encuentro" no es fortuito. –el perfume de violetas y grosellas ya lo había percibido días atrás, pero hasta ese momento no le había prestado atención.[/code]