Se había levantado una gran cantidad de hielo y polvo en el lugar; Las palabras de Varist se escuchan con claridad y retumban en las paredes, ahora abiertas por tantos derrumbes.

A un cierto punto se escucha una voz en medio de todo ese desorden, mi voz.

-Te estás divirtiendo, bastardo?-

Lentamente el polvo se va moviendo, como si algo estuviera creando una ligera brisa y efectivamente, cuando finalmente me muestro, mi cabellera es blanca y mis colas se mueven ligeramente para hacer a un lado la cortina de polvo.

Había salido apenas del agua, mi cabellera completamente mojada, al igual que mi ropa, obligándome a quitarme todo en un momento anterior, quedando en camiseta y ropa intima y botines en los pies.

El escudo hecho por mi amado, me va calentando lentamente, dejando que el frío no me afecte tanto, al punto de poder estar descalza.

- Esta reina no te permitirá de darle jaque mate al rey. -