..has hecho un buen trabajo, mi señora.- Ara -No quería lastimar gravemente a nadie, pero ella realmente me estaba haciendo perder la paciencia.-
La pantera se retuerce hasta que se obliga a calmarse para detener aquella hemorragia, apartándose de mi, considerando que su golem me había arrancado una cola, se podría decir que ahora estamos en par. ☆
perfecto para dar dos puños fundamentales y consecutivos: boca del estomago y costillas derechas. Aquel acto inmediato e inesperado logra robar el respiro a la tigresa, dejándome levantar y esta vez quedar a su misma altura, para podernos ver a los 4 ojos, por última vez.
- Bienvenida al nuevo orden monárquico, MI reino monárquico.-
Mi voz es severa cuanto mis actos: con una sola mano, alcanzo el rostro de Katalina, para ser más expesifica, alcanzo uno de sus ojos que viene perforado por dos de mis dedos, antes de ser arrancado con el ayuda del pulgar, cual cuervo que decide de llevarse un souvenir. El nervio ocular libera un chasquido antes de soltarse definitivamente de la cabeza.
Aún Daris debe llegar, que los gritos de la pantera retumban por todo el bosque.
Katalina -AHHHHHH!!!! BASTARDA, BASTARDA!!!- Daris se queda sorprendida y sin palabras por unos segundos antes de negar con la cabeza. Daris -Yo te enseñé a hacerlo sin reventar el ojo, pero aún así, es aceptable.
Un arma ajena. Con un gruñido de guerra, me levanto, empujando Katalina antes de lanzar un corte trasversal, que la mujer intenta parar con su arma, que se ve cortar en dos, como si fuera de mantequilla. Su expresión se llena de terror, como si hubiera reconocido el arma, pero es un expresión que dura poco, pues da un salto maestro para patear mi rostro con un giro de 360° en el aire, logrando hacerme soltar aquella espada que desvanece tal como apareció. Katalina -Solo porqué tienes un arma poderosa, no significa que puedes ganar. No sabes pelear!- La fuerza de aquella patada me acompaña hasta el piso, en donde caigo bruscamente, antes de sentir la mujer sentarse sobre mi y golpearme con brutalidad.
Daris -ARA!!- La pelirroja comienza a correr a socorrer me, pero no considera que yo ya estoy al límite, no de mis fuerzas, de mi pasiencia; Tenerla tan cerca fue casi un regalo. Con el ayuda de mis brazos logro romper el ritmo de sus golpes, creándome el momento perfecto para dar d
Daris, desde su posición en donde logra ver todo el enfrentamiento, comienza a preocuparse, a dudar de mi...hasta que de recuerda de sus entrenamientos y lo que me enseñó.
Daris - No puedes pretender que te vean como una reina, si tu misma no lo crees! LARGA VIDA A LA REINA, LARGA VIDA A LA REINA HAAN!!-
En ese momento, fue como si el tiempo se hiciera lento...lento, en mi mente. "Larga vida a la reina Haan", tienes razón mi querida Daris, pero solo en parte: "Larga vida a la reina Zeilen." Levanto la mirada con desafio, mientras veo como aquella afilada hacha comienza a caer en dirección a mi cuello. Siento un fuerte calor por mi cuerpo, que me recorre y se acumula rápidamente en mi mano derecha; El acha impacta contra algo de duro y metálico antes de lograr tocarme. Un arma toma lentamente forma, pero las llamas no permiten que se vea nítidamente, pero una cosa está clara, se trata de una larga espada, con un empuñadura para dos manos y una lama larga y delgada, un arma aje
Me siento como si hubiera sobrevivido a un tornado. Mi nariz pierde sangre, sin contar el estado del resto del cuerpo. Mi respiro es pesado mientras pienso..que tal vez no soy realmente digna. Katalina toma nuevamente su forma humana, para volver a recolectar su arma. Katalina -Piensas que es un juego? Crees que puedes venir y gobernar sobre todos nosotros, como si nada? Eres un ingenua, una pobre y defunta ingenua.-
Pierdo el equilibrio y es cuándo Katalina prepara otro corte vertical, haciendo descender su hacha con gran furia. Con una rodilla en el piso, posiciono la espalda en horizontal y detengo aquel ataque, viendo como el metal se dobla, deformandose. Aún no termino de soltar la espada que Katalina hace mutar su cuerpo, abalanzandose sobre mi como la pantera que es, obligándome a tomar mi forma de kitsune, cambiando así nuestras armas a garras y fauces. Intento quitarla de encima pero sus garras son despiadadas hasta que me aprieta entre sus dientes, sacudiendo mi cuerpo hasta soltarme brutalmente contra una roca a distintos metros. El impacto me hizo regresar a mi forma humana, con la cabellera negra.
[...] Antes de alejarme lo más posible, tomo la espada de aquella quimera, retrocediendo en velocidad, pues la paterna se abalanza nuevamente contra de mi, pero esta vez su hacha viene detenida por mi espada. Usando mis dos manos me opongo a ella pero al tener las manos ocupadas, Katalina intenta fracturar mi rodilla con un fuerte pisotón, pero la logro esquivar, bajando así mi guardia por un instante, lo suficiente para aquella aguerrida mujer para retroceder y atacar nuevamente, pero esta vez con una patada frontal a mi pecho.
- Maldición, siempre dije que me caías realmente pesado. -
Katalina -Ese es tu problema zorrita. -
Responde con tranquilidad antes de acelerar el paso y correr en mi dirección, preparando un corte horizontal. Esquivo, curvando mi cuerpo, pero logra cortar uno que otro cabello a su paso, haciéndome entender que con ella no se juega.
No siente calor, ese fuego no daño su cuerpo y la cosa la hace reír con burla, sin considerar que aquel fuego es el producto de la misma putrefacción de los muertos, un gas que se quema en modo controlado, hasta que no se alcanza la saturación y el justo combustible, en este caso las hojas de los árboles.
El ambiente se satura y basta una chispa producida por mis uñas para crear una llamarada que viaja por el camino producido por el fuego azul, alcanzando la zona, que estalla al instante.
-Basta! Se están solo haciendo ridículas. -
Dice una voz femenina a distintos metros de distancia, Katalina se aproxima, al parecer ella también había decidido ir a correr, pues su ropa es deportiva, pero mi atención cae directa a su hacha a doble filo que aguanta con una mano sola a pesar de ser particularmente grande.
